Cae una red que expoliaba yacimientos arqueológicos subacuáticos en Cádiz
Patrimonio histórico
La Guardia Civil recupera abundante material y detiene a tres personas
Cádiz/Las profundidades del mar de Cádiz son un tesoro. Un reino oculto que igual permite que vivan como reinas las mojarritas que incita a buceadores amantes de la arqueología –sin título pero con varios masters en picaresca– a adentrarse en sus dominios a la caza de riquezas. Riquezas prohibidas, claro, pecios hundidos durante siglos, piezas de un valor incalculable que deben estar en museos para el disfrute de toda la sociedad y no de unos pocos privilegiados.
En uno de estos templos de la antigüedad, el Museo Provincial de Cádiz, la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil montó lo que bien podría ser un muestrario de nuestra historia, desde la época visigoda al esplendor del comercio con las Américas. Todo el material exhibido ante los medios de comunicación ha sido recuperado tras una laboriosa operación, denominada Versos, y que ha finalizado con la detención de tres personas, buceadores profesionales de la provincia, y la investigación de dos empresarios, muy conocidos y que gestionaron en su día el yacimiento de la Casa del Obispo, cuya explotación está en litigio judicial en la actualidad tras haber reclamado el Ayuntamiento su titularidad. Los cinco están acusados de presuntos delitos contra el patrimonio histórico, blanqueo de capitales y apropiación indebida y receptación. Durante la operación se realizaron 10 registros entre domicilios, garajes y embarcaciones, además de en dos yacimientos arqueológicos.
La operación se inició al detectar los agentes de la Benemérita una supuesta venta de objetos arqueológicos expoliados, en la que estarían implicados buceadores de la provincia. Al avanzar la investigación, quedó clara la vinculación de estos con empresarios relacionados profesionalmente con yacimientos arqueológicos de la zona. “Los buceadores no son titulados en arqueología pero saben mucho de la materia, les interesa, han aprendido desde que eran muy jóvenes y conocen perfectamente dónde se encuentran estos yacimientos”, comentaba el teniente Juan José Águila, jefe del grupo de Patrimonio Histórico de la Guardia Civil.
De esta manera, y en el transcurso de las pesquisas, pudo conocerse que los empresarios anteriormente citados habrían hallado una estela funeraria de origen visigodo en el yacimiento arqueológico que gestionan, y que al parecer este hallazgo no habría sido comunicado a las autoridades responsables del patrimonio en la Junta de Andalucía, además de haber sido hallada durante una fase en la que la explotación no contaba con los permisos preceptivos para llevar a cabo esas obras. Los expertos datan esta estela en torno al siglo VI y piensan que pertenecía a una persona muy reconocida en la ciudad.
Entre los objetos intervenidos destacan, además de la estela funeraria visigoda, cuya importancia radica en los escasos restos de este mismo origen existentes en la zona, una campana de bronce, posiblemente procedente de un naufragio inglés, con la inscripción WB 1680, un astrolabio de bronce, y dos cañones pedreros de bronce que ya habían sido extraídos por los detenidos y que, por la inscripción que lleva, pertenecería a un navío de la Armada portuguesa del siglo XVI, además de numerosas ánforas, monedas y otros objetos pendientes de catalogación y valoración por el Centro de Arqueología Subacuática y por el Museo de Cádiz, lugar donde ha sido depositado todo lo intervenido y donde se le realizará el tratamiento necesario para su óptima conservación.
También destacan dos elementos decorativos realizados en bronce que parecen representar una serpiente o animal mitológico, para cuya recuperación fue necesario acceder a un pozo de más de seis metros de profundidad, donde se encontraban ambas piezas sumergidas para dificultar su localización bajo más de un metro y medio de lodo. Para extraerlos fue necesaria la colaboración de los bomberos de Chiclana, que ayudaron a bombear el agua existente en el pozo, situado en un finca de uno de los detenidos.
Además los agentes recuperaron botellas, flotadores, torpedos y otros elementos para la práctica del buceo, destacando entre el material intervenido un ROV (Vehículo de Observación Remota) utilizado para inspeccionar el fondo de manera remota, desde una embarcación en superficie, así como un magnetómetro, diseñado para detectar la presencia de restos de metal en el fondo marino.
Del análisis de los medios técnicos intervenidos a los detenidos para la navegación, se han obtenido más de una docena de coordenadas geográficas en la costa gaditana donde presumiblemente se encuentran más restos arqueológicos, que una vez examinados aportarán información que permitirá conocer la historia de los mismos, al tratarse esta de una zona históricamente muy activa en lo referente a hundimientos de barcos por tormentas o por enfrentamientos navales principalmente.
Estas coordenadas están siendo inspeccionadas conjuntamente por la Guardia Civil y por el Centro de Arqueología Subacuática del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico (IAPH) habiéndose localizado a día de hoy, además de lo intervenido en esta operación, dos cañones de bronce de gran tamaño pendientes de catalogación y valoración para su extracción y posterior conservación.
La importancia de la operación radica, además de en la recuperación de todos los efectos intervenidos durante el desarrollo de la misma, en la abundante información que sin duda podrá obtenerse con los restos arqueológicos que se están encontrando en las coordenadas analizadas, además de permitir su protección y conservación.
Hay que destacar la protección integral del patrimonio histórico que realiza la Guardia Civil, mediante su capacidad para operar en diferentes medios con la coordinación de varias de sus especialidades como son Policía Judicial, Unidades Territoriales, Servicio Marítimo y GEAS entre otras.
De hecho, el equipo del Centro de Arqueología Subacuática está participando en la inspección de los puntos señalados para certificar la existencia de restos arqueológicos y en ese caso inscribir los posibles yacimientos en el catálogo y añadirlos a la Carta Arqueológica. Del mismo modo, una vez comprobada su existencia se estudiará la necesidad de adoptar las medidas adecuadas para que no corran peligro los hallazgos y evitar nuevos expolios.
A la presentación de las piezas recuperados acudieron el subdelegado del Gobierno en la provincia, Agustín Muñoz, que destacó “la importancia de la colaboración conjunta para preservar el patrimonio”;así como el delegado provincial de Cultura, Daniel Moreno, quien resaltó que de las coordenadas obtenidas ya se han examinado cuatro. “La segunda fase será su catalogación y extracción para salvaguardar nuestro patrimonio”. Moreno adelantó que la Delegación estudia medidas contra los empresarios participantes en esta trama.
Tanto la directora del Centro de Actividades Subacuáticas, Carmen García Rivera;como el director del Museo Provincial, Juan Alonso de la Sierra, se congratularon por el buen término de la operación y la rareza de las piezas.
El riesgo de los empresarios que bordean la Ley
La pieza más rara de las recuperadas curiosamente no ha salido del fondo marino sino del yacimiento arqueológico conocido como la Casa del Obispo, gestionada en su día por Germán Garbarino, una persona muy conocida. Según fuentes de la Guardia Civil, en el transcurso de la investigación apareció esta estela funeraria. “Cuando preguntamos se nos ofreció claro, en caso contrario habría sido un problema para estos empresarios”. No es la primera vez que la Benemérita se encuentra con empresarios de yacimientos que tienen en su poder piezas que deberían lucir en un museo. En este caso, eso sí, advierten que las transacciones de los detenidos no se hacían por internet sino a través de conductos que manejaban perfectamente.
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