Enrique / García-Máiquez

El año breve de Rajoy

DE POCO UN TODO

07 de enero 2009 - 01:00

PARA Rajoy, 2008 no fue bueno (perdió otras elecciones generales), pero puede que haya sido uno de los pocos españoles en lamentar que se acabara. Al fin y al cabo, ganó algo: su congreso en Valencia.

2009 se le presenta aún peor, aunque por lo menos le será breve. Las elecciones gallegas y las vascas son en marzo y las europeas en junio. Si pierde, se tomará las uvas antes del verano. Por ahora, las encuestas le vaticinan batacazos.

No me extraña. Últimamente, la estrategia de los populares se difumina en tácticas bastante impopulares entre sus votantes. Tras alertarles de que la nación se rompía, de la maldad del modelo estatutario, de la marginación del español en muchas regiones de España, de la desorientación en política internacional, el PP se ha puesto a girar al centro como una peonza frenética. Ha firmado Estatutos, se ha ofrecido -infructuosamente- a los nacionalistas, ha defenestrado a los líderes de la anterior legislatura (excepción hecha de Rajoy) y se ha encastillado en la economía. Eso ha gustado mucho a los medios progresistas, no a los que votaron (10 millones) al PP en las pasadas elecciones. No hay que olvidar que esos millones fueron movilizados con el discurso anterior y que, al cambiarlo de repente, les dejan ante esta disyuntiva: o pensar que las advertencias del PP eran infundadas, con lo que se viene abajo la credibilidad en sus análisis; o que eran fundadas, pero que no convienen ahora, con lo que se viene abajo la credibilidad en sus principios.

Para colmo, la apuesta por la economía está resultando ruinosa. En tiempos de crisis el pueblo soberano parece preferir un Gobierno proteccionista a uno liberal, y ya pedirá responsabilidades cuando escampe. Encima, con la que está cayendo, en el PP se han creído obligados a apoyar todas las medidas anticrisis del Gobierno, criticándolas, sí, pero votando a favor.

Que se les pongan las encuestas en cuesta arriba es, por tanto, natural. Refunfuñan, pero no hacen oposición ni en economía y, de paso, ofenden a los que prestaron oídos a sus advertencias de crisis nacional. Los recientes movimientos del PP (candidatura europea de Mayor Oreja, guiños a Acebes y Pizarro) indican que en Génova, 13 han descubierto una vía de agua por la derecha y quieren taponarla como sea. No funcionará, porque se les ha visto demasiado el juego, que es doble.

La impresión es que Rajoy se tambalea como una peonza exhausta y da bandazos agónicos a derecha y a izquierda. Tal vez de aquí a junio gane algo y encuentre un punto de apoyo, pero por ahora las felicitaciones de estos días deben de sonarle como "¡Fugaz año nuevo!"

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