La Tribuna Cofrade
El traslado de la cofradía del Huerto. Lo normal Vs lo real
Lunes Santo
LO del Domingo de Ramos fue sólo un aviso de lo que estaba por llegar ayer, Lunes Santo. Y curiosamente no se mojó ninguna hermandad porque el tiempo que permanecieron en la calle no apareció el agua. Temores, todos y más, y la primera suspensión de la Semana Santa gaditana. Vera-Cruz optó por quedarse en su templo ante las previsiones preocupantes a medida que avanzara la noche y llegara la madrugada. La Palma, Nazareno del Amor y Prendimiento si pusieron sus cortejos en la calle, pero las carreras para ganar tiempo al tiempo y los recortes en el itinerario marcaron otra jornada muy deslucida.
De nuevo la sede del Consejo Local reunió a los representantes de las hermandades del día poco antes de la hora del almuerzo. Había motivos para ello porque tocaba mirar mapas y consultar partes. Todo ello bajo un cielo que a esa hora daba una de cal y otra de arena pero que empezaba a clarear. Una situación similar a la del Domingo de Ramos, que no se podía entender como buena después de lo sucedido. De la cita salen conclusiones claras en algunos casos, aunque otras a estudio y análisis por parte de las juntas de gobierno. Un sí, pero... ¡ojo!
El cielo seguía dispuesto a mostrar una tregua cuando desde la Viña se comunicó que iba a ver Semana Santa en ese rincón único de la ciudad. La Palma anunciaba la salida del Cristo de la Misericordia y la Virgen de las Penas. Misericordia en un año en el que se requiere como nunca. Ese detalle tuvo el efecto esperado en San Francisco y el Carmen, ya que no hubiera sido lo mismo si la primera del día se hubiera quedado en casa. El "sí" de La Palma era un empujoncito para salir de dudas. Amor y Prendimiento le siguieron en esa cascada de buenas sensaciones para tener un Lunes Santo completo y esplendoroso.
Gaditanos y visitantes empezaban a llenar las calles de la ciudad, sobre todo alrededor del cortejo de La Palma, siempre muy esperado en cualquier punto de su recorrido. La hermandad viñera había anunciado que recortaba su itinerario de vuelta hacia el barrio, tomando tras la calle Ancha San José, Rosa, Pastora, Plaza Tío de la Tiza, Hermano Ignacio y Virgen de las Penas, lo que evitaba el rodeo por Martínez Campos y Corralón de los Carros. Todo ello para estar antes de las once de la noche recogida. Otra prueba de que el temor era una realidad.
A las seis de la tarde, mientras el Crucificado de La Palma pasaba por Libertad, el viento y algunas nubes procedentes del Campo del Sur no invitaban a ser optimistas. Era una cuestión de sensaciones, malas sensaciones a pesar de que las tres cofradías que salieron no se vieron afectadas por la lluvia. Diferentes a las sensaciones del Cristo sobre el ya dorado canasto, con paso firme buscando la calle Compañía y la Santa Iglesia Catedral. El palio azul de María Santísima de las Penas dejaba atrás la calle Hospital de Mujeres a los sones de 'Virgen de las Aguas'.
Todo ello con el Nazareno del Amor luciendo la mayor altura de su canasto por una abarrotada calle San Francisco, que esperaba tres cofradías aunque al final sólo pasaran dos. En ese momento enseñar un paraguas hubiera sido atentar contra el sueño de cualquier cofrade, pero no era descabellado. Esta hermandad repitió en San Juan de Dios el encuentro con los abuelos de la Residencia Gerón y los pasos se detuvieron ante estos. Gran detalle cargado de nostalgia y emoción.
Por San Juan de Dios avanzaba la seráfica hermandad mientras que, por detrás, el Prendimiento buscaba Cristóbal Colón y Cobos. No cabía un alfiler en estas dos calles. 'Salud y Esperanza', interpretada por la agrupación musical Sagrada Cena, brindó un gran momento bajo el olivo de las pasiones y devociones a las puertas de la estación de penitencia. En ese momento, ocho menos cuarto de la tarde, empezaba a cambiar la historia. La Vera-Cruz anunciaba que no salía, la noticia llegaba a la presidencia del Prendimiento ante el primero de sus pasos. El temor del que se hablaba en la salida, en el Carmen, se hacía palpable. El interior de la Catedral marcará el devenir en lo que quedaba de día, ya truncado.
Las noticias vuelan como los cortejos buscando su sede. El Amor anuncia que no hace la carrera oficial completa y que en mitad de Novena iba a girar a la derecha en busca de Valverde y Beato Diego para alcanzar cuanto antes su templo. Sin duda, algo había cambiado y los partes del tiempo y los caprichos del Golfo de Cádiz anunciaban malas previsiones para la ya casi entrada noche gaditana.
El Prendimiento, ya refugiado en Catedral, tomaba la decisión de seguir adelante y coger por el centro de San Antonio al final de la carrera oficial para continuar por Veedor y Bendición de Dios hasta el Carmen. Lo de tomar por San José (izquierda) y Cervantes hasta el Mentidero tendría que esperar mejor ocasión.
La Palma, consciente de lo que se podía venir encima, ganaba tiempo al tiempo y poco después de las diez de la noche había ya recogido el primero de sus pasos, dos horas antes de lo previsto.
El escenario en ese instante era el del Amor entrando en su sede canónica y los dos pasos del Prendimiento a paso de horquilla por la plaza de San Antonio. La hermandad carmelitana decidió suprimir la música al acabar la calle Montañés, buscando máxima celeridad hasta llegar a la Alameda. Eso sí, exquisito orden en el cortejo y enorme labor de fiscalía. Lástima que la parte superior de uno de los candelabros de cola tuviera que ser retirada ante el peligro de poder caerse.
Cerca de las once de la noche y la maldita lluvia anunciada pasaba de largo; eso sí, en localidades cercanas las gotas se hicieron palpables, por lo que la decisión de Vera-Cruz, de no salir, y la de las otras tres hermandades, de recortar itinerario y aligerar el ritmo, fueron todo un acierto. El Lunes Santo agonizaba entre la pena de lo que pudo ser y no fue, el sufrimiento de las juntas de gobierno y el esfuerzo de fiscales y cargadores para, a la carrera, evitar lo que anunciaba el Golfo de Cádiz.
La Palma. Tus Penas son las mías y las de todo el barrio de La Viña
"Tus Penas son las mías". La Viña es una. La lucha de Chari Lucero es la de todos y también la de los miembros de la cuadrilla del paso de palio de la Virgen de las Penas que dirige Ramón Velázquez, que este año le ha dedicado su tarjeta de relevos.
El hermano mayor de la archicofradía viñera, Francis Lucero, es un torbellino andando de un lado a otro del templo poco más de media hora antes de salir a la calle. Se tiene que reunir con la Junta de Gobierno de su hermandad para decidir si se va a salir a la calle o no. El precedente del Domingo de Ramos dejó en mal lugar algunas de las previsiones meteorológicas que jugaron una mala pasada a varias cofradías.
Entre la duda y la certidumbre sólo hubo unos minutos, los justos para poner todo el cortejo en la pequeña iglesia de La Palma frente a la puerta, que abrió con unos minutos de retraso. La estrategia a seguir era recortar y en vez de coger por Torre, lo iba a hacer por San José seguido hasta llegar a Rosa.
Hay cofrades de toda la vida en este templo, como por ejemplo José Luis Ruiz-Nieto Guerrero. Se echa de menos a otros, como Emilio López Mompell, periodista de esta casa y que falleció hace unos meses. La propia Teófila Martínez, ya como ex alcaldesa, recordó ayer las conversaciones que tenía con él en cada salida. Con ella estuvieron algunos ex concejales como Carmen Sánchez, Pablo Chaves y Juan Antonio Guerrero, que ante todo es hermano de esta cofradía.
A pocos metros pero con un mundo de diferencia, en la puerta del Palillo, el alcalde José María González seguía la salida del Cristo de la Misericordia y la Virgen de las Penas.
Tras la salida a la calle y el alzado de la cruz, Manuel Pardo, uno de los miembros del cuerpo de capataces de los hermanos Martín, anunció que la primera levantá la iba a dar el pregonero de la Virgen de las Penas de este año, Juan Jesús López, el cual la iba a dar "para su hermana, no de sangre sino de corazón". Misericordia por tu barrio fue la primera marcha que sonó con un imponente andar y un precioso frontal. En las filas de nazarenos había otro antiguo pregonero de esta titular de la hermandad, Juanma Canseco.
Ramón Velázquez se sobra él solo para llenar el espacio. Es un hombre con carisma y le bastan pocas palabras para que todo el mundo lo siga y ejecute sus órdenes. Le bastó un simple "a disfrutar" a sus cargadores para empezar a andar. Al fondo, como siempre, el marianista Ignacio Sánchez Galán sigue desde los escalones que dan al altar la salida a la calle. Virgen de las Penas de Abel Moreno y Danos la paz de Jesús Espinosa con una impresionante vuelta servían para ir buscando la plaza Pinto y tratar de ir recortando minutos al reloj para tratar de recogerse alrededor de las once de la noche.
Amor. Nudos en la garganta y amores franciscanos
Amor y lágrimas no tienen por qué ir unidos, pero, a veces, los sentimientos son tan fuertes que el nudo en la garganta aprieta hasta ahogar. Hay semanas especialmente sensibles, semanas en las que las lágrimas afloran con más facilidad, jornadas en las que el Amor sale por San Francisco para derramarse por Cádiz y los lacrimales de cofrades como trinquetes se abren sin remedio, abrazados con familiares, con esos padres que les iniciaron en ese amor a su cofradía, a sus titulares, que resplandecen cada Lunes Santo por más que la amenaza de lluvia haga que todos tengan un ojo en el paso y otro en el cielo. Pese a las inciertas previsiones meteorológicas, el Nazareno del Amor y la Virgen de la Esperanza prepararon su salida con puntualidad británica. La frenética actividad en San Francisco hacía que hermanos de otras cofradías, como Emilio López Vázquez, del Caído, también colaboraran con el Amor a la hora de colocar las rampas para que los pasos abandonaran su templo. Este año la ampliación del canasto del paso de misterio ha provocado que haya ganado en altura, lo que, por primera vez, obligó al capataz, Ricardo Vicente Carro, a dirigir la maniobra de salida con el paso calzado sobre cuatro ruedas que se han fabricado expresamente para este menester.
El vicehermano mayor de la cofradía, Emilio García, fue el encargado de realizar la primera levantá antes de que el misterio, que lucía espléndido con la restauración del barnizado realizado en el taller de Manuel Guzmán, iniciara su caminar acompañado por los sones de las marchas Jesús del Amor y María de la Esperanza, con mecidos que merecieron salvas de aplausos de las cientos de personas congregadas desde mucho tiempo antes en San Francisco.
Este año entre los cargadores del Amor no se encontraba Pablo Domínguez-Mompell, que después de 31 años cargando el palio de la Esperanza, y tras estrenar su condición de manigueta el pasado año, no pudo acompañar a su hermandad debido a un accidente sufrido precisamente en el movimiento del paso y del que, afortunadamente, ya se recupera en su casa tras estar ingresado varios días. Seguro que ayer, a pesar de su estado convaleciente, fue un día complicado para Pablo y su familia.
A continuación llegó el momento de preparar la salida de la Virgen de la Esperanza. Entre sus cargadores, este año como manigueta trasero, José David Benítez, que protagonizó un magnífico pregón de la Esperanza franciscana, convirtiéndose en el primer cargador de acomete una tarea de tal calado. Tras la maniobra de salida a las órdenes del capataz Juan Manuel Cañuelo, el encargado de dar la primera levantá fue Eduardo Domenech, uno de los seis fundadores de la hermandad, quien dedicó unas hermosísimas palabras a la cuadrilla, a quien agradeció "que seáis los pies de la Virgen de la Esperanza. Que Dios os lo pague", les dijo emocionado. El precioso palio comenzó a bajar San Francisco a los sones de Soledad franciscana de Abel Moreno.
Prendimiento. Momento único a las puertas de la Alameda
La Junta de Gobierno del Prendimiento analizó con detenimiento los partes del tiempo antes de poner su Cruz de Guía en la calle a las 16:45 horas. El mensaje de los responsables de la hermandad fue finalmente favorable a realizar la estación de penitencia, pero existía cierta incertidumbre. Los portales digitales apuntaban a la posibilidad de un empeoramiento que al final se produjo aunque la lluvia no alcanzara al cortejo en la calle.
Desde el altar mayor se comunicó que se iba a efectuar la salida y que los hermanos de fila en cualquier caso siguieran las instrucciones de los jefes de sección. Y es que en el seno de la corporación existía el temor a que llegara el miedo, como al final sucedió. El papel de fiscales y jefes de sección se antoja fundamental.
En el interior del Carmen, un templo cuyo futuro está salpicado por la incógnita sobre su futuro ante la marcha de los Carmelitas, se pudo comprobar el crecimiento del cortejo y la habitual presencia de miembros de las juntas de gobierno de La Paz y El Perdón, esta última hermanada con la cofradía del Prendimiento. En las filas de hermanos estaba Gema Freire, pregonera en 2015 de la Virgen del Patrocinio, y la familia del entrenador de fútbol Joaquín Revuelta, habitual en esta jornada cofradiera aunque él ya no salga con el hábito.
Ayudado por las ruedas, el paso del Señor, en el que se van apreciando algunos avances en su ejecución, superó el dintel y alcanzó la calle ante el aplauso del público presente. Fue una maniobra correcta en la que sólo se escucharon las voces de los responsables de las capatacías. Rosas rojas sobre un canasto que alcanzó la altura normal cuando se le colocaron las patas. La marcha Prendido en Getsemaní le acompañó en sus primeros mecidos hasta ir acercándose a la calle Vea Murguía, una de las novedades este año en el itinerario. El cielo azul acompañaba a la hermandad, así como mayor presencia de público que en otras ocasiones.
Tras las filas de capirotes color turquesa se podía comprobar el palio encendido de la Madre del Patrocinio, cuyo paso iba exhornado con rosas en color champán. También las ruedas permitieron una salida sin sufrimientos para los cargadores, que respondieron a las indicaciones del capataz con la experiencia que existe en la cuadrilla de esa Dolorosa. En la calle sonaba María Santísima del Patrocinio, de José Manuel García Pulido, un toque musical muy acertado al momento, nada menos que el reencuentro de los Titulares del Prendimiento con su barrio.
El Mentidero respiraba aliviado porque sus dos hermandades habían podido salir en el presente año. Con temores e inquietud pero camino de la carrera oficial.
Vera-Cruz. Entre la desilusión y la responsabilidad
La decisión de no realizar la Estación de Penitencia es una de las decisiones más duras que debe tomar una Junta de Gobierno de una hermandad. Por eso la de Vera-Cruz se tomó ayer su tiempo. Tanto que cuando pasaban ya diez minutos de la hora de salida prevista y la Cruz de Guía aún no se colocaba en la puerta de San Francisco ya se barruntaba lo peor. "Es una decisión dura y un momento triste, pero los partes dan 100% de posibilidad de lluvia entre las diez y las once y tenemos que velar por nuestro patrimonio y por los valores de nuestra hermandad", comunicó la junta en una iglesia donde cundió cierta desilusión entre jóvenes como Álvaro Torres, que a sus 20 años iba a estrenarse junto a su padre bajo el paso de misterio y que tendrá que esperar al día de hoy para compartir carga en el Caído. Si el tiempo acompaña.
Con los candelabros del paso de misterio y la candelería del palio de la Virgen de la Soledad encendida, con Benito Jodar y Joaquín Cortés listos y sus cuadrillas dispuestas para iniciar el cortejo, lo único que hacía prever el triste desenlace era la reunión de última hora que mantenía la Junta de Gobierno. El habitual silencio y recogimiento que acompañan los prolegómenos de esta cofradía se vio roto en algunos momentos por un murmullo dentro de la iglesia de los hermanos que se preguntaban a que obedecía el retraso. Junto a las túnicas negras de ruán, en esta ocasión también representantes de las cofradías de Vera-Cruz de Setenil de las Bodegas y Chiclana, invitadas a participar en el cortejo con motivo del 450 aniversario fundacional de la hermandad gaditana. Este hecho provocará que la cofradía tenga una salida extraordinaria el próximo 6 de agosto, que el hermano mayor recordó como consuelo ante la aparición de las primeras lágrimas en unos cofrades que prepararon con el mimo de cada año la salida y que esta vez no han podido disfrutar. Los motivos de la junta de salvaguardar el patrimonio justifica esta dura decisión.
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