La esquina
José Aguilar
¿Tiene pruebas Aldama?
La firma invitada
El Consejo de Ministros aprobó este sábado el proyecto de Presupuestos Generales del Estado (PGE), unas cuentas que van a responder a tres criterios: austeridad, gasto social necesario y mantenimiento de la inversión productiva.
El Partido Popular, y sus líderes en la provincia de Cádiz no iban a ser menos, se ha lanzado a la carrera para tratar de deslegitimar -aún sin conocerlos- unos Presupuestos con una fuerte impronta en política social. Esta apuesta por el mantenimiento de la cohesión social es justo lo contrario de las verdaderas intenciones del PP, que consisten en la reforma del mercado laboral para abaratar el despido, la bajada de impuestos a las rentas más altas y el adelgazamiento del gasto público dedicado a las políticas sociales.
Frente a estas políticas que el PP oculta a los ciudadanos, el Gobierno socialista ha elaborado unos Presupuestos que permitirán nuevos avances en las políticas sociales como el aumento de la protección por desempleo.
Es la seña de identidad de un Gobierno como el de Zapatero que ha incrementado el Salario Mínimo Interprofesional, ha establecido más ayudas en vivienda a las familias con menos posibilidades y ayudas al alquiler para los jóvenes, ha puesto en marcha una Ley de Dependencia de la que hoy se benefician 500.000 personas dependientes y como no, ha velado especialmente para que las pensiones mínimas hayan subido hasta un 30% en cuatro años.
Los Presupuestos del año 2010 serán los de la reactivación económica. Todavía nos quedan momentos difíciles, pero lo peor de la recesión ha pasado gracias a las medidas extraordinarias aprobadas por todos los gobiernos del mundo.
Los PGE de 2010, junto con la nueva Ley de Economía Sostenible, serán los pilares fundamentales para estimular un nuevo modelo de crecimiento con más innovación, con más capacidad productiva y con una apuesta clara por la Educación.
Andalucía y la provincia de Cádiz están llamadas a liderar esta apuesta por un crecimiento sostenible y sabremos estar a la altura de este reto.
Mucho se viene hablando estos días sobre la nueva propuesta fiscal que se dará a conocer en los Presupuestos. El ruido mediático del PP no puede borrar un dato irrefutable: tenemos una política fiscal moderada, cuatro puntos por debajo de cuando gobernaba el PP y siete puntos por debajo de la media europea.
El Gobierno socialista, en estos cinco años, ha bajado en cinco puntos el impuesto de sociedades, ha eliminado el impuesto de patrimonio y ha rebajado el IRPF con un montante de 9.000 millones de euros.
Pero la situación económica actual hace necesario mejorar la capacidad de ingresos del Estado para mantener el nivel de bienestar social. De esta crisis debemos salir juntos y a la vez y este objetivo se conseguirá a través de un mayor esfuerzo fiscal por parte de las rentas más altas.
Gobernar es decidir y el Gobierno socialista ha apostado por defender a los que menos tienen y avanzar hacia un nuevo modelo de crecimiento sostenible.
Frente a este proyecto, respaldado por más de 11 millones de votantes, está la incoherencia del Partido Popular que, por un lado, solicita inversiones para todos los territorios y por otro, exige una reducción del gasto.
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