El 'Andalucía Segundo' naufraga en el Juzgado

Una sentencia afirma que el hundimiento del pesquero portuense en el Golfo de Cádiz en 2012 fue "fingido"

T.r. Cádiz

27 de abril 2015 - 05:01

Sobre el destino del pesquero portuense Andalucía Segundo hay ahora dos versiones. El armador sostiene que se fue a pique accidentalmente la mañana del 12 de marzo de 2012 en el Golfo de Cádiz, cuando se encontraba a unas 24 millas de la costa, al sudoeste del faro de San Sebastián. Pero una sentencia del Juzgado de lo Mercantil número 1 de Cádiz afirma que "el hundimiento fue fingido" por el armador y que pretendía así cobrar una indemnización de 325.000 euros; esto es, estafar a la compañía aseguradora del barco.

El pesquero desapareció. Una empresa lo buscó con un robot operado por control remoto y equipado con un sónar, especialmente diseñado para sumergirse y explorar el fondo marino. Fue una búsqueda a conciencia, señala la sentencia. Pero infructuosa. Y eso que el área de rastreo fue ampliada para tener en cuenta que el barco se hubiese hundido sin tener calado el arte de pesca. Según los tripulantes, sí lo tenía calado. En ese caso, habría actuado como una enorme ancla y retenido el pesquero a no más de 50 metros del lugar del naufragio.

La desaparición del pesquero es uno de los indicios que maneja en su sentencia la juez Pilar Sebastián Benito para considerar que no es cierto que el pesquero se hundió o bien que si hubo naufragio, fue provocado de forma fraudulenta. La juez ha dado así la razón a la compañía de seguros Caser, a la que representó el abogado Ignacio Gutiérrez-Trueba García, tras el juicio en el que el armador del Andalucía Segundo reclamó una indemnización.

La sentencia no es firme. Cabe recurso ante la Audiencia Provincial de Cádiz y es probable que el armador lo presente. Allí volverá a defender su versión, ahora cuestionada por la juez, que ha dado un paso más: ha enviado su sentencia y documentación del caso a la Fiscalía por si ésta estima oportuno actuar penalmente contra el armador, dado que, señala en una providencia, el proceso ha revelado la existencia de indicios racionales de criminalidad: en concreto, de la comisión de un delito de estafa.

Lo que el armador, J., que iba como segundo patrón, y los otros tripulantes del pesquero contaron fue lo siguiente: el Andalucía Segundo zarpó de El Puerto de Santa María sobre las cuatro de la madrugada del 12 de marzo de 2012; luego, sobre las seis y media o las siete, a unas 24 millas de la costa, calaron el arte de pesca; unas dos horas después, J. se percató de que se había parado el motor, bajó a la sala de máquinas y comprobó que estaba inundada; entonces llegó a la conclusión de que resultaba imposible salvar el barco y se dispuso a salvar a la tripulación.

A continuación, el armador contactó por radio, por el canal 16 de VHF, con el patrón del pesquero Rumbo al mar, sobrino suyo, que se hallaba en las proximidades. Pero no se oía bien y cambiaron al canal 27. Tras confirmar que acudían al rescate, los tripulantes del Andalucía Segundo echaron al agua la lancha salvavidas y esperaron en ella (entre media hora y una hora, según las distintas declaraciones) hasta que llegó el otro pesquero. Ya a bordo de este barco los rescatados, su patrón avisó por radio del salvamento. Luego, una vez que el pesquero se hundió del todo, navegaron hacia El Puerto.

Sasemar envió ese mismo día una lancha y un helicóptero al lugar indicado por el patrón del pesquero y halló por la zona una mancha de gasoil de unos 30 por 70 metros, de película muy fina, y algunas cajas de corcho. La juez explica que eso podría contribuir a corroborar que el naufragio fue real pero añade que el resto de circunstancias aportan indicios que desvirtúan la veracidad de la versión ofrecida por los implicados.

Lo primero que le llama la atención a la juez es la discordancia entre las horas en las que sucedieron los hechos según los testimonios de los testigos y las que reflejan las emisiones de la caja azul. Ese dispositivo emite cada cierto tiempo, y de manera automática, una señal que permite localizar el barco. La última emisión de la caja azul del Andalucía Segundo fue registrada a las 9:15 y remite unas coordenadas coincidentes, más o menos, con el relato de los implicados. Pero hay un desfase difícil de explicar, anota la juez. Y es que la de la caja azul es la hora UTC, a la que hay que sumar una hora (en horario de invierno) para hallar la hora local. Es decir, que hay un desfase de aproximadamente una hora entre el momento en que los tripulantes ubican el naufragio y la última emisión de la caja azul. Eso sugiere, según la juez, que pretendieron encajar su relato con la información proporcionada con la caja azul sin saber que las horas facilitadas por ésta son UTC, no locales.

Otro dato "sorprendente", indica la juez, es que la llamada de auxilio tuvo que producirse sobre las 10:00 hora local, o como pronto hacia las 9:30; sin embargo, explica, la caja azul de ambos pesqueros demuestra que por lo menos desde las 8:39, el Rumbo al mar ya se dirigía hacia el Andalucía Segundo y que a las 9:54 ya se hallaba prácticamente a su costado. "Ello sugiere que el hundimiento no fue un suceso fortuito, sino que ya había sido planeado", afirma la juez.

La sentencia menciona también, como llamativo, que ninguno de los elementos del seguridad del buque que habrían podido evitar el hundimiento funcionó correctamente. El pesquero disponía de una alarma de sentina que se activa cuando detecta un cierto nivel de líquido. Y tenía también dos bombas de achique y una de ellas se pone en funcionamiento de forma automática cuando se activa la alarma de sentina. Sin embargo ningún tripulante dijo haber oído la alarma.

A la juez le llama "poderosamente la atención", además, que fallasen todos los equipos de comunicación del buque. No existe ninguna razón, señala, para que las estaciones costeras, en concreto la de Cádiz, no recibiesen una comunicación efectuada a través del canal 16 de VHF. Aunque la comunicación por ese canal entre los dos pesqueros fuese defectuosa, antes de que cambiasen a otro, algo tenían que haber detectado las estaciones costeras, argumenta la juez.

La sentencia no lo menciona pero unos meses después del hundimiento, fingido o real, del Andalucía Segundo, naufragó el pesquero que rescató a sus tripulantes.

El Rumbo al mar se hundió en noviembre de 2012 cuando faenaba frente a la costa de Conil. En este caso, el barco fue localizado y reflotado y su armador cobró el seguro.

stats