Náufrago en la isla
Manuel Muñoz Fossati
Lo importante es el tamaño
La firma invitada
UN minuto que pasa es irrecuperable. Sabiendo esto... ¿cómo podemos malgastar tantas horas?" Estas son las palabras de un gran hombre: Ghandi. Y cuánta razón tiene…
El tiempo que pasa es irrecuperable. El tiempo es nuestro recurso más preciado y escaso, al mismo tiempo que es un valor universal: todos disponemos del mismo número de minutos al día: 1.440. Desde la persona más rica, a la más pobre. Desde el más inteligente hasta el más analfabeto. Desde el más poderoso al más humilde.
Es importante que tomemos mayor conciencia del tiempo y le demos valor a cada minuto de nuestra vida. Que valoremos nuestro tiempo, y también el tiempo de los demás. 1.440 minutos al día. Para disfrutarlos, para optimizarlos, para regalarlos e incluso para malgastarlos. De nosotros depende como aprovecharlos mejor.
Claro que no siempre depende del todo de nosotros. Algunos incluso nos podremos llegar a preguntar si somos realmente dueños de nuestro propio tiempo…y desgraciadamente podemos llegar a la conclusión de que no siempre lo somos.
Existen los llamados "ladrones de tiempo", que van desde una llamada excesivamente larga o una visita inesperada a la ineficiencia de personas a nuestro alrededor o esas reuniones eternas de trabajo. "Ladrones" que nos roban nuestro tiempo.
Aunque no debemos confundir las interrupciones externas con "culpar" a agentes externos de todos nuestros males. A veces, también debemos aprender a decir "No". No busquemos culpables, optimicemos nuestro tiempo y nuestras energías y encontremos soluciones. Y también hay que ser realista: no hay tiempo para todo.
Vivimos en un mundo tan globalizado, que tenemos prácticamente todo a nuestro alcance. Vivimos en la era de las posibilidades y también en la de las frustraciones. España preside en estos momentos la Unión Europea y hay algo que nos separa todavía mucho de nuestros vecinos: nuestros horarios.
Necesitamos unos horarios racionales para poder conciliar mejor nuestra vida personal y laboral, teniendo en cuenta que conciliar NO es trabajar menos, es hacerlo de una manera más eficaz, racional y productiva. Formamos parte de una unidad global, por lo que los horarios deben favorecer la comunicación y la interrelación global. En España no es así: nuestros horarios NO nos facilitan las relaciones en un mundo tan globalizado. Y en ese camino lleva trabajando incansablemente la Asociación para la Racionalización de Horarios Españoles www.horariosenespaña.es desde hace más de 7 años.
Debemos aprovechar mejor el tiempo de trabajo (optimizar el tiempo) y premiar el trabajo efectivo, bien hecho y terminado a tiempo, antes que la presencia. Trabajar por objetivos, no por horas de presencia, porque como bien dice D. Ignacio Buqueras, Presidente de Ahroe, "El presentismo no asegura la eficacia.
En España, debemos erradicar la cultura del presentismo por la de la eficacia, aspirando a la excelencia". Los horarios en España son una cuestión de inercia, de hábitos que debemos cambiar entre todos. Porque no siempre hemos tenido estos horarios…
El cambio es posible y depende de nosotros, debemos ser exigentes con nosotros mismos. No tengamos miedo a los cambios. Debemos concienciarnos y concienciar a toda la sociedad para ayudar a cambiar. Está en nuestra mano cambiar nuestro mundo interior, lo que supone cambiar el exterior. Y para esos, es importante que cada uno de nosotros contemos con una actitud proactiva.
Debemos establecer nuestra propia escala de prioridades en cuanto a la distribución del tiempo y darle mayor valor al tiempo, haciendo convergentes nuestros horarios con los países de economías más avanzadas.
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