Alas cortadas

Los terrenos de la antigua salina de La Leocadia, cerca de la playa de Camposoto, son utilizados para la práctica del aeromodelismo desde hace más de quince años. Los aficionados -aglutinados en torno a una asociación local que se creó en 1996- acuden a diario a la zona para practicar con sus modelos.

Ahora, sin embargo, podría cambiar la situación ante las molestias que esta práctica causa al centro de visitantes del Parque Natural de la Bahía de Cádiz, ubicado también en la zona de La Leocadia.

Varios incidentes -uno de los aparatos ha llegado incluso a impactar contra las oficinas- han llevado a la Delegación Provincial de Medio Ambiente a recordar que la práctica del aeromodelismo es incompatible con el Parque Natural. Está prohibida expresamente en el Plan de Ordenación de los Recursos Naturales y el Plan Rector de Uso y Gestión del Parque Natural de la Bahía, aprobado en 2004, que incluye a la zona en cuestión -La Leocadia- dentro de los límites de este espacio ambiental protegido.

Según la normativa, además, dentro de estos límites "está prohibido para el desarrollo de actividades de uso público el empleo de helicópteros, ultraligeros, aviones, avionetas y cualquier vehículo aéreo a motor".

La Junta, además, se ha hecho eco de las molestias que estos aparatos voladores causan a los usuarios del centro de visitantes "que se encuentran realizando actividades en el exterior del edificio". "Incluso alguno ha llegado a impactar contra las instalaciones poniendo en peligro la integridad de los visitantes".

No se trata de prohibir la práctica de aeromodelismo, sino de recordar su prohibición, vigente desde hace casi ocho años. Ayer, lo matizaba el director del Parque, Antonio Gómez, que manifestaba la preocupación que existía al respecto. Temen que ocurra algún incidente. "Se trata de advertirles de que no están autorizados y de que, si sucede algo, serían responsables", precisó.

En el otro extremo de la polémica se encuentra el medio centenar de aficionados locales a la práctica del aeromodelismo que conforma la asociación isleña que preside José Luis González Gutiérrez. "Nos temíamos que pudiera pasar algo así desde que comenzaron las obras para la construcción del centro de visitantes del Parque Natural", recuerda.

Fue el propio Ayuntamiento isleño -a mediados de los años 90- el que, coincidiendo con el auge de la afición, impulsó su desarrollo en la antigua salina de La Leocadia, una zona degradada (había sido un vertedero) cuya inclusión dentro de los límites del Parque Natural no estaba del todo clara en aquellos momentos.

De hecho, el Ayuntamiento promovió incluso la construcción de aeromodelismo hasta que Medio Ambiente las paralizó alegando que se trataba de una zona protegida.

La polémica de si La Leocadia estaba o no dentro de los límites de Parque Natural gozó de actualidad a principios de siglo, precisamente cuando el Ayuntamiento proyectó la construcción de un establecimiento hotelero en la zona, una iniciativa que no consiguió prosperar. Y no fue hasta 2004, cuando se aprobó el Plan de Uso del Parque, cuando quedó zanjada la cuestión. Hasta ahora, que la Consejería de Medio Ambiente ha recordado su inclusión en el Parque y, por consiguiente, las restricciones que pesan sobre la práctica del aeromodelismo.

La asociación, por su parte, se aferra a la autorización municipal concedida en 1996 para hacer uso de los terrenos de la antigua salina colindante a la playa de Camposoto. Y la Delegación Provincial de Medio Ambiente asegura que solo ellos son competentes para conceder dicha autorización.

Curiosamente, hace aproximadamente dos meses, la directiva de la asociación se reunió con el delegado de Desarrollo de la Ciudad, Ángel Martínez, para solicitarle que intercediera en favor del uso de La Leocadia para el desarrollo de la práctica del aeromodelismo.

La entidad, por su parte, asegura que hasta el momento no ha ocurrido ningún incidente digno de mención, que no ha pasado nada. Aseguran que se trata de una afición perfectamente compatible con el entorno.