La Apdha denuncia acoso, maltrato y vejaciones contra las porteadoras de Ceuta
Derechos Humanos elabora el primer informe sobre el colectivo, en el que colabora la Diputación
Entre 6.000 y 9.000 mujeres cargadas con bultos de 60 a 90 kilos de comida, ropa, zapatos y electrodomésticos sobre sus espaldas cruzan a diario la frontera de Marruecos con Ceuta, un paso teóricamente sólo para personas por el que se mueven cientos de toneladas de mercancías cada jornada. Ese "comercio atípico", como lo llaman en Ceuta y Melilla, o "contrabando" -consentido, pero contrabando-, como se le denomina en Marruecos, genera al año cientos de millones de euros de beneficios. Y en paralelo, explotación, malos tratos, vejaciones y acoso -también sexual-, sobre un colectivo tremendamente vulnerable. En 2008 murieron dos mujeres aplastadas bajo una avalancha humana que se produjo en el paso del Biutz, más conocido como "la jaula".
Más allá de los trabajos periodísticos sobre esta actividad, Respeto y dignidad para las mujeres marroquíes que portan mercancías en la frontera de Marruecos con Ceuta es el primer informe en el que se analiza la dura realidad que viven a diario miles de mujeres dispuestas a romperse la columna y asumir los mayores riesgos por llevar unos dirhams a casa. Bajo la dirección de la investigadora principal Cristina Fuentes, lo ha elaborado un equipo de la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (Apdha) con la colaboración de la Diputación de Cádiz. El fin es concienciar y sensibilizar y lograr los cambios legislativos necesarios para revertir esta dramática situación. Ayer lo presentaron en el Palacio Provincial.
"Se trata del primer nivel de una red de comercio que nace en Ceuta, concretamente en el Polígono de El Tarajal -que tiene su gemelo justo al otro lado de la frontera- , y que se extiende por todo Marruecos", explicó Fuentes. Todas estas porteadoras proceden de poblaciones de la wilaya (provincia) de Tetuán. A sus habitantes no se les exige visado para entrar en Ceuta, una circunstancia que facilita su trabajo y dificulta afinar cifras.
Son mujeres con edades comprendidas entre los 35 a los 60 años, analfabetas las mayores o con un bajo nivel educativo las más jóvenes. Las hay casadas, viudas y repudiadas. "Son madres y todo lo que ganan lo destinan a dar de comer a sus hijos". Cobran un 'sueldo' clandestino diario que depende del peso, la calidad y la demanda de la mercancía que pasan y que oscila entre los 8 y los 25 euros.
El informe propone un decálogo de medidas que arranca con el cierre del paso del Biutz y la apertura del Tarajal 2, continúa con el establecimiento de una aduana comercial reglada, la limitación a 20 kilos del peso que puedan transportar estas mujeres, la elaboración de un protocolo de actuación ante un flujo de unas 25.000 personas diarias y la habilitación de una zona de espera, entre otras.
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