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NOS pasamos el día sopesando el supuesto sorpasso de Unidos Podemos al desunido PSOE. Pero se nos pasa que el verdadero peligro para el partido socialista viene de la ribera amable. O de ambos lados, porque entre Ciudadanos y Podemos le van a hacer un sándwich.
Lo de Rivera está silenciado. Sin embargo, que el PSOE esté obsesionado por el peligro de Podemos y no vea venir el de Ciudadanos demuestra, paradójicamente, que Rivera tiene muchísimo más margen de actuación. Pedro Sánchez tiende a radicalizar su discurso para taponar la brecha a su izquierda sin percatarse de que tiene otra por la espalda. Se afea a Ciudadanos que escore hacia el PSOE, perdiendo la equidistancia centrista entre los dos grandes, y más cuando muchos votos suyos venían de un electorado de derechas cansado de las desganas del PP y de sus incumplimientos. Rivera, sin duda, asume ese riesgo, pero no lo hace a tontas y a locas. Tiene un plan. Que es quedarse con el centro izquierda, esto es, con la socialdemocracia. El abrazo de Rivera a Sánchez es el abrazo del oso, aunque parezca de peluche.
El PSOE está, pues, rodeado. A su izquierda, Unidos Podemos abduciéndole todo el voto demagógico y antisistema. A su derecha, Ciudadanos presentando un discurso de izquierda europeísta y responsable, que terminará tal vez por seducir a los socialistas más homologables, cada vez más preocupados. Entre Podemos y Ciudadanos, no van a dejar al PSOE más campo que el campo, que el voto rural.
Demandar un debate cara a cara con Rajoy era el intento de Sánchez de escapar por arriba, reforzando su caché. Rajoy no le va a echar ese cable porque no le debe nada (todo lo contrario); y porque prefiere un PSOE pequeño y, por tanto, abocado a la gran coalición o a la gran abstención; y un Podemos que desconecte el voto radical del moderado de izquierdas; y un Ciudadanos con el que se pueda pactar lealmente, aunque con mucha exigencia.
A corto plazo, Ciudadanos tendrá que aguantar su número de votos, a pesar de que en el camino se dejará bastantes de los de derechas. ¿Lo logrará? A medio plazo, deberá incorporar los cuadros más dinámicos del PSOE como ha hecho con los de UPyD, y eso le costará todavía más, pero lo necesita para remediar su anemia orgánica y territorial. Si le sale bien, a largo plazo tendríamos un nuevo partido de centro-izquierda con menos contradicciones internas y sin peajes ni resabios históricos.
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