Cien mil gaditanos salen a la calle en defensa de su Bahía

Ien mil gaditanos participaron ayer en la mayor manifestación de la historia de la provincia. Y ha sido toda ella la que estuvo representada en esta movilización para llamar la atención al Gobierno de las gravísimas repercusiones que para nuestra comarca representan las medidas económicas en relación con la construcción naval. A las seis de la tarde se inició el recorrido, encabezando la manifestación una representación de las coordinadoras de las empresas de Cádiz, Puerto Real y Zona Franca, dirigentes de centrales sindicales, representantes de partidos políticos, diputados del PSOE, UCD, PCE, PSP y senadores.

La manifestación estuvo encabezada por una representación de las coordinadoras de trabajadores de las empresas de Cádiz, Puerto Real y Zona Franca de construcción naval, así como las centrales sindicales. Tras ellos, los representantes de los partidos políticos y los diputados Jerónimo Sánchez, Ramón Vargas-Machuca y Pedro Jiménez Galán, del PSOE. Fernando Portillo y José Manuel Paredes, de UCD. Y los senadores Guillermo Alonso del Real y José Manuel Duarte. A continuación figuraban el presidente de la Diputación, Antonio Barbadillo, y la Corporación en pleno; alcalde de Cádiz, Emilio Beltrami; San Fernando, José Ramón Corona, y Puerto Real, José María Sasián. También asistieron los alcaldes de El Puerto de Santa María, Vejer y Ubrique, Manuel Martínez Alfonso, Antonio Morillo y Antonio Vega, respectivamente.

Durante todo el recorrido, un numeroso público abarrotó las aceras y al paso de la manifestación se iban integrando a la misma.

Unas 500 pancartas jalonaron la manifestación, así como gritos y cantos.

Los más significativos fueron los siguientes: "Suárez dimite y métete en el dique", "Suárez, guapito estamos ya hartitos", "Juan Carlos, Sofía la olla está vacía". Las mujeres tuvieron su papel en la manifestación y hubo gritos que decían: "Mujeres, uníos dejad a vuestros 'maríos" y "Vecinos mirones, bajad de los balcones".

La manifestación, que ocupaba un kilómetro a lo ancho de la avenida, llegó a la plaza de San Juan de Dios, pasadas las ocho de la noche.