Notas al margen
David Fernández
El problema del PSOE-A no es el candidato, es el discurso
Desafíos universitarios/16
PARA situar adecuadamente mis siguientes afirmaciones sobre los riesgos del Internet, tanto en la investigación como en la docencia universitaria, advierto desde el principio que reconozco sus ventajas por la rapidez para acceder a informaciones, por la facilidad para establecer intercambios de experiencias, por su capacidad para guardar trabajos y por su comodidad para manipular y procesar datos. Declaro, por lo tanto, que no lo considero un obstáculo, pero me permito señalar que, si lo utilizamos de manera exclusiva y como el solucionador de todos los problemas científicos, económicos, sociales, políticos y culturales, puede traicionarnos llevándonos por sendas erróneas. En mi opinión, sus principales peligros se sitúan -aún más que en su uso inadecuado- en la exagerada convicción ideológica de que es la gran revelación sobre los comportamientos humanos y sobre el funcionamiento del mundo.
Para evitar tales riesgos propongo que realicemos los análisis pertinentes aplicando los principios y los criterios metodológicos que nos proporcionan las Ciencias Humanas, en especial, la Sociología, la Psicología, la Historia y la Antropología. No rechazo, por lo tanto, el uso del Internet sino que, siguiendo a algunos autores como, por ejemplo, Morozov, sugiero que lo empleemos integrado en un proyecto más humano que trascienda la estrecha mentalidad tecnológica y que -evitando una visión reduccionista- admitamos que existen otros caminos metodológicos e instrumentales que incluso orientan la reflexión sobre la eficacia de internet para lograr el desarrollo humano personal y social.
En mi opinión, la adicción creciente a internet puede explicar la progresiva disminución de las visitas a las bibliotecas para hojear esos tomos robustos y polvorientos, mientras que permanecemos casi todo el tiempo asomados a estas ventanas luminosas y multicolores de los ordenadores. Algunos de los que aceptan el "internet-centrismo" como su único amo y como su "todopoderoso" señor han olvidado de cómo era el mundo antes de Google, Facebook o Wikipedia. Internet es, efectivamente, otro instrumento más, otra herramienta útil, otra fuente complementaria de información pero a condición de que no evite el contacto físico con los libros de papel, no impida la comunicación personal con los científicos ni las conversaciones con los artistas, y no sustituya las visitas a los espacios culturales como, por ejemplo, las bibliotecas, los museos, los locales de cine, los teatros, las salas de conciertos musicales o las galerías de pintura.
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