"Había letra pequeña pero también un compromiso"
Rafael Valverde. Hermano Mayor de la Vera Cruz
La junta de gobierno de la hermandad defiende la "coherencia" de la decisión adoptada e insiste en que es posible llegar a una solución con la Junta
"¡Dice el Diario que la hermandad no va a salir en Semana Santa! ¿Es verdad?¿Tan mal está la cosa?", pregunta una mujer a la puerta de la histórica capilla de la calle Patrona, a medio terminar. La vecina, de avanzada edad, ignora incluso que se dirige al hermano mayor de la cofradía. Resignado, cansado de todo este follón de la escuela taller, Rafael Valverde le contesta. "Sí, señora. Es verdad". Apenas hace 24 horas que la junta de gobierno soltó la bomba al anunciar la suspensión de la salida procesional del Miércoles Santo por la precaria situación económica de la corporación, lastrada por la deuda que le ha dejado la escuela taller que promovió con la colaboración de la Junta de Andalucía para afrontar la rehabilitación de la capilla.
-Supongo que, como hermano mayor, suspender la salida procesional por razones económicas es la decisión más difícil. ¿Cómo va a explicársela a los hermanos?
-Pues sí, ha sido una decisión bastante difícil, no solo para mí sino también para toda la junta de gobierno. Lógicamente, no nos gusta a ninguno. A los hermanos esto no les coge de nuevo. Ya tuvimos un cabildo extraordinario a mediados del año pasado en el que contamos todo el problema y la posibilidad que había incluso de que la hermandad dejara de realizar la estación de penitencia. Esto no coge a nadie de la hermandad fuera de juego.
-Sin embargo, hay que matizar que los motivos que llevan a suspender la salida procesional no son económicos, aunque sí motivados por las deudas que arrastra la hermandad. Es decir, que procesionar -lo que se dice salir a la calle- la cofradía puede hacerlo con ayudas y escasos recursos.
-Efectivamente, no es que la hermandad no pueda salir a la calle. Pero no nos parece coherente con la situación en la que estamos. Pedimos -y exigimos- que se termine la escuela taller para que los alumnos que han realizado aquí su periodo formativo y sus monitores cobren lo que se les debe. Es lo único que pedimos. Alguien puede pensar que la hermandad puede salir a la calle -con ayudas, incluso sin flores y sin música- pero hay que ponerse también en el papel de esa gente que no ha cobrado y que no entenderían que la cofradía se echara a la calle sin pagarles lo que se les debe: alumnos, profesores, proveedores...
-¿Qué se espera con esto? ¿Un toque de atención?
-Se trata sobre todo de ser coherentes con la situación real de la hermandad. Pero la decisión que se ha adoptado también pretende eso, llamar a todo los responsables políticos de San Fernando, darles un toque de atención a todos. Como parte de San Fernando que somos creemos que todos tienen su parte de responsabilidad a la hora de solucionar el problema, en mayor o menor medida.
-No es una decisión irrevocable, entonces.
-Si llegamos a un entendimiento con la Junta de Andalucía no habría ningún inconveniente en salir a la calle, pero tendría que ser algo realmente tangible. Y eso es algo que hasta ahora no hemos visto. Lo que vemos es que se pasan el balón de unos a otros. Es un problema como otros muchos que tiene San Fernando. Lo sabemos. No nos creemos el centro del universo: hay muchísimos problemas en la ciudad y éste es solo uno más. Somos conscientes de ello. Pero hay que tener en cuenta también que es una corporación con más de 250 años de historia y un edificio emblemático, un monumento histórico, en torno al que nació uno de los barrios más antiguos de La Isla.
-Se ha llegado al límite. La hermandad está embargada y no tiene dinero para prácticamente nada. No se sale a la calle. Bien, pero luego qué... ¿Qué hacemos? El problema sigue ahí.
-Es la pregunta del millón. La misma que nos hacemos nosotros: ¿Ahora qué? Pero todos tenemos un tope. Nosotros hemos llegado hasta aquí, más no podemos. Cualquiera que pertenezca a una corporación de penitencia se compromete a unos cultos internos y externos... Esto se le va de las manos. A cualquiera le hubiese pasado. Ninguno de nosotros estamos preparados para una cosa de este tipo. También hay que dejar claro que todos esos asesores sociales que se comprometieron a ayudarnos han brillado por su ausencia. No hemos visto a ninguno. Y eso nos duele. Porque no solo hubo un ofrecimiento para la escuela taller, para la rehabilitación de la capilla. También hubo gente, de la clase política, que se ofreció para asesorarnos. Y aquí no ha aparecido nadie.
-Desde fuera, la impresión que da es que la hermandad se ha metido en un auténtico berenjenal y ahora está con el agua hasta el cuello.
-Porque la hermandad se sentía respaldada por quien apoyó esta idea. Hay que reconocer que se estará eternamente agradecido por lo que se ha hecho. Eso es indudable. Y lo hemos reconocido públicamente. Pero ese pequeño empujoncito que falta es el que resta para llevar esto a buen puerto. Es lo único que pedimos. Estamos hablando de una entidad sin ánimo de lucro. De todas formas sigo pensando que es posible llegar a un entendimiento entre ambas partes.
-Evidentemente, la hermandad se arrepiente de haberse metido en todo esto.
-Por supuesto. Creo que estaremos arrepentidos siempre. Agradecidos también por lo que se ha podido hacer, cierto. La obra está certificada a un 75 por ciento por auditores externos. Solo falta ese 25 por ciento.
-Que nadie dijo que tenía que poner la hermandad...
-Estaba en la letra pequeña, pero también es cierto que también se comprometieron a ayudarnos. Insisto en que creo que es posible llegar a un entendimiento.
-Sin embargo, la Junta asegura que es la cofradía la que ha incumplido los plazos.
-Es cierto que viene en la letra pequeña del convenio como una posibilidad... Pero insisto, aún así, hubo personas que se comprometieron de buena fe a que ese dinero se iba a adelantar. Solo hace falta tirar de hemeroteca. Incluso figuraba en el programa electoral de ciertas personas como una actuación estrella. De ahí nuestra extrañeza a ciertas declaraciones. No lo comprendemos. Y estamos denunciando esta situación desde octubre de 2011. Estamos en febrero de 2013.
-Más allá de los hermanos, de los cofrades... ¿Cree que hoy importa que una cofradía se quede sin salir?
-Sí, importa. Soy consciente de lo que supone para el barrio y buena parte de La Isla que la hermandad no salga. Antes de que tomáramos la decisión, la gente del barrio me mostraba su preocupación. No es solo la hermandad, esto es mucho más, vá más allá. Es de donde viene el barrio, de dónde nace.
También te puede interesar
Lo último