La aldaba
Carlos Navarro Antolín
¡Anda, jaleo, jaleo!
Cuchillo sin filo
He seguido con gran interés el debate en los medios sobre la construcción de hoteles de alta categoría en El Palmar de Vejer y he notado las voces críticas contra dichos planes. Como profesional en el mundo turístico los últimos 25 años he notado claramente la falta de un producto turístico de alta calidad y que es atractivo para un tipo de turismo que está en auge en nuestra costa.
Hay una oferta turística muy grande, pero es un producto de una escala muy pequeña, que atrae a algunos turistas nacionales e internacionales, los últimos sobre todo, que viajan por su cuenta. Atraer a los extranjeros a nuestras playas, junto con turistas más locales es bueno, pero es un nicho limitado, ya que está concentrado en la temporada alta de julio y agosto y con un impacto limitado al bien de nuestros municipios. Lo que falta es una oferta turística atractiva para que los intermediarios turísticos traigan a más gente. Se sabe que el turista de los touroperadores internacionales pasan una media de 12 días en el mismo destino, mientras que los que organizan el viaje por su cuenta pasan una media de 5 días . El turista que viene con el paquete contratado gasta entre 50% más por día. El impacto para el pueblo de un hotel internacional de alta categoría, no solamente se refleja en los puestos de empleo que el mismo hotel crea, si no que es también un gran impacto a muchos suministros locales y a los negocios de la localidad cómo tiendas, bares, restaurantes y servicios.
Creo el turismo internacional ha aprendido mucho de los errores de los años 70 y 80 cuando se construyeron hoteles y destinos enormes y sin ambiente local. El turista moderno de hoy es bastante consciente del medio ambiente y quiere descubrir lo auténtico, pero también quiere y está preparado para pagar una alta comodidad y un buen servicio. Hay ejemplos fantásticos de la nueva generación de hoteles que combinan estos intereses. Hoteles que existen en perfecta armonía y contribuyen a la buena vecindad. Como ejemplo, mi empresa acaba de abrir un resort en la isla griega de Rhodos. Es un aparthotel con cerca de 500 camas, que es totalmente neutral en la emisión de dióxido de carbono y que perfectamente armoniza con la naturaleza que lo rodea.
El Palmar podía ser el mejor ejemplo de un lugar, donde la última generación de un hotel moderno y de buen gusto conviva y contribuya a una mejora total del pueblo. Posiblemente el desafío no es tanto sobre la participación o no en un turismo mucho mas lucrativo, si no sobre cómo elaborar esta oferta en armonía con el ambiente de la zona.
Creo que los Ayuntamientos de Vejer y Barbate están muy avanzados en sus planes y saben ver el potencial turístico que hay en el Palmar y en Trafalgar pero que no se comprometen con el futuro turístico de nuestras playas.
También te puede interesar
La aldaba
Carlos Navarro Antolín
¡Anda, jaleo, jaleo!
El mundo de ayer
Rafael Castaño
Tener un alma
El Palillero
José Joaquín León
Propietarios o proletarios
¡Oh, Fabio!
Luis Sánchez-Moliní
La semana ‘horribilis’ de Sánchez
Lo último