La aldaba
Carlos Navarro Antolín
Siempre el Ejército
El pinsapar
EN el interior del estudio ha comenzado el rodaje de la película de nuestras vidas. Parece como si estuviera sucediendo algo excepcional. Pero es un algo vulgar, narrativa sin complicaciones. Sujeto, verbo, predicado. Lo clásico. Unos y otros pretenderán hacer de esto una enormidad, no lo será. Tensar, tensar… Nada. Apenas hay acción, sólo esta cosa de parecer que está ocurriendo algo excepcional, una especie de catástrofe en un vaso de agua. Horror, horror, se abstienen. Todos saben que hay una simulación gigantesca, que se está rodando una película de bajo coste, con subvenciones del Ministerio de Cultura y Premio para que el director diga que no se ha sentido español ni cinco minutos en toda su vida, he ahí la clave, sentirse español. Que es como un verbo conjugable: yo me siento español, yo no me siento español, yo me siento anti español. El serlo ya forma parte de otra metafísica. Cada espacio compartido (nueva forma de llamar a las tierras y los pueblos de España, como cuando entonces, y antes) se levanta por si acaso le llega una pedrea, o un premio. O sea, que no es un espacio el que se convierte, le han puesto lindes previas a las fronteras que le pondrán, le pondremos todos si lo que iba para comedia termina en un drama, o en otra de zombies caminando torpemente tras levantarse del inmenso cementerio de la Patria.
¡Se van a abstener, por Dios! Eso nos destruirá como partido de la gente porque nos han entregado a la Derecha, paradigma de todos los males de España. Uno oye de todo, lee de todo donde lo que se escribe llega al fin del mundo, al fin de Facebook. O Twitter. Hay lo que le llamamos redes. Bien mirado es eso, una red para pescar incautos. Es como un muro en donde colgar el malhumor, todas las ofensas de la vida. O el pedaleo insistente de algunas cadenas de televisión, maquinarias a tiempo completo de aventar malestar, crear desasosiego.
Silencio, se rueda. Y el secreto estará en eso, en que cuanto más silencio se pida más ruido habrá por todas partes, más gente gritando delante de Ferraz o en los Gaspar del Pino de toda esta piel do toro, este país que tiene la historia más triste de todas las historias, como escribió Gil de Biedma. Curiosa esta minoría que aprueba abstenerse frente a la inmensa marea de militantes que están por el NO y por qué parte del No no entiende usted, señor Rajoy. Por eso se rueda, está la refundación, que pide Pedro Sánchez, que quiere hacer del PSOE el partido de la gente, como Podemos. Dice.
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