Galería del crimen | Capítulo 22
Por el honor de nuestra vecina
San fernando/Felipe VI inauguró ayer las nuevas dependencias del Real Observatorio de la Armada que darán cabida a la sección de hora, lo que permitirá a La Isla seguir presumiendo de contar en su término municipal con unas instalaciones científicas punteras y mantener esa misión histórica de fijar y difundir los patrones oficiales de tiempo que sirven de referencia para determinar la hora oficial en España.
Una década de trámites y gestiones, tres años de obras y varias administraciones comprometidas con el proyecto han hecho posible esta inversión que roza los tres millones de euros y que al fin ha conseguido materializarse en su totalidad. San Fernando cuenta ya con el más moderno y preparado laboratorio de tiempo que ha conocido España, que en breve estará a pleno rendimiento. Y eso supone un evidente salto cualitativo para el Observatorio de Marina, que afianza así el prestigio científico de estas instalaciones militares.
El Almirante Jefe del Estado Mayor de la Armada (AJEMA), Teodoro López Calderón, no dudó así durante su intervención en calificar de "hito" la puesta en marcha del nuevo laboratorio de la hora de San Fernando y subrayó la importancia del trabajo que se lleva a cabo en esta sección, donde se trabaja con una incertidumbre de una mil millonésima de segundo y donde tienen que pasar más de cien mil años para que pueda darse un retraso de un segundo. Esta exhaustiva precisión -recordó- adquiere una importancia vital en los tiempos de la navegación por satélite. Y de hecho, apuntó, el Observatorio de Marina es proveedor del sistema de navegación europeo Galileo desde sus inicios.
Y el nuevo edificio que ayer inauguró Felipe VI en una rápida visita a La Isla -desde donde partió hacia la Base de Rota- se convierte en un elemento imprescindible para que este trabajo con las escalas oficiales de tiempo adquiera una nueva dimensión científica al mejorar sustancialmente las condiciones y al asegurar la estabilidad del entorno en el que se trabaja con las escalas de tiempo para mejorar la precisión, las capacidades de medida, calibración y trazabilidad.
El Rey, tras las palabras del Almirante Jefe del Estado Mayor de la Armada, descubrió una placa conmemorativa en el acceso principal del nuevo edificio de la hora para posteriormente hacer un recorrido por estas instalaciones desde las que se define la hora oficial de España. Acompañaron a Felipe VI, entre otras autoridades, la ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, y la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz. Posteriormente, el monarca -que ya visitó el Observatorio en el año 2008- posó junto al personal del centro para una foto de grupo que se llevó a cabo en la escalinata del edificio principal del recinto.
Las nuevas instalaciones, que se empezaron a construir en el año 2014 en los terrenos próximos a Torre Alta, han supuesto una inversión que roza los tres millones de euros en la que han participado diferentes administraciones, conscientes todas de la importancia que revestía este proyecto de la Armada.
El nuevo laboratorio, concretamente, se ha ejecutado gracias a un convenio de colaboración suscrito entre el Ministerio de Economía y Competitividad, la Consejería de Economía, Innovación, Ciencia y Empleo de la Junta de Andalucía y el Ministerio de Defensa y se ha valido también de los fondos FEDER de la Unión Europea.
Así, el presupuesto total del nuevo edificio de la hora se cifra en 2.999.132,27 euros, de los que 2.225.509,73 se han cofinanciado a través de los fondos FEDER asignados al Ministerio de Economía y Competitividad. Y la Junta de Andalucía, por otro lado, ha aportado 450.000 euros, que se suman a los 323.622,54 que han salido del presupuesto de la Armada.
De la ejecución del nuevo edificio se ha encargado el Instituto de Vivienda, Infraestructura y Equipamiento de la Defensa (INVIED), que para permitir la contratación de la obra aportó inicialmente el importe de las ayudas del FEDER y de la Junta de Andalucía.
El nuevo Laboratorio de Hora, construido en la antigua finca de San José, cuenta entre sus principales instalaciones con una sala de relojes atómicos y de patrones de referencia que se ubica en el sótano y donde se incluyen los servidores de tiempo y la sala de sistemas de alimentación ininterrumpida. Desde aquí se determinan los patrones que permiten fijar la hora oficial de España y los patrones oficiales de tiempo. Y de ahí precisamente que la zona requiera unas condiciones ambientales y de control exhaustivas, donde los relojes estén completamente protegidos de las perturbaciones electromagnéticas externas mediante una jaula de Faraday que les proporciona el aislamiento necesario, como ayer detalló la Armada al referirse a estas nuevas dependencias. Cada reloj, además, descansa sobre una bancada antivibratoria, diseñada específicamente en función de su peso para absorber las posibles vibraciones mecánicas del entorno.
El edificio que ayer inauguró el Rey acompañado de la ministra de Defensa y que se ha levantado junto a Torre Alta -felizmente recuperada gracias a un acuerdo con el Ayuntamiento de San Fernando que ha propiciado también estas obras- cuenta en total con cuatro niveles. Así, además del sótano, en la planta baja se encuentran los laboratorios de calibración, control, medidas y electrónica. En la primera, por otro lado, se ubica la sala que contiene el equipamiento de intercomparación de escalas de tiempo, el único local de la sala que está dotado de suelo técnico. También aquí tienen cabida los despachos del personal, la sala de control y la sala de descanso así como otras dependencias de carácter menor. Desde esta planta se controlan también las transmisiones vía satélite para transferencia de tiempo con los demás laboratorios de tiempo con los que trabaja el Observatorio de la Armada y con los centros de control del tiempo Galileo. La superficie total construida es de unos 860 metros cuadrados.
Para la Armada, la puesta en servicio del nuevo laboratorio de la hora, supone, entre otras ventajas, una "mejora de la estabilidad de la escala de tiempo UTC (ROA) mediante el aislamiento de sus generadores de las variaciones provocadas por las variables ambientales y de las perturbaciones provocadas por la propagación de oscilaciones terrenas y electromagnéticas".
Las nuevas instalaciones, de hecho, se han construido para solventar las carencias que arrastraba la anterior sede de la sección de hora, un edificio del siglo XIX que fue reacondicionado en 1990 para dar cabida a los nuevos equipos e instrumentos que se hacían necesarios para trabajar con las escalas de tiempo.
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