La aportación gaditana contra el ébola

Aída Muñoz formó sobre la enfermedad a los profesionales de Nigeria de un centro de tratamiento en Port Harcorut, ciudad donde se produjo uno de los focos de este virus

La gaditana con el grupo de profesionales en la ciudad nigeriana en una foto cedida por Médico sin Fronteras.
La gaditana con el grupo de profesionales en la ciudad nigeriana en una foto cedida por Médico sin Fronteras.
A.ruiz Cádiz

05 de enero 2015 - 05:01

Cuando el ébola llegó a España, con el contagio de la auxiliar de enfermería Teresa Romero allá por el mes de octubre, a la gaditana Aída Muñoz le tocó explicar a la gente más cercana que le preguntaba todo lo que sabía de la enfermedad, calmar la alarma entre los suyos y escuchar alguna que otra barbaridad en algún sitio. Acababa de regresar de Nigeria en una misión de Médicos sin Fronteras contra este virus sobre el terreno. Durante más de mes y medio, ella y sus compañeros trabajaron en controlar un foco en la ciudad de Port Harcourt, poniendo así su granito de arena a que el país nigeriano ya esté libre de esta enfermedad contagiosa.

Según cuenta Aída, de 34 años de edad, licenciada en Ciencias Ambientales y con un máster en Cooperación, el equipo llegó al lugar cuando se dio el primer caso y una vez allí adaptaron un centro hospitalario para convertirlo en un centro de tratamiento contra el ébola. "Había que empezar desde cero e íbamos a contrarreloj", comenta. "En principio íbamos a Lagos, pero estando allí se produjo el foco en otro lugar y nos fuimos allí", sigue recordando.

Ella se encargó de formar a todo el personal local sobre el ébola, sobre todo en desinfección y limpieza y cómo poner los trajes para que no hubiera contagios, "en definitiva todo lo que había que hacer para que el virus no saliera de allí y no se produjera ningún accidente". "El protocolo en sí es sencillo pero hay que ser muy estricto. Precisamente el virus llegó a Port Harcourt porque una de las personas que estaba en cuarentena en Lagos se lo saltó y se vino a esta localidad", explica.

Aída asegura que fue un trabajo duro, "cansado", "sin apenas un día libre y un ritmo de trabajo de casi 24 horas". "Era mi primera emergencia y cuando llegamos había mucho miedo, como pasó luego aquí en España. De hecho, el centro de tratamiento lo montamos muy lejos de la ciudad y muchas personas no querían decir que estaban trabajando allí por el estigma que les podía causar".

Aún así, por suerte, el equipo desplazado esperaba más casos y sólo tuvieron dos contagios, "aunque una persona falleció, con más personas allí ingresadas en observación", manifiesta.

Aída considera que Nigeria "fue un ejemplo de reacción a tiempo y creo que un ejemplo positivo". La joven recuerda que la situación del país dista de otros países como Sierra Leona o Liberia, porque "es un país rico y los recursos que pedíamos nos lo daban y el virus afectó a una clase social más alta". Además, el Gobierno hizo una campaña importante en los medios de comunicación sobre cómo actuar y cómo prevenir la enfermedad "que fue parte del éxito" y ya el proyecto de la organización no gubernamental terminó porque el propio Gobierno se encargó de él, dejando el ébola a su paso ocho muertos y 21 contagios en el país nigeriano.

Pero Médicos Sin Fronteras sigue trabajando para frenar la epidemia en el resto de países del África occidental. La campaña #StopEbola nace con el objetivo de informar, sensibilizar, apoyar a los trabajadores en el terreno y recaudar fondos que ayuden a combatir la crisis sanitaria sin precedentes. Con ella se puede colaborar a través del envío de un sms con la palabra MEDICOS al 28033.

La gaditana, que también ha trabajado con la organización en Irak y Colombia como logista en proyectos de agua y saneamiento, está esperando nuevo destino para poder aportar otro granito de arena más a otra causa.

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