Rafael Navas

Los dineros municipales

El catamarán

25 de enero 2009 - 01:00

UN pequeño pueblo de Granada, Jun, con 2.500 habitantes, ha decidido cómo reparte los 420.000 euros del Fondo Estatal de Inversión Local mediante votación entre sus vecinos. Y para hacerlo más rápido, cómodo y fácil, ha utilizado un blog en internet y una dirección de correo a la que los habitantes podían hacer llegar sus propuestas. No crean que ha salido nada extraño; los vecinos han pedido mayoritariamente, y así se hará, el soterramiento de contenedores (629 votos), el arreglo del cementerio (492 votos) y la mejora de las escuelas (297 votos). Todo muy lógico, nada de caprichos o excentricidades, pues los vecinos son los que saben qué es lo que les hace falta. Porque estos días en los que, con mayor o menor celeridad se están presentando los proyectos de los ayuntamientos con cargo a ese fondo, hay cosas con las que no todo el mundo estará de acuerdo. Las decisiones políticas de los representantes públicos legítimamente elegidos por los ciudadanos, acertadas o no, han de ser respetadas pero nunca está de más escuchar a los vecinos. El dinero que ha llovido del cielo estatal no sólo debe servir para crear empleo sino para invalidar cualquier tentación de reducir los gastos sociales con la excusa de la crisis. Ningún ciudadano entenderá que se gaste menos en educación, en deporte, en cultura o en servicios sociales porque haya que arreglar un bache o colocar una farola. Los 'intangibles' son incluso más importantes que las obras. Porque la inversión en las personas es más importante que en las cosas aunque a veces, erróneamente, el político piense que no da réditos electorales.

Para terminar, un detalle que tiene que ver con todo este asunto de presupuestos de gastos e ingresos municipales para 2009. Algunos ayuntamientos parecen no haberse enterado todavía de que el IPC bajó el pasado mes de diciembre hasta el 1,4%. Lo digo porque más de uno debería ir planteando ya una revisión de las subidas de tasas e impuestos aprobadas teniendo como base la previsión del 4%. ¿A que si fuera al revés sí lo harían? Pues, hala, a aplicarse el cuento, que no está el horno para bollos.

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