Cádiz continúa entre las provincias con mayor tasa de mortalidad

Tiene la segunda más alta de España

El médico Antonio Escolar, asesor técnico de la Delegación de Salud, destaca la influencia de las desigualdades sociales en la salud

Pilar Hernández Mateo

25 de julio 2017 - 06:45

Cádiz/La mortalidad en la provincia de Cádiz ha descendido en los últimos años, pero sigue estando por encima de la media española. Según datos del Centro Nacional de Epidemiología, del Instituto de Salud Carlos III, desde 1975 hasta 2015, la mortalidad ha caído en todo el país, incluyendo Cádiz. A priori, se trata de una noticia positiva, pero no lo es tanto si tenemos en cuenta que pese a este descenso, nuestra provincia es la segunda con la tasa de mortalidad más alta, solo detrás de Melilla en el caso de mujeres y de Sevilla en el caso de los hombres. Es decir, continúa a la cola en cuanto a esperanza de vida respecto al conjunto de provincias españolas.

El epidemiólogo y médico especialista en Salud Pública Antonio Escolar, asesor técnico de la Delegación Territorial de Salud de la Junta de Andalucía en Cádiz junto con el también médico Juan Antonio Córdoba, ha recogido datos de la provincia para la planificación del IV Plan Andaluz de Salud (para el periodo 2013-2020) y destaca la gran influencia de las desigualdades sociales en la salud de la población gaditana.

Escolar señala que las desigualdades sociales en Cádiz (tanto en la provincia como en la capital) son ligeramente superiores a las de otros lugares de España, especialmente en los hombres, "y esta desigualdad influye en la mortalidad", sentencia.

Tasa de mortalidad por sexo
Tasa de mortalidad por sexo

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"Si hablamos de promedio, la ciudad de Cádiz está por encima de la media de Andalucía y de España en mortalidad en general. Ahora bien, si descomponemos este dato poniendo un filtro social, como es por ejemplo el nivel de estudios, comprobamos que las personas con estudios universitarios no tienen un exceso de mortalidad, pero sí las personas sin estudios", explica este médico, quien sostiene que si la tasa hubiera sido solo la de los universitarios, habría casi un 25% menos de muertes.

La mortalidad es mucho menor en las personas con estudios universitarios

Antonio Escolar llama la atención sobre el hecho de que "tenemos una concepción de la salud medicalizada", de tal manera que "confundimos salud con enfermedad". Precisa que "la enfermedad tiene que ver con el sistema sanitario, mientras que la salud está relacionada con las condiciones de vida: la educación, el empleo, la vivienda, la alimentación, el aire que respiramos... En la vida cotidiana, hay un conjunto de factores que van a condicionar que tengamos más o menos salud". Así, sostiene que "cuando hablamos de salud, hablamos de tasa de paro, de nivel de estudios de la población, de la dificultad para llegar a fin de mes, del acceso a los alimentos, la disponibilidad de las instalaciones deportivas y muchas cosas más, porque los determinantes sociales están en la raíz de los problemas de salud". Ahondando en esta idea, manifiesta que "el capital en la salud es un empleo digno, un salario digno, educación, una alimentación saludable, una pensión digna, unos servicios sociales adecuados, una ley de dependencia bien financiada", entre otras cosas.

Evolución desde 1975
Evolución desde 1975

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Asegura que el impacto de todos estos factores en la población, desde el nacimiento y a lo largo de los años, "acaba manifestándose en desigualdades sociales en salud, porque las generaciones acumulan historias sociales, experiencias sociales, condiciones de vida mejores o peores, y el resultado final de ese acúmulo acaba manifestándose en un mayor o menor riesgo de muerte, de enfermedad y de tener determinados hábitos", argumenta.

Todo esto, según Antonio Escolar, influye en que la provincia de Cádiz tenga los indicadores de salud inferiores al promedio de España. Porque a pesar de haber mejorado y de que la mortalidad está cayendo, lo que supone un aumento en la esperanza de vida, la realidad es que ésta ha aumentado más en el resto de España que en Cádiz, así que la desigualdad en este aspecto "se mantiene".

Este técnico hace referencia al estudio Urban Audit del Instituto Nacional de Estadística (INE), que recoge que entre las diez ciudades con peor situación socioeconómica -de todas las que analiza-, cinco son de la provincia de Cádiz, y una de ellas es precisamente la capital gaditana.

Pero recuerda que esto no es una realidad desconocida, ya que los indicadores de pobreza y exclusión social están reflejados en estudios de Cáritas y en el informe FOESSA. "Con la crisis, se han agravado estos problemas, y ese es el caldo de cultivo en el que se cuecen las desigualdades en salud: a más pobreza y desigualdad social, tendremos peores indicadores de enfermedad y mayor desigualdad en salud".

Destaca que en general, se observa que en la provincia de Cádiz, la mortalidad ha caído en los últimos años, pero la desigualdad social en la mortalidad se mantiene, y sigue siendo mayor en personas de clase social o nivel educativo o socioeconómico más bajo".

De esto se extrae, según el epidemiólogo y especialista en Salud Pública, que todos los grupos sociales han mejorado en cuanto a sus riesgos de muerte, pero la distancia que había entre unos y otros no se ha reducido. Por eso, cuando se plantea el objetivo de un sistema de salud, asegura que "no solo debe ser reducir la frecuencia de enfermedades y muertes en conjunto, sino además, reducir la desigualdad. Es decir, que todos seamos más iguales en los riesgos".

Por todo ello, sostiene: "Reivindicar salud es reivindicar equidad. Cuando entendamos que la salud está en todas las políticas, habremos dado un paso de gigante para mejorar la salud de la población".

En este sentido, menciona informes de la OMS "que dicen que el secreto de todo esto está en las políticas sociales, económicas, laborales y fiscales que tengan como objetivo la reducción de la desigualdad social". Y habla de un estudio de la RAND Corporation de EEUU "que demuestra que lo más relevante para la salud de las poblaciones es el porcentaje de gasto social: cuanto más gasto social, mejores niveles de salud, y cuanto menos gasto social, peores niveles de salud y más desigualdades".

Señala que en España, la desigualdad social ha aumentado en los últimos años, de tal manera que "la jerarquía de bienestar se hace más ancha en la base y más estrecha en la cúspide, que acumula más riqueza y patrimonio. Y la base, aunque sea más grande, acumula más pobreza y desigualdad". Al respecto, apunta que España junto a Rumanía y Grecia son los países con la mayor desigualdad socioeconómica; además, "estamos también a la cola de Europa en gasto social".

Antonio Escolar indica que todo esto se traduce en "servicios sociales descapitalizados e infrafinanciados, coberturas de desempleo pobrísimas, pensiones muy bajas, dependencia infrafinanciada, poco apoyo a la infancia y familias con necesidades, ayudas sociales escasas...".

Para él, la clave para mejorar la salud de la población está en disminuir las desigualdades sociales que, además, es algo que "favorece a todo el mundo, tanto a los que tiene más como a los que tienen menos; porque la desigualdad es una fuente de conflictos sociales y eso perjudica a todo el mundo".

Así, para este médico, el gasto social es "el principal determinante de la salud de las poblaciones, siempre que tenga una orientación radicalmente equitativa" y sostiene que "si queremos mejorar los niveles de salud de la población, hay que hacer políticas en todos los sentidos con el objetivo de disminuir la desigualdad, porque más equidad es más salud", concluye.

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