José Antonio Carrizosa

Grave

Alto y claro

El objetivo primero y principal del caso de los ERE se ha conseguido: Chaves y Griñán se sientan en el banquillo

14 de diciembre 2017 - 02:09

La sentencia, cuando sea, será la que corresponda. Pero el gran objetivo de siete años de indagación a fondo sobre el dinero público que utilizó la Junta de Andalucía para garantizarse paz social y seguro que alguna otra cosa está conseguido: Chaves y Griñán, convertidos en símbolos de unas siglas que se han mantenido en el poder en Andalucía elecciones tras elecciones, están sentados en el banquillo. La operación, cuya legalidad o ilegalidad se discutirá en los próximos meses en la sala de la Audiencia de Sevilla, consistió básicamente en unas transferencias de financiación para atender a situaciones de crisis en empresas, amparadas por unos Presupuestos aprobados en el Parlamento. Que hubo discrecionalidad y arbitrariedad, que cobraron intrusos y que algunos hicieron negocio con las primas de las aseguradoras es algo evidente. También lo es que tras siete años de poner patas arriba la Administración andaluza la juez Alaya no encontró ni un solo euro, de los cientos de millones presuntamente defraudados, en los bolsillos de los altos cargos que pasan ahora el oprobio del paseíllo por los juzgados ni en la caja de su partido.

Aun así, para los anales políticos y mediáticos con intereses en la cuestión, el de los ERE es ya por definición el caso más grave de corrupción de la democracia española. Afán de etiquetar e ignorar, por ejemplo, la que tenían montada en Cataluña el clan de los Pujol con la madre superiora y los misales millonarios sin otro objetivo que santificar las arcas de la familia, en la acepción mafiosa del término. O el palacete de Pedralbes del marido de la hermana del Rey. O el caso Gürtel, convertido en caso PP con borrado de disco duro y demás. O el ático millonario en Marbella del que fuera presidente de la Comunidad de Madrid. O la que formó Jaume Matas en Baleares. O el 3% de Convergència. O… lo que ustedes quieran añadir porque materia hay de sobra.

No se trata sólo de comparar, que también, sino de dejar claro que con los ERE se ha hecho, de forma más consciente que inconsciente, una causa general contra la forma en la que se ha gobernado en Andalucía, que habrá sido torpe, clientelar y sectaria. Pero seguro que no más corrupta que otras que han aprovechado el poder para enriquecer directamente a sus detentadores y a sus partidos.

Chaves y Griñán están ya en el banquillo y con ellos, échenle un vistazo a las fotografías, mucho Gobierno andaluz: objetivo cumplido. Pero el daño no se les ha hecho sólo a ellos. Eso quizás sea, de verdad, lo grave.

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