Su propio afán
Enrique García-Máiquez
Ramón Castro Thomas
El catamarán
EL debate sobre la autoridad del profesor no sólo ha coincidido con la vuelta al 'cole' y algunos incidentes juveniles. También con la enésima crisis del PSOE de Cádiz capital, que algo tiene que ver con el asunto. Esta vez han sido las nuevas tecnologías las que han vuelto a poner de manifiesto la deriva socialista gaditana, cuyo origen se remonta a la llegada de Teófila Martínez. Un blog, un simple blog, de esos que puede crear cada uno en su casa con un par de clicks en el ordenador, ha sacado los colores a una poderosa organización, convirtiendo la noticia del expediente a sus autores en noticia de alcance nacional. Coincide el hecho, para más inri, con un clima de opinión sobre las divisiones en el PSOE a nivel nacional. Comparado con lo de Madrid, lo de Cádiz es una anécdota, por supuesto. Pero suma. La pregunta que cabe hacerse es cómo se ha llegado a este punto. Porque no estamos ante un problema de libertad de expresión, como algunos pretenden hacer ver. A los doce socialistas gaditanos que supuestamente alimentan ese espacio digital para el debate no se les ha expedientado por participar o impulsar un blog, que no es más que una herramienta que se puede usar de muchas formas. Un blog es como un coche, que se puede usar para ir a trabajo, para repartir pan... o para colocarle en el techo un megáfono y proclamar a los cuatro vientos que fulano es un inepto. Con todo, la culpa no es sólo de los autores del blog, a los que tal vez se les haya ido la mano en más de una ocasión colgando algún comentario fuera de tono en un exceso de celo participativo. No. La culpa principal es de quien no quiso preguntarse desde un primer momento por qué aparecían esos comentarios y no supo ver el peligro que eso encerraba si no se ponía solución. Y esa solución pasaba, ni más ni menos, que por el diálogo, no por hacer uso exclusivo de la autoridad -como el debate educativo pone de manifiesto estos días- sino también por tener mano izquierda. Pero el problema es que en el PSOE de Cádiz hace tiempo que no existe el diálogo y esas cuestiones no se plantean. Simplemente se va dejando pasar el tiempo hasta que estallan en la cara y ya es demasiado tarde. Porque aquí, señores socialistas de Cádiz, pierden todos: críticos y oficialistas.
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