Innovación desde el conocimiento
La factoría de Carbures en Jerez incorpora nueva maquinaria mejorando una patente propia del sector de la automoción Mejora los tiempos de producción con la misma calidad
La visita de este periódico a la factoría de Carbures en Jerez tuvo dos hitos: una tremenda tormenta y la confirmación de que, efectivamente, en la fábrica aeronáutica hay vida. No eran pocas las voces que sembraban dudas después de lo ocurrido tras su salida a Bolsa. Y lo cierto es que, no sólo se trabaja, sino que Carbures va por delante en el sector aeronáutico en determinados procesos de fabricación.
Javier Moreno ha sido nombrado director general de la división de Aerospace & Defense de la compañía. Junto a él finalizamos el recorrido por la planta, justo cuando llega el conductor de un camión: "Esperad que acabo de llegar con las dos máquinas nuevas", advierte. Lo hacemos. Se trata, explica Javier Moreno, del mejor exponente de la filosofía de Carbures. "Son una versión de nuestra patente RMCP para la industria de automoción para fabricar piezas fuera del autoclave -el enorme horno donde se 'cuecen' las piezas para los aviones-". "En ese horno -continúa Moreno-, el proceso de curado tarda entre cinco y seis horas y una pieza, desde que empieza hasta que acaba todo el proceso tarda hasta 18 horas. Eso para la automoción es inviable. Nosotros, que somos una compañía de conocimiento al que incorporamos la fabricación, rompimos esa barrera tecnológica con nuestra patente. Ahora lo que hacemos es que esa transferencia de conocimiento aeronáutico a la automoción la retornamos a la aeronáutica, de forma que hemos hecho otra versión de nuestra máquina para hacer el RTM aeronáutico y fabricar piezas con calidad aeronáutica pero con la velocidad de la otra máquina". Comenzarán a funcionar en las próximas semanas.
Por lo demás, el proceso de producción en la planta jerezana es parecido al que puede encontrarse en plantas de Alestis o Airbus. No en vano, ambos son sus clientes. Desde el uso del material, como es la fibra de carbono, con el proceso de hilado, de su aplicación en moldes, el curado en el autoclave y su definitivo recanteo.
Pero hay diferencias. Aquí se verifica cada pieza con controles de calidad manuales y automáticos. La base es la misma: comprobar que una pieza no tiene fallos a través de la respuesta que se recibe al aplicarle ultrasonidos usando agua como conductor. Según marquen los decibelios, todo está correcto o no. Y según la pieza sea curva o plana, el control es manual o automático. En este último caso, se utiliza una impresionante máquina que chorrea agua milímetro a milímetro.
Así vive esta factoría con 150 empleados y que formará parte del nuevo proceso de reorganización de la compañía basado en varias medidas. En primer lugar, Carbures se desprenderá de las actividades y las sociedades dependientes donde ha tenido presencia hasta el momento, pero que quedan fuera de la actividad core (objetivo) del grupo, como son la formación, la gestoría y el diseño de programas de gestión empresarial. Además, los negocios se organizarán en torno a tres grandes divisiones: aeronáutica, automoción y obra civil.
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