Gafas de cerca
Tacho Rufino
Un juego de suma fea
Su propio afán
VOY tan pegado a la actualidad, que va lanzada, que cuando desnudé el nudismo de las piscinas de Madrid, di por buena la noticia de que el impulso venía de Carmena, según constaba en los medios. Error, según me informan (insistentemente). Todo empezó con Álvarez del Manzano, y Gallardón lo mantuvo. Como mi objetivo no era criticar a nadie, sino analizar el nudismo, tampoco el dato era vital, pero ni que decir tiene que, de haberlo sabido, no habría resistido la tentación.
Porque lo de Álvarez del Manzano me habría llevado a la manzana original, la del paraíso, cuando tras probar del árbol, descubrieron que estaban desnudos, precisamente; o hasta a mentar a la bicha, incluso. Lo seguro es que me habría dado pie a una reflexión política. Sostuve que lo del nudismo empalma con el buen salvaje de Rousseau, fuente -ya que no piscina- del pensamiento progresista. Lo que en Carmena resulta coherente, en Manzano es no caerse del guindo. La izquierda, ante el nudismo piscinero, tiene una fermosa cobertura que le falta al PP, siempre en bolas ante la confrontación ideológica, como vengo denunciando aquí hasta mi total afonía, con tan mala pata que sólo se enteran los forofos del PP, que me lo afean de pensamiento, palabra y obra, mientras que el resto de la humanidad me ve muy pepero.
Aprovecharé este artículo -a su manera también impúdico- para desenredar otro malentendido del del otro día. Pedía allí que se acotasen zonas de playa familiar, para respetar lo mismo otros posicionamientos ético-estéticos en igualdad de condiciones. Algunos vinieron, solícitos, a recordarme que familiares son todas las playas, menos las nudistas. Error. Yo me refería a unos metros de arena donde no se practique top-less, contra el que no tengo nada en general, ni en concreto, más allá de que prefiero elegir cuándo verlo; y donde las parejas más fogosas no se fundan en la arena en intrincadísimos abrazos; y donde no se fume lo que sea y tenga que contestar "no sé" al "papá, ¿a qué huele?" de mis hijos, etc. Asumo que eso no puede pedirse en toda la playa, pero una zonita pequeña sería muy respetuosa con los que no queremos que los niños vean ciertas cosas. ¿Suena muy fuerte, quizá? También sonaba fuerte el nudismo hace poco, y aquí estamos. Entiéndannos a los padres conservadores: ¡tanta lucha a brazo partido con las olas de la la televisión y la tableta para venir a morir en la orilla…!
También te puede interesar
Gafas de cerca
Tacho Rufino
Un juego de suma fea
El catalejo
Tensión en los astilleros
Su propio afán
Enrique García-Máiquez
Guante blanco
El microscopio
La prioridad de la vivienda