Enrique / García-Máiquez

Cuatro esquinitas

Su propio afán

19 de septiembre 2016 - 01:00

PEDRO Sánchez tuvo su pequeña oportunidad con la gran coalición. Le animé, ¿recuerdan?, a hacerse ministro de Asuntos Exteriores en un gobierno tricolor. Habría cuajado tal vez como hombre de Estado, habría repartido cargos entre los suyos y habría practicado, en todo caso, su inglés, que lo tiene bueno. Pero no me lee, porque, fiel a su nombre de piedra, prefirió enrocarse en el "no" y en la búsqueda de alternativas alternativas, tan raras como indica la redundancia. No le salieron.

Ahora se encuentra con cuatro grietas en sus cuatro esquinitas. Las elecciones autonómicas no podrían celebrarse en peores regiones para sus intereses. En la esquina gallega, el PP se armará de moral con una mayoría absoluta o casi, que nos recordará el favor de las urnas al PP en el resto de España. Encima las Mareas pueden dar el sorpasso al PSOE. Donde el sorpasso se da por seguro es en la segunda esquina. En el País Vasco, Podemos superará al PSOE. Esto tendrá un efecto devastador, porque el gran mérito de Sánchez había sido aguantar el tirón de Podemos. Ahora se enfrenta a una visualización del fracaso de su único éxito. Ya es mala suerte, porque la partida se juega en regiones donde Podemos y afines tienen mucha fuerza.

Al sur hay otra esquina que ocupa un tercio del mapa y aún pesa más en el PSOE: Andalucía. Susana ha podido estar callada últimamente, instalada en su cabeza de ratón. Pero la sentencia de los ERE trae cola (de león), y ella, que ve a todos sus mentores mentados, tiene necesidad de que la política no se estanque, que fluya, y qué mejor que hacia nuevos gobiernos y nuevas etapas. Ha empezado a empujar y ya no parará porque no se trata de su ambición, sino de su supervivencia y justificación.

No hay tres sin cuatro, y hasta la número dos por Madrid del PSOE, la ex jueza Margarita Robles ha declarado: "Una opción para que haya Gobierno es que Rajoy no sea candidato". Se trata de una salida honrosa para los socialistas, pero, a estas alturas, ya sólo podrán cobrarse la cabeza de Rajoy con la de Sánchez al lado, haciendo pendant. Eso lo sabe Robles: hubo un tiempo (fue la segunda oportunidad de Pedro) en que podría haber pedido el paso atrás de Rajoy a cambio de sus votos. Tras tanto "no" y "no", ya no. Pedro Sánchez nos ha dado un gran ejemplo de resistencia numantina, sin duda, y una buena lección: resistir, por mucho que lo afirmase Camilo José Cela, no es ganar.

stats