Una inyección de ciencia, conocimiento y autoestima
educación Encuentro de adolescentes investigadores
El centro de congresos y el IES Botánico acogen durante tres días la sexta edición del encuentro del Alumno Investigador, organizado por la Junta de Andalucía
Antonio, alumno del instituto Manuel de Falla de Puerto Real, se maneja a sus anchas en el estrado del auditorio principal del centro de congresos. A sus espaldas, un proyecto, pero más que eso, una pasión: las aves. Ha terminado su exposición y se dispone a responder las preguntas de sus compañeros, que abarrotan la sala y guardan silencio, algunos podían pensar que inusitadamente interesados. Son varias las manos que se alzan y cuestiones, plantean y argumentan la exposición de Antonio el cual, ni corto ni perezoso, replica y responde. Es vehemente: "No se emplea suficiente dinero en las campañas para proteger a los pájaros. Los seres humanos, además, en su afán de expansión, están dejando sin espacio a las aves".
Éste es solo uno de los proyectos que, durante tres días, y enmarcados en la sexta edición del Encuentro del Alumno Investigador se celebró a finales de la pasada semana en el centro de congresos de la ciudad. Pero también hay otros, como explicaban los coordinadores de esta edición, Miguel y Javier, pertenecientes al instituto IES Botánico -que también ha acogido parte de las exposiciones y trabajos-. Por ejemplo, una maqueta del molino de mareas que funciona o un patinete, construido por completo con el motor de una motosierra. Este último proyecto ha sido realizado por un alumno de un centro de Barcelona. Porque, curiosamente, este proyecto ha traspasado las fronteras de lo provincial, y se ha convertido en costumbre que acudan de otras comunidades como Cataluña, Extremadura y País Vasco. Incluso del IES Severo Ochoa de Tánger, Marruecos.
El objetivo de la actividad no es solo fomentar la divulgación científica, que también, sino sobre todo alimentar la autoestima del alumno y enseñarle a exponer y defender una idea en la que ha estado trabajando en grupos de mayor o menor tamaño durante varios meses en ideas y proyectos que resultan interesantes a sus compañeros. Otro ejemplo subía al estrado un rato después. Trucos matemáticos que hicieron interactuar a todos los presentes. Eso sí, sin calculadora. También se han presentado estudios sobre la justificación de la infidelidad o sobre las posturas que adoptan los alumnos al sentarse en clase. Proyectos de todo tipo, según se recoge en las bases del encuentro, pero especialmente de corte científico-técnico.
En total, pasaron por las instalaciones 18 centros los cuales han aportado aproximadamente medio centenar de proyectos, que se reparten en tres modalidades: trabajos de investigación, proyectos o creaciones originales e ideas empresariales. Entre ellos, además, planteamientos hacia realidades de la vida cotidiana. "Es una manera de darse cuenta de que la tecnología forma parte de nuestra vida diaria, de nuestra rutina. No es algo alejado ni de lo que somos ajenos", explicaba uno de ellos instantes antes de la clausura del acto.
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