La esquina
José Aguilar
Por qué Sánchez demora su caída
El miércoles acudí a mi instituto Isla de León para asistir al homenaje que la comunidad educativa le hacía a Miguel Vélez, nuestro inolvidable amigo, enfermo tan joven y fallecido tan joven, con tanta ilusión, tantas ganas, tanta solvencia pedagógica, tanta inteligencia… Soy de por mí llorón y más de una lágrima me cayó de los ojos oyendo las cosas que dijeron sus compañeros y sus alumnos del profesor Vélez, entre ellos mi hijo Enrique, que lo quiso siempre y estuvo especialmente brillante recordándolo… Allí, sin proponerlo nadie, se enlazó con algo que ha llenado la semana de la gente buena que gestiona el Centro de Día de la Asociación de Enfermos de Parkinson. Porque Miguel fue atacado por la enfermedad muy pronto, para sorpresa y desconsuelo de tantos amigos como hizo en su vida truncada, y desde la Asociación de Enfermos de Parkinson Bahía de Cádiz se había preparado una semana importante en la que se estudiaban las nuevas estrategias contra la enfermedad y se lanzaban los mensajes necesarios, especialmente el S.O.S. conocido de la construcción de un Centro 24 horas para estos enfermos, del que ya hay proyecto, hay parcela y hay ganas pero que falta la voluntad política más que las buenas palabras.
No hace mucho imaginé con las palabras Isla Amable el conjunto de instituciones de la ciudad que nos reconcilian con nosotros mismos. Hacía referencia al UPACE de José Manuel Porras, el Centro de Alzheimer de Mari Pepa Castañeda, el comedor del Pan Nuestro del Padre Juan, el centro de AFANAS, el CRMF, todas las Cáritas de la ciudad… y el Centro de Parkinson de Lola Garzón, infatigable luchadora, junto a Baldomero y otros directivos que se sobreponen cada día a la crisis económica y a la crisis de valores para llamar a todas las puertas, sin desmayo, para que los enfermos de Parkinson de la Bahía de Cádiz tenga su centro de día completo, y tengan descanso sus familiares, y reciban aquellos la terapia integral que mejore sus condiciones de vida, su lucha contra la enfermedad.
Miguel Vélez fue un ejemplo igualmente de lucha para los enfermos de Parkinson, como de tantas cosas…
Pero el colofón de la semana ha sido el inesperado anuncio de Fernando López Gil: no pactaremos un gobierno con Manuel de Bernardo. No es lo mismo que viene diciendo Loaiza ("los concejales del PP me votarán a mí"). Salieron del gobierno por pedir responsabilidades políticas. Mejor dicho: fueron echados del gobierno por hacerlo. Pero no han llegado tan lejos como López Gil ahora, precisamente porque siempre pensaron que los andalucistas se irían con los socialistas. ¿Entonces? ¿Qué harán ahora? Mientras tanto podrían todos, desde López Gil a Javier Cano, todos-todos, firmar un papel público por el Centro de Parkinson, sacar de la "política" a la Isla Amable, preservarla de contaminación, desencuentros y paparruchas. O si no que se acerquen todos y vean a los enfermos en el piso de la planta baja del bloque que hoy es el Centro de Día (eso sí, dignísimo), y luego se pronuncien. Eso.
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