Los 'aduaneros' intentan convencer in situ a los 'contraduaneros'

Miembros del Plan C visitan la Aduana invitados por José María Esteban

Pretenden abrir un debate liderado por el arquitecto y Daniel López

Fachada del edificio de la Aduana en la Plaza de Sevilla.
Fachada del edificio de la Aduana en la Plaza de Sevilla. / Julio González
J. M.

17 de enero 2018 - 02:07

Cádiz/No hay prácticamente nada en esta ciudad -salvo quizá el Cádiz Club de Fútbol, que las disensiones las alimenta desde dentro- que no genere firmes defensores y acérrimos opositores. Como casi todo en Cádiz, el edificio de la Aduana también tiene partidarios y detractores. Así, en la ciudad, como se sabe, hay un potente Foro en Defensa de la Aduana -de aquí en adelante, Los aduaneros- que logró que se diluyesen los planes de derribo del edificio de la Plaza de Sevilla gracias a la protección decretada por la Junta. Y una finalmente nonata plataforma pro derribo cuyos promotores y seguidores -de aquí en adelante, Los contraduaneros- no han conseguido hasta ahora ni el apoyo vecinal ni el de otros colectivos ciudadanos, pero vienen a coincidir -parece ser- con los planes del equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Cádiz. En paralelo, en el seno del Plan C -ese selecto foro de debate de exquisita participación ciudadana que, a modo de oráculo, tanto está aportando desde que se constituyó- también hay tirios y troyanos.

Pues bien, antes de que se supiese que la plataforma pro demolición no iba a ser plataforma -al menos, de momento- el más activo de los portavoces de Los aduaneros, el arquitecto José María Esteban -miembro también del Plan C- convocó una visita 'semiclandestina', pero autorizada y con guía oficial, a la Aduana para demostrar a Los contraduaneros que aquello no es, de ninguna manera, un edificio fantasma, sino todo lo contrario. Y de paso explicarles in situ los valores arquitectónicos e históricos de la construcción. Durante la espera a que el grupo estuviese completo se deslizaron algunos comentarios y bromas que delataron a quien estaba en uno o en otro bando. Mientras que uno ensalzaba en voz alta la nobleza y belleza de la fachada, otro confesaba por lo bajini haberse olvidado unos metafóricos cartuchos de dinamita en casa...

Unos ensalzaban la nobleza del edificio, otros bromeaban con cartuchos de dinamita

A la cita acudió en torno a una veintena de ciudadanos, algunos de ellos del Plan C, quienes guiados por la jefa provincial de la Aduana, Concha de la Rosa, y del propio José María Esteban recorrieron las dependencias del edificio visitables.Entre los visitantes estaban el arquitecto Mario Barrios; el impulsor del plan, Paco Cano; el arqueólogo y coordinador del Teatro Romano, Paco Alarcón; los historiadores Marieta Cantos y Alberto Ramos Santana; el portavoz de la asociación de vecinos Cádiz Centro, Paco Gómez; el ateneísta Hans Joseph Artz; el ex candidato de la extinta UPyD a la Alcaldía, Felipe Marín y Herminia García Marín, que vivió en la vecina estación de tren, entre otras personas. No acudió a la convocatoria ninguno de los miembros de la troika de Los contraduaneros, formada por el ecologista Daniel López -también activo miembro del Plan C- y los arquitectos Julio Malo de Molina y Juan José Jiménez Mata.

Durante el recorrido, Concha de la Rosa se centró en explicar las importantes actividades que despliega allí a diario una plantilla compuesta por un centenar de funcionarios, si bien a esa hora -pasada la una de la tarde-en la primera y segunda planta parecíamos ser más los visitantes que los empleados públicos. En el despacho y el balcón principal la jefa provincial de Aduanas argumentaba que este organismo no tendría ningún sentido en una sede alejada del puerto, mientras que Esteban explicaba el diálogo del edificio con el de la vieja Aduana, hoy Diputación.

Alberto Ramos Santana fue de los pocos que confesó su condición de contraduanero e hizo saber a Esteban en un par de ocasiones que allí estaban para conocer "el continente, no el contenido del edificio". Y fue justo en la azotea trasera, con el frontal de la estación de tren delante, donde Esteban demostró con planos y fotografías antiguas cómo la vieja estación término nunca tuvo acceso por donde se lo quieren dar Los contraduaneros y lo "absurdo" de instalar un jardín delante, "que acabaría tapando lo que se pretende revalorizar". Con todo, Ramos Santana le contradijo un par de veces y llegó a retarle a un debate con armas... argumentales, claro.

A la salida de la Aduana, algunos de los miembros del Plan C se sinceraron y comentaron que el edificio les parece estéticamente "horroroso y mal emplazado", pero que "no habría dinero para tirarlo y construir uno nuevo" que albergase la actividad que allí se desarrolla. Finalmente, desde el foro han decidido no pronunciarse y abrir un debate -esperamos que público- liderado por dos de los suyos: en una esquina, José María Esteban, en posesión del título de protección del edificio, por Los aduaneros; y en la otra, Daniel López, aspirante al título del derribo, por Los contraduaneros.

El verdadero problema, el hotel sobre la estación

"La Aduana no molesta y arremeter contra ella es sólo una excusa", dice el arquitecto José María Esteban, mucho más preocupado por la reordenación de la Plaza de Sevilla y su entorno. Sobre todo por el hotel proyectado sobre el vestíbulo entre estaciones, "una enorme peineta que superaría en mucho la altura máxima permitida por el PGOU con las tres o cuatro plantas que necesitarían para que fuese rentable".

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