La Rayuela
Lola Quero
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Su propio afán
Ya hemos echado nuestras risas con Er Prinzipito en andalú (sic), que traduce (sic) Huan Porrah Blanko (en el siglo Juan Porras Blanco). Ahora toca sonreír más reflexivamente. Quien parece que sí sabe andaluz del bueno es el sello alemán Edition Tintenfaß, que va a hacer su agosto entre coleccionistas de ediciones de El Principito, incautos, curiosos y parientes de Porras. Ya ha agotado la primera edición. "No ni ná", se estarán guiñando los alemanes en un perfecto andaluz (de las almadrabas de Zahara, como diría Cervantes).
Da lástima del Principito legítimo y de Antoine de Saint-Exupéry. Como el personaje era príncipe y el autor conde, no hay que descartar un tic revolucionario por parte de Porras y sus apoyos del SAT, aunque inconsciente. Juan Porras confiesa otra intención: "Es un libro de los principales libros que se utilizan en los institutos […] Muchos de los maestros y de las maestras que tengan por lo menos ese gusanillo de la defensa de nuestra cultura andaluza que lo utilicen en la docencia". Demostrando que del lenguaje políticamente correcto no se escabulle ni el andaluz y llevándonos a preguntar qué malo habrá hecho la docencia que no se libra de ninguna tontá. Me consuela imaginar que, en los Campos Elíseos del Arte, la Gioconda, a la que Duchamp (un Juan Porras francés) pintó una vez un bigote, habrá sonreído al Principito con resignada dulzura.
En el terreno lingüístico, incluso la Zoziedá pal Ehtudio'el Andalú (ZEA) ha precisado que se trata, en realidad, de una traducción al algarbeño. Por lo visto, el andaluz no es un idioma, sino un montón de ellos, como una Babel blanca y verde. En lo literario, servirá al menos para distinguir una traducción, que no es, de una transcripción fonética.
Esta vez la alegría más pura la sentimos en lo político. Mamarrachadas parecidas son tomadas por nacionalistas de otras regiones con seriedad. En Andalucía la risa ha cundido. Regada con un saludable bochorno, como cuando el traductor declara: "Es una emoción bastante grande y sobre todo un tema como que hay gente fuera de aquí [los editores alemanes, no ni ná] que reconoce este tipo de iniciativa, que tengan que venir gente de afuera a decirnos a los catetos que habemos aquí, entre comillas, de que no somos catetos, sino de que es una cultura tan buena como otra". Con iniciativas así, el nacionalismo andaluz está listo; y eso es una emoción bastante grande.
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