Cuando La Isla era un patio
El Patio Cambiazo volverá a lucir su antiguo pozo en el año en el que conmemora también su 250 aniversario El proyecto municipal está pendiente del informe favorable de Cultura
Su madre vivió allí y las historias que le contaba de aquel humilde patio de vecinos que llegaron a compartir cerca de 70 familias y cientos de personas allá por la década de los 50 siempre le fascinaron. Aquellos relatos le marcaron tanto que quiso saber más de un lugar que le resultaba verdaderamente asombroso, un espacio con nombre y sello propio -el de su constructor-, que era capaz de enlazar con los orígenes históricos de La Isla y, a la vez, de mostrar también el retrato de esa modesta y humilde masa social dedicada a servir que a mediados del siglo XX vertebraba una ciudad cada vez más pujante. Así fue como Paco Busto quedó enganchado al Patio Cambiazo.
Él mismo lo cuenta al intentar resumir lo que a la postre han sido 16 años de investigación. En realidad, hay poco de este lugar tan isleño que no sepa. Ha buceado en archivos históricos, ha entrevistado a antiguos inquilinos, ha revisado datos y ha aclarado algunas confusiones históricas. El resultado de esta pasión ha quedado plasmado en una obra -La colmena cañaílla- que será presentada en el Centro de Congresos el próximo 15 de diciembre. Toda la recaudación se destinará íntegramente a fines solidarios. El objeto de esta publicación -precisa su autor- no es otro que el de dar a conocer la historia de este emblemático y característico lugar.
Para esa fecha se prepara también una exposición consagrada al Patio Cambiazo en la que se ha implicado el Ayuntamiento y su Museo Histórico. Antiguas fotografías, reproducciones de su diseño original y enseres domésticos habitualmente utilizados por sus inquilinos se mostrarán para intentar acercar a los isleños a este trozo de su historia. Porque el Patio Cambiazo tiene la virtud de conservar intacto el más puro ADN cañaílla.
De hecho, en este 2016 se cumplen también 250 años su construcción. Tiene, curiosamente, la misma edad que el Ayuntamiento y que la propia villa. Ambas efemérides coinciden en el tiempo para señalar aún más la identidad isleña del Patio Cambiazo. Y es, precisamente, este aniversario redondo el que ha impulsado todos estos actos que ahora se van a celebrar en diciembre y que estarán acompañados de un simbólico proyecto -iniciativa también de Paco Busto- que ha empezado a tomar forma: la reconstrucción del pozo de mármol y del brocal de hierro forjado que antiguamente se ubicaba en este patio isleño, una idea que ha encontrado el apoyo del Ayuntamiento.
Aunque en realidad, como matiza este investigador isleño, era un aljibe que se comunicaba con otro pozo más pequeño que estaba en el interior de las viviendas. El pozo en cuestión, que era casi una seña de identidad del histórico patio, fue retirado a finales de la década de los años 70 cuando el inmueble -posteriormente restaurado por el Ayuntamiento- estuvo a punto de desaparecer debido a su mal estado de conservación. De hecho, en 1984 se consiguió su catalogación como Bien de Interés Cultural (BIC) para evitar precisamente su demolición.
Paco Busto se llevó años buscando el pozo ya que se pensaba que, aprovechando la avanzada degradación de la finca, alguien podría habérselo llevado para su uso particular. Era, de hecho, la creencia más extendida entre la población. "Pero no fue así en realidad", advierte convencido. De hecho, se lo confirmó uno de los operarios que intervino en su malograda retirada hace ya 40 años. El mármol -explica- se resquebrajó cuando se intentó levantar la estructura. Se perdió.
Por eso, la idea de devolver el pozo al Patio Cambiazo se ha convertido en un gesto simbólico que se plantea en este 250 aniversario -el del Patio y también el de La Isla- y con el que, en cierto modo, se pretende un reconocimiento a esta emblemática finca, a toda su historia, a lo que significa para San Fernando.
El proyecto pasa por una reconstrucción fidedigna del original, también en mármol y con herrajes similares a los antiguos. El Ayuntamiento ha dado traslado de estos planes a la Delegación Territorial de Cultura, como ha advertido también la alcaldesa, Patricia Cavada. Al tratarse de un elemento catalogado como BIC toda intervención requiere de su autorización. Todavía no hay un informe favorable aunque se presume que llegará en breve. Eso sí, será necesario rotular una placa junto al pozo aclarando que es una reconstrucción del original, ya desaparecido. En cuanto que Cultura dé luz verde el Consistorio se pondrá manos a la obra, precisa la regidora. Si todo marcha según lo previsto, el Patio Cambiazo no tardara mucho tiempo en volver a lucir con orgullo su pozo. Como hace 250 años.
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