La aldaba
Carlos Navarro Antolín
¡Anda, jaleo, jaleo!
La firma invitada
DICEN los palmareños, los que viven la playa del Palmar, que ellos tienen muchos problemas, y que les parece raro que quienes vienen a salvarlos ahora, sólo les preocupen los hoteles. A los que allí vivían con sus parcelas agrícolas, se les han sumado cuantos al canto del mar, han hecho sus casas, constituyéndose en un respetable poblado carente de muchos servicios elementales como son el agua corriente, el alcantarillado, los caminos, etc. Ahora se anuncia la construcción de hoteles y se crea una plataforma por gente foránea en contra de ellos.
No se puede decir ¡no a los hoteles! así como así. Y no se puede reclamar virginidad para otros y para mí lujuria. Porque con tanta carga y campaña y tal desembarco en Normandia, lo único que van a conseguir es tener a todo el pueblo en contra y lo que es peor, perder toda la razón.
Hoteles sí, pero respetuosos y bien programados, no barbaridades. Pero decir que no tajantemente a los hoteles, ¿por qué? Un ejemplo, en el mismo casco de Vejer hay ahora tres hoteles, San Francisco y el Califa y el V de tres estrellas y más cuatro hostales de dos estrellas, magníficamente incrustados en el urbanismo callejero, en un pueblo que es ejemplo en toda Andalucía por su cuidado y esmero en preservar nuestra arquitectura popular. ¿Se podría decir en Vejer, hoteles no? ¿Sería razonable? Pues lo mismo en El Palmar. Otra cosa es que sean respetuosos, que estén separados de la playa y que no rompan el paisaje.
Y la virginidad. Desde que por los años setenta empezó a cuidarse El Palmar, limpiar los padrones, hacer la carretera, dotarle de servicios de playa, etc, las construcciones ilegales han sido caballo de batalla, igual pero menos que en otros sitios cercanos a las playas de nuestra provincia. De manera que punto primero, El Palmar ya no es tan virgen. Y segundo, ¿por qué en Conil, en Tarifa, en Chiclana puede haber hoteles a mansalva y en Vejer no? Que alguien me lo explique. ¿Por qué los no vejeriegos tienen que decidir el grado de virginidad que hemos de llevar nosotros? ¿Por qué nos dan a exigir el voto de castidad quienes no lo tienen ni de lejos? Nadie quiere aquí el desmadre, pero no se nos condene al cenobio.
Todo el mundo puede opinar sobre el tema, incluido el alcalde, sea del PSOE o del PP . El alcalde es el alcalde de todos los vejeriegos y tiene derecho a dar su opinión. Y no es justo que lo empalen porque diga que no queremos "un turismo de mortadela" , frase quizás no muy acertada pero que define el asunto. Me explico.
Nadie quiere por aquí un turismo de seudohippies, ese que viene de Milán, de Sevilla, de Bilbao y hasta de Montreal en cutres tartanas. Que viene a Los Caños y a El Palmar con tantos dólares y euros, que tienen que alimentarse por las noches hurgando en los residuos de los contenedores. ¿Que tienen derecho a venir? Por supuesto, pero que les pongan por favor un comedor social, para que esto no parezcan las orillas del río Ganges en la India.
Otra cosa son -¡ojo, ojo!- los que practican el surf, el kitesurf y los windsurfistas, estudiantes, trabajadores hijos de todos los vecinos, hijos nuestros, que vienen a coger olas y sólo disponen para tomarse un bocadillo en frente del Alférez, como muy expresivamente dicen ellos. Bienvenidos todos y que vengan a miles. Son los reyes de estas playas y de El Palmar. Nadie critica el turismo joven. Al contrario. Ese turismo es signo de vida, de prosperidad y de futuro. Y si son deportistas, más, mucho más.
Lo que la gente de aquí quiere es que vengan también turistas de todas partes que tengan recursos, que den comida y puestos de trabajo, ¡carambo! Que eleven el tono, que aporten. Miren ustedes un ejemplo, que me lo conozco bien: restaurantes en El Palmar hay por lo menos veinte. Todos han prosperado gracias a Dios (y al Ayuntamiento de Vejer -¡ojo!- que no les puso muchas pegas desde su nacimiento, ellos lo saben) saliendo de casi la miseria que entonces había en El Palmar y gracias a su magnífico y ejemplar trabajo en familia han prosperado. Sin embargo, sólo uno o casi uno abre durante el otoño invierno y primavera. ¿Por qué? Pues ellos no tienen un pelo de tontos y si no abren es porque no hay clientes, porque no hay gente que vaya a comer, porque no tienen 'pelas'. Así que no se puede decir que no hace falta, dónde y cómo alojar a quienes pueden dar y contribuir al desarrollo de todo tipo.
No son incompatibles los hoteles con las pequeñas empresas y negocios familiares. Eso no es cierto y,de hecho, en cualquier lugar turístico desarrollado viven y prosperan tanto unos como otros y se apoyan mutuamente, dentro de la libre competencia y creatividad. No se puede hacer demagogia en un sentido o en otro. No se puede venir a El Palmar diciéndole a esta gente, que la solución a sus problemas es que van a venir miles de turistas, si no hay estructuras y servicios apropiadas. Hay que apoyar a las pequeñas empresas y a los negocios familiares, ¡sí! Pero eso no basta.
Me he leído detenidamente el rico y lujoso folleto editado por los opositores. Y me he quedado de piedra. ¿Cómo se pueden decir tantas medias verdades? ¿No comprenden que la gente no es tonta y lo único que van a conseguir es el propio descrédito? Siempre me acuerdo de cuando Colón llegó a la isla de Guananí y les cambiaba a los indios el oro por campanillas y espejitos.
Los vejeriegos también estamos enamorados de nuestra tierra. Tanto, que en ella hemos nacido y en ella vivimos y moriremos. Y concretamente, los palmareños vecinos de este pago o barrio vejeriego, igual. Ellos quieren, con todo derecho, tener servicios básicos y públicos, y luchan por ellos. Nadie quiere perder el medio ambiente ni la playa ni nada. Sólo compatibilizar lo que tenemos con servicios competentes. Nadie puede comprender que esto se mantenga como hace cincuenta años, cuando había que sacar los muertos en burros porque no había carretera. Con la ventaja de que llegara uno de fuera y se comiera un pollo de campo debajo de un sombrajo de cañas.
Por una parte están los que quieren llenar nuestros campos de parques de molinos eléctricos en tierra y mar y huertos solares y por otra los que no quieren vengan hoteles.... Sensatamente, me dirijo a los miles (¿??) que dicen que han firmado en la plataforma: ¿Ustedes creen que hay derecho a esto?
Los vejeriegos que antes vivían de la agricultura y de la ganadería ahora viven más del turismo, que da más puestos de trabajo que los dos sectores citados. ¿Es justo que no pueda prosperar adecuada, honrosa y civilizadamente? ¿Necesariamente tenemos que ser el convento virginal de la provincia y lleno de molinos y de huertos?
Mis comentarios desde el más absoluto respeto a posiciones ecologistas, hasta las más extremas. Saben muchos de ellos, que me conocen, que yo no soy un testaferro de los hoteles, sino más bien un ciudadano, capaz de matarme por defender un árbol.
Un poco de sensatez y no sacar las cosas de quicio. Luchemos todos por conseguir una costa en El Palmar respetada, ecológica, agradable, moderna y con futuro para nuestra gente.
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