El torpedero torpedeado
Hoy se cumplen 125 años de la botadura en La Carraca del Peral, el ingenio sumergible que revolucionó la estrategia bélica en el mar, sin que San Fernando, donde se ideó, pueda dedicarle un homenaje
El sumergible ideado por Isaac Peral, un ingenio eléctrico pensado como torpedero, letal para la guerra en el mar, cumple hoy 125 años. Su botadura cumple 125 años, para ser más exactos. Acababa de nacer el submarino. No porque antes no existieran sumergibles, sino porque éste era el primero con cierta autonomía. Como bien es sabido, España no se aprovechó del trabajo que convertía en realidad una de tantas novelas de Julio Verne. Los motivos fueron varios y en los artículos que hoy publicamos se bosquejan algunos de ellos. Lo que es seguro es que el submarino se hizo realidad en San Fernando, en La Carraca. En la Academia San Carlos se formó Isaac Peral, sus profesores le animaron a desarrollar su inventiva, sus cálculos fueron avalados por matemáticos de la Armada que vivían en San Fernando y en San Fernando se montaron todos los materiales que Peral compró en distintas partes de Europa. Es decir, el submarino es andaluz. Pero no queda absolutamente nada de ello. Ni rastro. El Museo Naval de San Fernando sólo tiene del Peral una foto. Todo lo demás, planos, anotaciones..., se encuentra repartido entre los museos de Madrid y Ciudad Real. Y el submarino se encuentra en Cartagena, donde nació y pasó su infancia el ilustre inventor. Gracias a Cartagena ese primer prototipo sigue existiendo, ya que su destino en La Carraca era el desguace. De hecho, Cartagena dedica hoy toda la jornada a actos relacionados con la efeméride después de haber realizado durante los últimos meses un complejo trabajo de restauración del torpedero submarino. En San Fernando, que a principios de verano celebró unas jornadas organizadas por la Universidad CEU San Pablo, la fecha pasará desapercibida.
Diario de Cádiz quiere realizar una aportación a lo que fue un hecho trascendental en el desarrollo de la historia del siglo XX, del que se aprovecharon otras potencias. Es una metáfora de lo que pudo ser España y no fue. La historia está plagada de claroscuros, intrigas y torpezas. Hoy desvelamos algunas de ellas.
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