La esquina
José Aguilar
¿Tiene pruebas Aldama?
La firma invitada
CUANDO en agosto de 2005 decidí abrir el blog no tenía la menor idea de cuanto engancha escribir tu propio diario y de la emoción de compartirlo con todo el mundo. Conservo mi blog original www.pepecontreras.blogspot.com pero también mantengo otro, La Telaraña, en mi periódico -El Economista- con un enfoque más global. Lamento, en ocasiones, que otros compañeros no opten por tener su propio blog, un espacio de opinión y desahogo, sin interferencias. Durante estos tres años largos mis posts (publicaciones) dan fe de mi vida, de mis opiniones, de los minutos de furia y decepción, de las músicas que me alegran el alma, de mis viajes y personas con las que me relaciono. No lo cuento todo, gracias a Dios, ni tampoco -como en los primeros meses- estoy enganchado horas y horas a Internet. Desde 2005 solo una persona, que he borrado de mi disco duro, se atrevió a insinuarme que debía cerrar el blog, a lo que me negué en redondo. Este enemigo de la libertad sabe ya que era lo peor que podía hacer.
Internet es como la vida, como el mundo, contiene lo bueno y lo malo, la perversión y la bondad, lo que te gusta y lo que no. Y se establece una relación extraña con los lectores. En mi caso, recibo decenas de comentarios que piden no ser publicados en el blog, a veces son la pista para una buena información -la materia prima del periodismo- y otras, motivo de reflexión inquietante. También hay amenazas, las peores son las sutiles. Pero gracias a Dios ningún e-mail es realmente anónimo -hay algunas herramientas- y a veces he sorprendido a algún malandrín con una llamada a su teléfono o un correo electrónico recriminándole su mala leche internauta. El fenómeno de los blogs ha puesto a cavilar a la prensa convencional, porque ya son una fuente en la que beben muchos lectores ávidos de otros puntos de vista. Y los dispositivos inalámbricos (Iphone, Blackberry) permiten leer cualquier publicación donde quiera que estemos.
Hay momentos en los que, en casa, con la familia, abro el 'ultraportable' (mini ordenador) y me conecto gracias a módem de la ADSL móvil. Ese día, el comentario resume la opinión de mi gente, mis amigos, los que me rodean, ciertamente el mejor bálsamo y freno a los ímpetus que no he perdido. Bloguear es divertido, escribes lo que piensas justo en el mismo instante de hacerlo. Pero debes mesurar cada vez más lo que escribes. No se trata de autocensura, sino de responsabilidad cuando, al recibir las estadísticas, descubres con sorpresa el número de visitantes únicos, de páginas vistas y de retorno. Y por eso los comentarios en mi blog están moderados, se publican aquellos que se formulan con respeto y valentía, pero no los insultos baratos y anónimos. Eso no es coartar la libertad, es simplemente aclarar las normas de funcionamiento de la república independiente de mi casa (que acierto la campaña de Ikea). Si las cumples bien y si no, con cambiar de dirección en la barra de navegación del explorador tienes más que suficiente. Y me va bien, los comentarios son enriquecedores para todos.
Los blogs son noticia estos días en Sevilla. Todo el año, a través de Google Talk, suelo conversar con Luis Rull, a quien felicito de corazón por Evento Blog, que no me pienso perder en todo el fin de semana. En 2005 éramos pocos, pero en 2008 ha parido hasta la abuela y cientos de bloggers nos reuniremos para colapsar el 'wifi' del evento y consumir toda la banda ancha necesaria de los operadores, que nunca nos explican la razón por la que se "caen" las conexiones a primera hora de la mañana y última de la tarde.
En estos días ando perfilando, después de tres años, mi nuevo blog. Más contenidos, otros colaboradores, espacios de encuentro y de opinión, música, podcasts, una aventura en la que no estaré solo. De todos los episodios vividos, el más apasionante fue durante mi etapa como subdirector de Periodista Digital, en el que seguía colaborando con el diario El Mundo de Andalucía (ni Pedro J. ni Alfonso Rojo me recriminaron nunca esa compatibilidad). Gracias a la blogosfera descubrimos, certificamos y probamos que la fragata española 'Álvaro de Bazán' participó en misiones de guerra global contra el terrorismo en el Golfo Pérsico, bajo mando norteamericano. Aquello motivó una comparecencia del entonces ministro de Defensa, José Bono. Y, sobre todo, uno de los más vivos debates en la red que yo recuerdo hasta ahora. Al final, todo estaba en Internet, más exactamente en la web de la Navy, donde se detallaban todos los pasos.
Esta tribuna libre que me pide el Grupo Joly se publicará en mi blog el mismo día. En 1985 tuve la suerte de pertenecer al equipo fundacional de Diario de Jerez. Y suelo citar frecuentemente, con sus correspondientes hipervínculos, a los excelentes compañeros que trabajan en Andalucía, a quienes invitaría a crear sus propios blogs porque seguro que tienen información valiosa que no siempre cabe en el papel. ¡A bloguear!
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