José Blas Fernández

Tras las elecciones, pacto de Toledo

28 de diciembre 2015 - 01:00

EL aumento progresivo de los pensionistas en España y la longevidad de éstos es un fenómeno que, a medio plazo, puede traer consecuencias no deseadas, pues a nadie se le escapa que las pensiones llevan una carga de profundidad económica que está alertando por su cuantía al Producto Interior Bruto (PIB). No cabe duda que para que una "hucha de pensiones" tenga solvencia tiene que ser aumentada al menos proporcionalmente en función del coste general de las pensiones, pero las circunstancias del mercado de trabajo y la no estabilidad entre los contratos y afiliaciones y el número de pensionistas, ponen la contabilidad de la Seguridad Social en una clara disminución de su expansión, por lo que quienes a diario comprobamos, por los contratos de trabajo, cuánto se cotiza, somos conscientes que la reserva de pensiones hay que robustecerla y, para ello, es necesario una reunión del Pacto de Toledo, pues el actual sistema de financiación de la Seguridad Social no es un problema solo del Gobierno, es de todos los que estamos involucrados en este sistema público de pensiones.

El Gobierno ya ha comunicado que ha dispuesto de 7.700 millones de euros del Fondo de Reserva de la Seguridad Social para poder pagar la paga extra a los pensionistas en estas navidades, al menor que el pasado año que se dedicaron 8.000 millones, es decir, un 3,2% menos en este año, lo cual alivia, pero lo que no cabe duda que aun cuando hayan aportaciones mensuales para sostener el sistema, si miramos hacia atrás, comprobaremos que la hucha se está reduciendo notablemente y que ya hay voces de expertos que vienen a estimar que en dos años y medio podría agotarse dicho Fondo si no existe una inyección importante para mantener y sostener las pensiones. En estos momentos, en los que todos los partidos políticos han propuesto una batería de medidas o un plan de choque contra la temporalidad laboral o la disminución de costes por contratación de la Seguridad Social a las empresas, hay que tener cautela, pues hablar de bonificaciones para aumentar el empleo, cosa en la que no creo, o las rebajas fiscales prometidas por todas las formaciones de cara al pasado 20D es que ninguno tiene claro cómo aumentar, para dar tranquilidad, este Fondo de Reserva, el cual se pone en 34.221 millones de euros. Es decir, que desde el 2011, el Fondo se ha quedado en la mitad.

Criticar por criticar no tiene sentido y preocupar por preocupar aún menos, pues con las pensiones nadie debe jugar, máxime cuando de ellas viven no solo los pensionistas, sino muchas familias que gracias al percibo de los mayores por esta condición han venido solventando y solventan la economía familiar en una medida que hay que reconocer brillante y de tranquilidad, pero con eso no se puede sostener que se entre en una espiral de preocupación para que el empleo que se cree aumente de verdad los ingresos por cotizaciones en la misma medida que aumenta la contratación, ya que lo contrario provoca un déficit del sistema. Por lo tanto, si de verdad se va a surtir el sistema para pagar pensiones contributivas, y el resto no contributivas van a cargo de los Presupuestos Generales del Estado, es necesario que tras las elecciones exista una reunión del Pacto de Toledo, donde todas las fuerzas políticas y sindicales aborden con lucidez que la longevidad en España, algo ya estructural y que cada vez lleva un camino más ascendente, hay que negociarlo con un diálogo en la misma medida que se hizo con el Pacto de Toledo, donde aquí también tiene mucho que decir los trabajadores autónomos que aportan serias cuotas puntualmente y sin olvidar a los profesionales de esta materia que son los que verdaderamente conocen los flujos, tanto de las pensiones como del empleo.

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