Carbures se abona al rojo
Las plantas de Jerez y El Puerto cierran 2014 con 24 millones de pérdidas y una bajada de la facturación a la mitad Negocia con proveedores y bancos aplazar pagos
Carbures ha confirmado sus peores augurios. 2014, sin duda, ha sido uno de los peores años para la tecnológica domiciliada en las inmediaciones del aeropuerto jerezano ya que a la suspensión de su cotización en la Bolsa durante más de tres meses se ha unido unas pérdidas importantes al final del ejercicio. Así, la sociedad Carbures Europe SA, de la que dependen las plantas de Jerez y El Puerto, cerró 2014 con unos números rojos de más de 24 millones de euros, que se unen al millón de euros con el que concluyó 2013. A esto se une que el grupo Carbures, liderado por esta sociedad y conformado por más de 30 empresas afincadas en distintos puntos de España (como Sevilla, Barcelona o Toledo así como en Europa, Asia y Centroamérica, cerró con un negativo de 19,6 millones.
La compañía apuró hasta las últimas horas del pasado jueves para presentar el cierre contable del pasado año -están obligadas a hacerlo antes del 30 de abril- aunque ya avanzó hace tres meses, cuando presentó su nuevo plan de negocio, un escenario de pérdidas. Eso sí, se ratifica lo irreal que eran las previsiones que presentó hace justo un año cuando previó unas ganancias de 33,7 millones de euros.
La sociedad de la que dependen las dos plantas de la provincia vio como su facturación se redujo a la mitad en 2014 ya que de los 6,8 millones obtenidos en 2013 pasó a 3,5 millones. Pero las pérdidas se han disparado hasta los 24,4 millones por un notable empeoramiento de los resultados de explotación (la magnitud que analiza la actividad que genera la compañía) y de los gastos financieros.
En su informe de gestión, Carbures, que meses atrás afirmaba que la planta de Jerez había alcanzado "picos de producción", reconoce que esta no se encuentra "a plena capacidad" ya que su actividad "está ligada a los ritmos de ejecución y entregas marcados por Airbus". Por ello, y a pesar de la bajada en casi un 50% de la facturación, la empresa insiste en que la compañía tiene un "gran futuro" por la importancia que la fabricación de piezas de la fibra de carbono está adquiriendo en la aeronáutica y la automoción. Por ello, augura un significativo crecimiento del negocio por el "incremento" del ritmo de entregas para Airbus. Eso sí, Carbures no es un proveedor directo del gigante aeronáutico sino que le vende a Alestis -los dos últimos encargos anunciados, que datan del pasado año, son para piezas para los aviones A-380 y C-295-. En el documento, la compañía no anuncia nuevos pedidos sino que basa sus expectativas en las contrataciones que tiene Airbus para los próximos años con diversas compañías aéreas. Incluso, la compañía aventura que habrá números negros en este año al estar la mercantil en proceso de "normalización" tras el complicado 2014 y por la puesta en marcha de la planta de El Burgo de Osma (en Soria), que se dedicará a la automoción.
Por otro lado, el auditor de la compañía, la consultora Pricewaterhouse, advierte de que Carbures tiene un problema de liquidez de más de 13 millones de euros. En su balance, hay un desfase entre su pasivo corriente (las obligaciones que tiene que hacer frente a menos de un año vista) y los activos corrientes (los cobros a los que tiene derecho en ese mismo periodo), una tensión de tesorería que pretende resolver con varias medidas. Por un lado, sigue con la idea de hacer una nueva ampliación de capital (rondaría los 20 millones) y por otro asegura que está en negociaciones para aplazar pagos a corto plazo tanto con proveedores (el débito es de 11,4 millones), entidades bancarias (en un año tiene que hacer frente a unos 12 millones) y con la administración pública (unos 640.000 euros). Además, espera mejorar su liquidez con el contrato de venta de maquinaria a una firma china, del que depende buena parte de la facturación de este año (serán unos 30 millones aproximadamente).
En cuanto a las cuentas consolidadas del grupo, en 2014 logró un importante incremento de su facturación (de 19,9 millones pasó a 58,3 millones) gracias a la adquisición de nuevas compañías, especialmente de Mapro, la firma afincada en Barcelona dedicada a la fabricación de lineales. Eso sí, al igual que la sociedad dominante, el grupo arrastra también un importante problema de liquidez.
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