El lanzador de cuchillos
Martín Domingo
¡Boom!
Su propio afán
PODEMOS no puede disimularlo: se le ve el pelo de la tundra siberiana. El rejón a Errejón tuvo un punto o punta de piolet trotkista, pero hay cosas más inquietantes, pues los piolets son, al fin y al cabo, entre ellos, que así se entretienen. Un ejemplo hasta la bola de lo peor es que exijan el indulto de Bódalo.
Jódar fue donde el tal Bódalo, de Podemos, agredió al concejal Juan Ibarra, del PSOE, el partido que muere por pactar con Podemos. Si cuaja el acuerdo, vamos a ver más sangre que en Juego de Tronos. Para ir haciendo ambiente, la agresión no es ni presunta, aquí que todo lo es. Andrés Bódalo ha sido condenado por la Audiencia Provincial de Jaén a tres años y medio de prisión por un delito de atentado con la agravante de reincidencia. Bódalo es un regalo. Ésta es su cuarta sentencia, 4ª, condenatoria por agresiones y destrozos. Historial que no impidió -el pelo de la tundra- que fuese de número uno, 1, de Podemos para el Congreso por Jaén. Lástima que no saliera: nos hemos perdido el bonito capítulo de Bódalo aforado.
Pero sus agresiones a policías, llamándoles fascistas de mierda y cabrones, o el destrozo de una heladería en el concienzudo ejercicio de sus funciones como piquete informativo, más estos puñetazos a Ibarra, no tienen la gravedad de las disculpas de Iglesias o Teresa Rodríguez. Ésta lo compara a Miguel Hernández, el de "Tristes armas/ si no son las palabras./ Tristes, tristes". Energúmenos los hubo siempre. Lo terrible es que el tercer partido de España le baile el agua a Bódalo, le dé bola.
"No estamos dispuestos a perder las libertades. Por eso, el derecho a la protesta no debe suponer cárcel", ha declarado el jefe supremo de Podemos. Equiparar puñetazos, insultos y destrozos al derecho a la protesta nos aboca al deber de protestar. Porque tal equiparación es un golpe bajo a las libertades.
La cuestión del indulto en sí no es manca. Un indulto es una anomalía de la división de poderes. El Ejecutivo se mete en los campos del legislativo y del judicial para enmendarles la plana. Pablo Iglesias, exigiéndolo para su Bódalo, demuestra que la pureza del Estado de Derecho le trae al pairo.
Y, por último, está el -ya comentado a cuenta de Rita Maestre- uso alternativo del Derecho. Lo que hacen los míos está de lujo, no altera nuestro código ético, no dimite nadie y vámonos que nos vamos. Lo de Bódalo, aunque el personaje no lo parece, es muy serio.
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