José De Mier Guerra

Al Liquindoi, Guachisnai, Candié

08 de agosto 2010 - 01:00

En Cádiz, al menos desde principios del siglo XIX, al turista con pinta de despistado lo hemos identificado como un inglés. Si se expresaba en cualquier idioma diferente al castellano, si era blanco y turista, era un inglés. Quizá esto se debiera al tiempo que estuvieron en Cádiz los militares ingleses como aliados nuestros contra los franceses, o por la presencia cercana de Gibraltar.

Poco a poco, a este turista con pinta estrafalaria y un hablar raro, se le fue llamando y aún hoy se le llama un 'Guachisnai'. Este nombre es producto de una deformación fonética de la expresión inglesa 'What´s your name?', que se traduce al castellano por ¿Cual es tu nombre?. Esta expresión, de tanto oírla el gaditano y, una vez pasada por el 'pasapurés' del tiempo y el habla popular se transformó en 'guachisnai'.

Otro 'gaditanismo', que en este caso tiene mucho que ver con las faenas portuarias y con la influencia inglesa en la época de mayor tráfico de barcos y mercancías en los muelles de Cádiz (siglos XVIII y XIX), es la expresión estar 'Al Liquindoi'. Se entiende como permanecer atento con la mirada, estar observando celosamente algo. Es también una deformación fonética de la expresión inglesa 'Look and do it' que era la voz que el capitán (inglés) daba al vigilante para que no sisaran la carga durante las operaciones portuarias. Hoy en día se usa de manera mas generalizada, como estar pendiente de alguna cosa, así como estar al día de cualquier tema.

En cuanto al origen de la palabra 'Cursi', cuyo significado según la RAE es persona que presume de fina y elegante sin serlo. Todos lo datan en el Cádiz del siglo XIX. Unos dicen que proviene de una copla de carnaval que ridiculizaba a las hijas de un sastre apellidado Sicour siendo el resultado de la permutación de las silabas al repetirse en el estribillo el sonido del apellido (sicur,sicur,sicur…). Otros opinan que viene de la palabra inglesa "curtsy", pues llaman de esa manera a la reverencia de las mujeres al agacharse.

Un 'candié'. Esta palabra también procede del ingles 'candy - egg', es decir huevo dulce. Consiste en dos yemas de huevo batidas con azúcar y vino dulce o moscatel. La mezcla tiene una auténtica tradición bodeguera. Los vinos de la zona del Jerez se clarificaban normalmente con clara de huevo, la albúmina de la clara consigue que las partículas en suspensión del preciado líquido se depositen en el fondo de la bota y además favorece la conservación del vino. Se utilizaba batiendo con una escobilla de palma la clara (de 15 a 20 huevos por bota de 500 Lts) dentro de una jarra de madera, a las que se le añadía un poco de sal hasta conseguir el punto de nieve, se le agregaba el vino hasta completar la jarra y se trasegaba de una a otra, una vez conseguida la mezcla se introducía ésta en la bota.

Con la yema, que en este caso era un subproducto, o se regalaba a los conventos donde se inventó el celebre 'tocino de cielo' o se transformaba en apetitosos y reconfortantes candiés. Esta presencia inglesa a lo largo del siglo XX se ha ido perdiendo, y aunque entre las colonias de extranjeros residentes en los pueblos de nuestra zona sigue siendo de mayoría inglesa, no está sucediendo lo mismo con los turistas que vienen en vacaciones.

En Chiclana, según los datos de la ultima encuesta del INE sobre ocupación hotelera, de los 628.709 turistas que pernoctaron en el año, 219.912 no procedían de España y de ellos tan solo 8.109 eran del Reino Unido, sin embargo de Alemania, vinieron 170.687 viajeros. Con estas cifras, parece que el mercado turístico inglés y a pesar de las tradiciones, es un mercado por descubrir.

stats