Una puerta abierta a la cruda realidad
Carpa sobre violencia Último fin de semana de la exposición
Centros educativos y entidades, además de ciudadanos de a pie, han visitado esta muestra sobre la violencia en la vida real
Las primeras impresiones son importantes y los creadores de la muestra sobre violencia que expone La Caixa en una carpa situada en la plaza de la Iglesia lo saben. Por eso, desde que se cruza la entrada a las instalaciones la realidad salta a los ojos del visitante con un interrogante ¿Por qué?. En su recorrido salen al paso historia cotidianas de la vida, tan arragaidas en la sociedad que en algunos casos pasan desapercibidas. Esta iniciativa pretende evitar que eso ocurra. "Es una humilde aportación a la labor de las instituciones contra la violencia de género y escolar", señala Mónica, monitora junto a Xavier de la exposición.
Son diversos los recursos que se utilizan para abrir el debate cuando los grupos de estudiantes o de adultos pasan por la muestra. Lo visual tiene un gran papel en esta tarea, por eso el espacio se ha dividido en diversas escenografías, sobre derechos humanos básicos, sobre la violencia de género y doméstica, sobre la violencia escolar, con los testimonios grabados de tres víctimas y, por el último, el esencial, con información de ayuda a las víctimas. En el primero se parte con cinco artículos de la Declaración de Derechos Humanos relacionados con la violencia y se ponen en contraste con la realidad, con las noticias que reflejan varios periódicos españoles y de diferentes comunidades. "Es un momento para aportar datos sobre violencia. Un cartel señala el número de mujeres muertas víctimas de la violencia de género en el momento de la inauguración de la exposición -apunta Mónica-. Se les plantea por qué si todos tenemos derechos".
Entonces se representa la realidad en tres dimensiones. La de un barrio y las ventanas de un edificio de viviendas abiertas al observador que ve diferentes escenas de pareja, con distintos niveles de violencia. "Es la cotidianidad de la violencia en la sociedad", explica la monitora. Dentro del esas casas se proyectan trozos de películas españolas, fragmentos de El Bola, Te doy mis ojos o Sólo mía. Todas ofrecen una imagen de qué es la violencia y la presenta en situaciones reales. Tan real como la recreación de un aula de un centro educativo, donde se puede ver insultos y amenazas en paredes y pupitres. Ambas situaciones permiten hacer preguntas al visitantes para que "analicen en qué postura están, expongan sus opiniones y vivencias y reflexionen". Porque la palabra tiene mucha importancia para sensibilizar y concienciar. Pero también para dejar claro conceptos como violencia de género, igualdad, autocontrol y el respeto a los compañeros; y la ayuda para salir adelante. "Es posible", dicen los tres testimonios reales expuestos casi al final. Cada uno te habla cara a cara.
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