José De Mier Guerra /

Todos los santos, difuntos y Halloween

06 de noviembre 2011 - 01:00

Cada año, cuando aparecen el último día de octubre y el 1 y 2 de noviembre nos someten a una confusión enorme entre santos, difuntos, monstruos y brujas y ya en verdad resulta difícil entender qué es lo que celebramos, si algo religioso o algo pagano, o el anticipo del carnaval. Hay celebraciones cristianas que, aunque se consideren por tradición muy antiguas, contienen ritos y símbolos de otras religiones que fueron adoptados por primitivos misioneros con el fin de facilitar la evangelización de los pueblos que se iban conquistando. Casi siempre y con el paso de los años estas costumbres o cultos van derivando en formas peculiares según el país en que se celebren las fiestas. No se celebran de la misma manera estas fiestas en los países suramericanos que en Europa, incluso en ésta no es lo mismo en la baja Europa que en el norte. En los últimos años la influencia de la cultura y sobre todo el cine americano han conseguido que la fiesta de Hallowen adquiera una gran popularidad entre la gente joven.

Parece ser que tradicionalmente lo que va quedando con un sentido un tanto religioso, al menos en España, Francia y Portugal, son las visitas a los cementerios. Aunque éstas se realizan con mayor participación el día 1 de noviembre, a pesar de que la fiesta que la iglesia católica le dedica a los difuntos sea el día 2.

Normalmente las necrópolis, los lugares destinados a enterramientos, se ubican durante mucho tiempo en el mismo emplazamiento y por eso, estos recintos nos suelen dar la impresión de que son siempre antiguos, inmemoriales y hasta misteriosos. Los detalles arquitectónicos, esculturales y los monumentos funerarios que contienen suelen corresponder a diversas épocas y estilos, y les ayuda a mantener un aspecto al menos curioso e impresionante.

En nuestro pueblo el cementerio actual se comenzó a utilizar en 1900 y todavía se producen enterramientos. El Cementerio mancomunado, utilizado por muchos chiclaneros, gaditanos e incluso de otras poblaciones, resulta todavía bastante novedoso, el próximo 21 de Enero cumplirá 20 años. El recinto ya contiene en su interior casi 18.000 fallecidos, a pesar de que en los últimos años el número de incineraciones llega al cincuenta por ciento. Ya va poseyendo mausoleos y esculturas de alguna importancia, unas de nueva construcción y otras que proceden de su traslado desde el antiguo cementerio de la capital.

Dentro del recinto se ha construido una pirámide, muy original, de casi 200 metros cuadrados, construida de hormigón y con sus paramentos revestidos de placas de granito negro en el exterior y mármol blanco en el interior. Se ha levantado en memoria de todos los que fueron enterrados en el cementerio de San José de Cádiz, que estuvo en servicio desde el año 1800 hasta 1992, en que se clausuró, sobre sus paramentos se encuentran grabados los nombres de los 286.000 inhumados en dicho cementerio durante los 192 años de existencia.. En el interior de la pirámide se encuentra un ordenador táctil, que mediante un sencillo programa permite conocer el lugar exacto donde se encuentra cincelada cada inscripción, si se entra con el nombre o con la fecha de nacimiento.

También comienza a contener, el nuevo recinto, curiosidades y anécdotas. A finales del 92, el cantante Luis Miguel o sus representantes hicieron entrega al director del cementerio de las cenizas del padre del célebre cantante mejicano. El finado Luis Gallego Sánchez Repiso, nacido en Cádiz en junio de 1945, fue también cantante y compositor y personaje fundamental en la carrera musical de su hijo Luis Miguel. Se depositaron, en un lugar, las cenizas en una urna lacrada y con la condición de que no se le colocara ninguna lápida ni señal identificativa. Así mismo, condicionó el contrato a que no se mostrara, ni se informara del lugar exacto en que se encuentran las cenizas a ninguna persona sin su autorización personal. Las clausulas se están cumpliendo y Luisito Rey (nombre artístico) padre de Luis Miguel Gallego Basteri (Luis Miguel), que falleció en Barcelona en diciembre de 1992, se encuentra en el Cementerio mancomunado de la bahía y tal vez su alma pasee por el recinto, siempre de incógnito.

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