Pioneras del cante
Flamenco
Esta recopilación rompe una vez más, desde Jerez, con algunos tópicos sobre la historia de este arte
La ficha
'Cantaoras jerezanas de principios del siglo XX'. VVII. Prod.: Rafael Infante y Antonio Reina. Flamenco y Universidad/Marita.
La obra que abre Cantaoras jerezanas de principios del siglo XX es la más conocida sin duda de La Serrana. María Valencia (1863-1940) era una egregia seguiriyera, según nos señala Fernando el de Triana en Arte y artistas flamencos. No podía ser de otra manera, siendo como era la hija de Paco la Luz, uno de los creadores de la seguiriya jerezana. Pero además esta saeta de la que hablamos apareció en un disco mítico ya que por la otra cara de la pizarra figuraba el cante de Manuel Torre Por no saber lo que hacerle. Estos dos cantes fueron los que marcaron el camino sin retorno de lo que más tarde se llamó saeta por seguiriya, labor que completarían El Cojo de Málaga y El Gloria. La Serrana es una cantaora de voz grave y clara. La edición incluye dos cantes del estilo estrella del repertorio de La Serrana, la seguiriya. Un cante de Manuel Molina y otro del Loco Mateo, ambos jerezanos. Sorprende que no interprete el cante de su padre, del que se dice que fue su principal divulgadora, a pesar de la cual no lo llegó a registrar. Por soleá hace un cante de su paisana La Serneta que había popularizado Chacón. La selección se cierra con una malagueña acompañada, como el resto de cantes, de la guitarra de Juan Gandulla Habichuela. Las cinco grabaciones son de 1909 y evidencian que la cantaora era una de las estrellas de los cafés cantantes con todo el merecimiento.
La Pompi (Luisa Ramos Antúnez 1883-1958) es sobre todo conocida por ser la hermana del Niño Gloria. Es una cantaora de voz poderosa y pujante, como su hermano, aunque más grave y natural; y su cante es más corto que el del Niño Gloria. Las seguiriyas y bulerías que cierran esta selección pertenecen a la colección de Marius de Zayas y se publicaron hace unos años en un recopilatorio de Manolo de Huelva. El resto de las grabaciones procede de los registros que hizo en 1931 con Miguel Borrull. Por soleá hace un cante del Mellizo en tanto que en la bulería por soleá muestra el estilo como patrimonio familiar. También era una excelente festera, con un enorme sentido del ritmo, como evidencia la grabación que incluye esta obra. Completan la selección tres discos por fandangos en los que se aleja del estilo de su hermano a favor de otros referentes de la época.
Luisa Requejo (1898-1940) grabó en 1928 los nueve cantes que se incluyen aquí, de los que se ha eliminado la milonga de Juan Simón. En bulerías por soleá y soleares del Mellizo podemos apreciar claramente la influencia de Pastora Pavón, razón por la que la jerezana fue apodada la Petit Niña de los Peines. Con ello se evidencia que nos encontramos ante una cantaora de enormes facultades vocales, tanto en registro como en el concepto rítmico. La petenera es un cante muy dúctil, natural, lejos de la rigidez actual del estilo. Influencia de su paisano Chacón encontramos en las malagueñas, las granaínas y las cartageneras, así como en las seguiriyas de Paco la Luz y Manuel Molina. La jerezana confiere una energía y entrega notables a los estilos levantinos, sin desvirtuar la línea melódica original. Fandangos y cuplé por bulería completan la selección. Requejo resulta una cantaora muy actual y de no haber fallecido tan tempranamente es seguro que habría dado mucho que hablar en la posguerra.
Menos datos tenemos de Adela López que, con acompañamiento de orquesta canta en este disco una soleá de la Serneta, bulerías, mineras y pregones. Una verdadera pionera. Sería muy interesante datar estos cantes por lo que tienen de precursores. Rafael Chaves ha fechado la minera en 1914. El resto de los datos que tenemos sobre ella los ha aportado Ángeles Cruzado. La primera noticia que ha encontrado Cruzado de López es de 1911 aunque desde 1928 no tenemos datos de ella. No obstante entre estas dos fechas las noticias que ha rescatado Cruzado son muy abundantes y dan fe del éxito de la cantaora, que dominaba toda la baraja estilística. Esta edición se completa con cantes de otras cuatro intérpretes jerezanas de las que apenas se sabe nada excepto los discos que grabaron, aquí recogidos: La Pastora de Jerez (tango, bulerías, farruca, peteneras y malagueñas), la Niña de Jerez (tientos, soleares, tarantas y bulerías), Luz Divina La Jerezana y Milagritos La Macarena (fandangos y colombiana).
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