Más de 2.000 cartas del clan Lazaga para reescribir la historia
Especialistas de las Universidades de Cádiz y Huelva y técnicos del Museo Municipal trabajan en un proyecto del Ceimar que ha sacado a la luz un hallazgo único: una colección de 2.200 cartas y fotografías
La primera vez que Rosario Márquez, especialista en Historia epistolar, accedió a los fondos documentales que el Ayuntamiento había rescatado de la Casa Lazaga se quedó boquiabierta. Jamás, en toda su trayectoria, en todas sus investigaciones, se había encontrado con algo semejante: una colección única e insólita compuesta por unas 2.200 cartas de la familia, además de fotografías, esquelas, legajos y otros documentos mercantiles que se convertían en una fuente de primer orden para cualquier investigador y que podían arrojar luz y datos inéditos sobre el periodo comprendido entre 1850 y 1950. Era una fuente inédita de información sobre la familia Lazaga y sobre San Fernando -en primer lugar- pero también sobre el mar, la Armada, la España del momento y la élite burguesa que se extendía a ambos lados del Atlántico.
Es la ventaja de recurrir a las fuentes epistolares en Historia, cada vez más valoradas por el potencial que ofrecen a los investigadores para conocer datos de la sociedad del momento que de otra forma o a través de las fuentes oficialistas serían imposible de rescatar. "Es esa información íntima, personal y sensible que al historiador le resulta imposible de encontrar por otra vía", explicaba la experta.
El asombro -reconocía- le dura todavía hoy. Porque precisamente las cartas, dado su carácter privado, son documentos muy escasos y privilegiados para los investigadores. Así que encontrarse de sopetón con un corpus documental amplísimo y perteneciente a una misma familia, con cerca de 2.200 epístolas, es como dar con un auténtico tesoro para los profesionales en la materia. Por sus dimensiones, esta colección sólo estaría superada por otra existente en París, explicaba ayer la especialista. Para hacerse una idea de lo que suponen estos fondos de la Casa Lazaga, basta señalar que hay estudios y publicaciones que se hacen con menos de medio centenar de cartas. Así que imagínense lo que puede dar de sí más de dos millares, además de fotografías y otros documentos.
El material, literalmente, fue rescatado del naufragio de la Casa Lazaga cuando el Ayuntamiento compró el histórico inmueble hace catorce años . Toda la documentación pasó al Museo Histórico Municipal, donde ha estado todos estos años y donde se ha intentado poner en orden. Pronto, no obstante, se vio que para su catalogación hacía falta ayuda. Y ésta llegó a través de la Universidad de Cádiz (UCA) y del Campus de Excelencia Internacional del Mar (Ceimar), que hace algo más de un año puso en marcha un proyecto de cooperación con la Universidad de Huelva centrado en la catalogación y documentación de todos estos fondos de la Casa Lazaga y en su digitalización para, posteriormente, facilitar su acceso y divulgación.
Durante meses, el trabajo se ha llevado a cabo en silencio. Pocos en La Isla sabían de la valía de los fondos epistolares de los Lazaga y menos de la puesta en marcha de este proyecto de investigación a través del Ceimar en el que colabora también activamente el Ayuntamiento de San Fernando. Hasta ayer. Lo avanzado de los trabajos ha impulsado una suerte de presentación formal de la actuación que se desarrolló en las dependencias del Museo Histórico Municipal, un acto en el que se insistió en lo insólito de la colección de cartas y fotografías y en el que se explicó el trabajo que se estaba llevando a cabo para su catalogación, digitalización y archivo.
El alcalde, José Loaiza, arropó esta presentación a la prensa en la que subrayó la apuesta del Gobierno municipal por rescatar el patrimonio de la ciudad que estaba olvidado e, incluso, a punto de desaparecer, una actuación que se torna clave, dijo, "antes siquiera de hablar de qué modelo de ciudad queremos tener".
Acompañaron al regidor el gerente del Ceimar, Juan Martín Bermúdez; el director del proyecto y responsable de la implicación del Ceimar en esta investigación, Alberto Gullón; y su coordinador, Jesús Martín Díaz. En el trabajo también han participado activamente los licenciados en Historia Ascensión López Vázquez, David Garrido Romero y Alba Quintero Fernández. Por parte del Ayuntamiento toman parte en el proyecto el subdirector del Museo, Antonio Sáez, y el técnico Diego Moreno, que se encarga de la documentación de las fotografías, otro gran tesoro que ocultaba la Casa Lazaga.
En total, esta otra colección está formada por 393 fotografías, entre positivos y negativos, tarjetas postales y enteros postales, "un conjunto gráfico único, que se ha ido conformando de forma natural, consecuencia y reflejo de la vida y de las actividades de una familia de marinos, vinculados muy estrechamente a las instituciones, al comercio y en definitiva a la España del momento, dentro de un horizonte temporal que abarca desde los años 1860 hasta 1961". Algunas de las imágenes están firmadas por los fotógrafos más conocidos y representativos de la época, tanto de La Isla y Cádiz como de Sevilla e, incluso, de La Habana, como correspondía a una familia pudiente.
Las cartas y la documentación que actualmente está siendo estudiada -explicaron los responsables del proyecto- insisten en la primacía política, social, militar y económica del clan de los Lazaga, más allá de La Isla e, incluso, de la España del momento. "Eran parte de la élite", afirmó Alberto Gullón.
El trabajo se espera que esté concluido entre septiembre y octubre de 2015con la publicación de un libro-catálogo que servirá de guía para visualizar el material digitalizado y que se presentará en unas jornadas sobre el Mar y los Lazaga.
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