"Han pretendido acabar con lo más valioso que tengo, con mi honestidad"
reacciones tras la detención | el líder ecologista se siente víctima de un montaje "mafioso"Juan clavero salvador. ecologistas en acción
El conocido activista asegura haber sido víctima de una trampa "miserable"
Denuncia que los agentes que lo detuvieron no actuaron correctamente
Afirma que "no me van a callar"
El puerto/-Ha vivido uno de los peores fines de semana de su vida, después de que la Guardia Civil hallara una bolsa con cocaína en su furgoneta el pasado sábado, en El Bosque, tras una protesta ecologista por la usurpación de terrenos públicos en la Sierra. ¿Cómo se encuentra?
-Me encuentro bien, indignado pero con todo el ánimo del mundo para seguir luchando porque esto se aclare y acabar con los mafiosos que son capaces de hacer montajes de este tipo contra ciudadanos que dedicamos nuestra vida a luchar precisamente contra la corrupción y contra las mafias.
-¿Era suya la droga hallada en el coche?
-Evidentemente no. Tengo fundadas sospechas de quién lo ha instigado e incluso de quién me ha puesto la droga físicamente en la furgoneta. Se lo dije al juez, incluso aportamos fotos de personas que podrían estar implicadas, ya que el coche estuvo aparcado en una finca en la que ha habido muchos conflictos en relación con los caminos públicos y terminábamos de hacer la marcha cuando ocurrió este incidente. Me alegro muchísimo de estar en la investigación, porque así podemos pedir pruebas e intervenir para esclarecer quién ha podido ser. Yo tengo la seguridad de que esto se va a aclarar y se va a saber quién ha sido, quién lo ha ordenado y quiénes han sido los cómplices de esta trama mafiosa y miserable.
-¿Qué impresión le dio la actuación de la Guardia Civil? ¿Le pareció que era un control rutinario?
-Ha habido cosas muy extrañas, como que me estuviera esperando la Guardia Civil en un camino en el que nunca están y que solo me pararan a mí. Sin identificarme siquiera me ordenaron que me bajara y se dedicaron a hacer un registro exhaustivo de la furgoneta en un camino rural. Me imagino que hubo un chivatazo y eso también habrá que esclarecerlo, la actuación no fue un control rutinario, ellos habían llegado poco antes y nada más detenerme se fueron, el mío fue el único coche al que pararon.
-¿Cree que la actuación de la Guardia Civil fue correcta?
-Creo que el trato que recibí no fue correcto, además sabiendo que soy una persona conocida en la Sierra por mi implicación social y alejada de cualquier sospecha sobre tráfico de drogas. Creo que los agentes que inspeccionaron el coche y me detuvieron no actuaron correctamente, y ya en la vía judicial se explicará por qué. Además, en el supuesto de que recibieran un chivatazo, y sabiendo lo inverosímil de esta situación, tenían que haberse puesto en contacto conmigo precisamente para coger a los que habían montado esta trama, y no darles credibilidad.
-¿Se le realizaron pruebas de consumo o manipulación de drogas?
-Pedí que me hicieran un test de cocaína y no me lo quisieron hacer, pedí que se tomaran las huellas dactilares de la bolsa y tampoco lo hicieron, lo pediremos ahora en el Juzgado, y pedí voluntariamente que registraran mi casa. La registraron y no encontraron absolutamente nada. Tengo que decir sobre la Guardia Civil que, si bien los agentes que me detuvieron no actuaron correctamente, el sargento y el teniente que se personaron posteriormente sí tuvieron una actuación que agradezco, con deferencia de trato hacia mí. El teniente fue el que me preguntó si autorizaba el registro de la casa sin permiso judicial y le dije que sí, y el propio juez hizo constar que había colaborado con la justicia. No tengo nada que esconder.
-¿Y cómo ha vivido esta situación su familia?
-Mi familia no sabía donde estaba. Le dije a mi mujer que me iba a recoger el coche, me estaba esperando para comer y no aparecí por la casa hasta las ocho de la tarde, para el registro, con tres coches y ocho agentes de la Guardia Civil y esposado. Te puedes imaginar lo duro que fue ese momento.
-¿Qué pasó por su cabeza cuando le dicen que esa bolsa contiene droga?
-Yo no vi de dónde sacaron la bolsa. Al final del registro, cuando pensaba que ya me podía ir, me sacan la bolsa y me preguntan que si era mía. Era una bolsa pequeña y arrugada y yo sinceramente pensé que era basura que me había dejado algún compañero de los que habían venido en la furgoneta. Les pregunté que de dónde la habían cogido y, sin abrir la bolsa, me dijeron que era cocaína. Yo creí que era una broma. Uno de los agentes, sin guantes, abrió la bolsa, la manipuló y sacó una bolsita diciendo que era cocaína, yo no daba crédito. Automáticamente me esposaron y me detuvieron. Yo al principio no supe reaccionar, simplemente les dije que si era una broma, que era increíble, pero no hubo posibilidad de hablar con ellos y automáticamente me llevaron al cuartel de la Guardia Civil de El Bosque. Los primeros minutos fueron duros porque no me atendieron a nada, no me permitieron ni siquiera hacer una llamada para avisar a mi mujer, no me quisieron hacer pruebas de cocaína, vi que se estaban manipulando la bolsa sin las medidas adecuadas... hasta que no llegó el teniente no empezó a normalizarse un poco la situación.
-¿Cómo pasó esa noche en el calabozo?
-Pues muy mal. Tras el registro de mi casa, en el que no encontraron nada, me llevaron a Ubrique, al calabozo de la Policía Local. Pasé la noche en unas condiciones que no se las deseo a nadie, sin ventilación, sin luz exterior, con un calor horroroso y con un fluorescente dándome en la cara toda la noche que me imposibilitó dormir. Me dijeron que ese era el protocolo, y no se lo deseo a nadie.
-¿Y cómo fue la declaración ante el juez?
-El juez de guardia me recibió el domingo a eso de las once de la mañana. Agradezco que me tomara declaración un domingo, evitando así que pasara un día y una noche más en el calabozo. La declaración fue en el Juzgado de Ubrique, donde había un grupo de familiares y amigos esperándome. Estoy muy contento con mi declaración, porque quedó clara la inverosimilitud de la acusación y quedó claro que existen evidencias de que me han tendido una trampa. El juez tiene datos que pueden terminar por esclarecer quién ha hecho este montaje y quién me puso la droga en el coche.
-El juez lo ha dejado en libertad con cargos y sin medidas cautelares, pero esto aún no ha terminado, ¿no?
-Es que si esto se cerrara sin más, quedaría la duda de si yo soy un traficante de droga. Es muy importante que esto se investigue, que esté yo en la investigación para aportar datos y pruebas de lo ocurrido. Existe una red de solidaridad que sinceramente agradezco, de cientos de personas que me están mostrando su apoyo. Tengo claro que esto se va a esclarecer. Mi ánimo es ahora de tal indignación que no voy a parar. A mí no me van a callar ni los mafiosos que han montado esto, que imagino quiénes son, ni los gánsters que me han colocado la droga en la furgoneta.
-En efecto, además de la defensa de sus compañeros de Ecologistas en Acción llama la atención la oleada de apoyos cosechada en las redes sociales, nada más conocerse lo ocurrido. ¿Se siente reconfortado por estos apoyos?
-Estoy muy agradecido, porque no solo han sido mis amigos, yo no estoy en las redes sociales y es mi hija quien me lo ha estado enseñando. Estoy anonadado por los cientos de mensajes de personas que no conozco, y que me dicen que saben de mi trayectoria y no se lo creen. Políticos, alcaldes de las poblaciones donde he vivido poniéndose a mi disposición y dispuestos a declarar que yo jamás he estado metido en nada que tenga relación con el mundo de la droga. Es impensable que en Benamahoma, un pueblo de 400 habitantes, yo me dedique a vender droga, no se lo cree nadie. Es que la acusación es inverosímil. Yo no he sido, y ahora hay que averiguar quién ha sido.
-Dice que le han tendido una trampa. ¿Va a emprender usted acciones judiciales contra los posibles autores?
-Ahora están abiertas las diligencias. Si en este proceso se logra averiguar quién ha sido, a raíz de ahí vendrán las querellas oportunas y espero que el sobreseimiento de la causa contra mí.
-No es la primera vez que vive usted episodios desagradables relacionados con su actividad pública. Le han quemado el coche, ha sufrido graves amenazas… Pero esto, ¿ha superado todo lo anterior?
-Esto ha sido lo peor, sobre todo por ser un montaje tan miserable que ha pretendido acabar con lo más valioso que tengo, mi credibilidad y mi honestidad. Eso es el máximo valor de una persona. El coche se paga, y la casa, que en una ocasión amenazaron con quemármela, tuvo vigilancia policial y conseguí que no atentaran contra ella. Eso es duro pero se soporta. Pero que intenten implicarme en un caso de tráfico de drogas, como si hubieran querido implicarme en algún caso de pederastia, son cosas inverosímiles, eso es lo más duro. La inquietud que ha generado esto en mi familia ha sido enorme, en mis amigos, mis alumnos, mis compañeros del instituto... Ha habido incredulidad y estupor y aunque mucha gente no se lo crea, ahí queda la noticia. Pero cuando todo esto se aclare creo que voy a salir con más ánimo todavía.
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