La Junta da un plazo de 24 horas a la piscifactoría para salvar a las doradas
La inspección constata que los peces carecen de comida y que el agua apenas se renueva.
La Delegación Territorial de Agricultura y Pesca anunció ayer que emplazará hoy a la empresa propietaria de la piscifactoría de San Fernando en la que hay 100.000 doradas en peligro para que alimente y proporcione oxígeno a esos peces. La decisión fue adoptada ayer tras una inspección de las instalaciones. Los técnicos de la inspección pesquera constataron que, tal como denunciaron la semana pasada ex trabajadores de la granja acuícola, las doradas carecen de pienso y en las instalaciones no hay energía eléctrica, lo que impide el funcionamiento de las bombas que deben renovar el agua en las balsas que albergan los peces. La renovación con las mareas no es suficiente para garantizar que las doradas disponen de suficiente oxígeno.
Las medidas urgentes y necesarias para mantener con vida a las doradas deben ser adoptadas por la empresa en un plazo de 24 horas, dijeron fuentes de la Junta de Andalucía, y deben ser realizadas en colaboración con el Servicio de Desarrollo Pesquero, que supervisará ese proceso de vuelta a la normalidad en la piscifactoría.
En caso de que la empresa no cumpla con el requerimiento, la Junta tomará las medidas oportunas. El coste de esa operación sería después reclamado al propietario de la piscifactoría, ubicada en terrenos de la antigua salina La Leocadia, cerca de la playa de Camposoto.
Ayer mismo, la empresa comunicó a la Delegación de Agricultura y Pesca que hoy llegará a la piscifactoría un primer cargamento de comida para las doradas y que en posteriores días continuará transportando suficiente pienso a las instalaciones con el fin de alimentar a los peces.
La Junta explicó ayer que el pasado marzo hubo otra inspección en la piscifactoría, que fueron detectados problemas que la empresa subsanó después pero que entonces fue abierto un expediente sancionador que sigue su curso.
Los peces comenzaron morir en la piscifactoría el pasado miércoles. Una llamada alertó al Seprona, dos agentes acudieron el pasado viernes a las instalaciones y comprobaron que las doradas estaban en peligro, que ni recibían alimento ni suficiente oxígeno porque el agua era renovada únicamente con las mareas. Ex trabajadores de la piscifactoría (en la que sólo quedan dos empleados de los once que tenía) explicaron que la Junta no había atendido los avisos acerca de la crítica situación en la que se encontraban los peces.
Las mareas con poco coeficiente que habrá a partir del viernes empeorarán la situación, ya que no entrará a las balsas ni siquiera el agua que está llegando ahora y no habrá aporte de oxígeno si las bombas no funcionan.
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