Galería del crimen | Capítulo 22
Por el honor de nuestra vecina
La noticia corría en la mañana de ayer como la pólvora entre los empleados de las factorías de Navantia en la Bahía de Cádiz. Hicieron falta varias confirmaciones para tener seguridad al respecto, por lo insospechado del asunto. Alguno, incluso, pensó que se trataba de una broma. Finalmente, a última hora de la mañana, se confirmaba: José Antonio Oliva es el nuevo jefe de personal de Navantia en la Bahía de Cádiz.
Hizo falta hasta que el presidente de uno de los comités de empresa reuniese a todo su equipo para comunicarles la decisión empresarial, de un lado, y personal, de otro. Fuentes de la compañía consultadas por este periódico confirmaron igualmente el nombramiento.
Oliva llevaba muchos meses ya apartado de la vida sindical. Renunció a sus dos puestos como presidente del comité de empresa de la factoría de San Fernando, donde fue sustituido por Jesús Peralta; y también lo hizo de su cargo de presidente del comité intercentros de la compañía. Él fue uno de los firmantes del polémico convenio colectivo de la empresa pública que ha terminado en los tribunales.
Como se recordará, empresa y comité intercentros firmaban en Madrid el cuarto convenio colectivo de Navantia, pero lo hacían después de que CCOO desautorizara a todos sus representantes de la Bahía de Cádiz. La Federación de Industria decidió dar marcha atrás en su inicial opción de dar por bueno el acuerdo y, los afectados, alegaron que cumplían el mandato de las plantillas reunidas en asamblea.
Quedó firmado, pero también recurrido, entre otros, por los sindicatos gallegos de los que más tarde saldría el nuevo presidente del comité de todas las factorías españolas.
Después de aquello se supo hace pocos días que la Audiencia Nacional daba la razón a los recurrentes y declaraba nulo el convenio. Pese a que Navantia anunció inmediatamente que recurriría al Tribunal Supremo, lo cierto es que hoy todos los trabajadores de los astilleros públicos españoles se encuentran bajo el tercer convenio, con todo lo que implica.
Por eso, ayer, muchos vinculaban lo ocurrido con la firma de este documento y la noticia del puesto que ocupará en adelante Oliva. Incluso, algunos de los que fueron sus compañeros sindicales en la Bahía decían ayer no entender "cómo se puede pasar de defender a los trabajadores ante la empresa a defender a la empresa ante los trabajadores". Será una difícil papeleta.
Oliva, además, se significó en la lucha sindical en la Bahía de Cádiz, y concretamente en San Fernando, durante las protestas que tuvieron lugar hace unos años, cuando los trabajadores reclamaban con urgencia carga de trabajo. En una de aquellas movilizaciones, Oliva y otros dos operarios fueron detenidos. La acusación pidió para ellos tres años de prisión y, de hecho, está a la espera de juicio. Como consecuencia de aquello incluso se creó un movimiento social que clamaba contra lo que consideraba un trato injusto.
El día en que anunció su marcha como presidente de ambos comités (el local y el nacional), José Antonio Oliva dijo que lo hacía por motivos exclusivamente personales. Ayer, había quien en el astillero isleño dudaba de que fuera realmente así aunque, evidentemente, eso sólo lo sabrá el protagonista de esta historia.
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