Enrique / García-Máiquez

'Tu quoque filia mea?'

Su propio afán

24 de julio 2015 - 01:00

SOY un ingenuo. ¿No voy yo, escandalizado porque el ayuntamiento de Madrid quiera quitarle su calle a Pedro Muñoz Seca, y pido ayuda a los colegas de Podemos de El Puerto de Santa María, que se llaman Levantemos? Pensé que, por paisanos del creador del astracán, entenderían su humor y repudiarían el esperpento de quitarle una calle por franquista a él, que fue asesinado en el 36 y que era, sobre todo, monárquico. Pero como me avisaba mi padre desde pequeño: "Don Creíque y don Penséque son primos hermanos de don Tonteque".

No ya los podemitas de El Puerto, sino la mismísima concejala de cultura, María Eugenia Lara, de la que se habla bien, y que es del PSOE, se permite despreciar a don Pedro. En su propio pueblo; desde su mismo teatro, que es donde concedió la entrevista a este Diario. Le preguntan por la promesa socialista de cambiarle el nombre al teatro municipal Pedro Muñoz Seca, y declara: "Nosotros no estamos por la labor, entre otras cosas, porque es un gasto de dinero innecesario. Por ahora no se plantea. Yo lo llamo teatro municipal".

Vaya. Qué ocasión perdida por la concejala de Cultura para defender la ídem por encima de diferencias políticas. Si la razón principal para no cambiarle el nombre es por el gasto, es peor, por la pobretería. Ni se aprecia ni se valora a Muñoz Seca. Y encima ese pellizco, tan de monja (con perdón): "Yo lo llamo teatro municipal". Así ahorra doblemente María Eugenia Lara: por un lado, el dinerito de cambiarle el nombre al teatro y, por otro, la salivita de decir entero el que tiene. Y eso lo dice una hija de El Puerto, a la que don Pedro podría decir con su guasa imperial: "Tu quoque filia mea?" ¿Tú también, hija mía?", como espetó el otro a Bruto. Se ve que pesa más la afiliación que la filiación. Cuando ya ni el paisanaje -con lo sentido que ha sido siempre el paisanaje por aquí- consigue atemperar las fobias ideológicas, chungo.

Sigue la entrevista y habla la concejala de la Fundación Alberti y de la biblioteca pública municipal Poeta Rafael Esteban Poullet (que sí que es un nombre largo, largo), pero ya sin nada que objetar a sus nomenclaturas. Y hace bien. Sus reflexiones se tornan, poco a poco, más mesuradas, respetuosas, prudentes… Para la próxima, quizá ya diga completo (retomo mi ingenuidad) el nombre de nuestro teatro. La venganza contra el autor de La venganza de don Mendo no tiene porqué. O eso le parece a menda.

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