Una Corporación sin experiencia y con ganas de cambiar Chiclana

Chiclana

Las primeras elecciones democráticas del 79 dieron la victoria a los Independientes con un alcalde que ya lo fue en la etapa franquista, pero durante su mandato hubo un gobierno de coalición con el resto de partidos

Una Corporación sin experiencia y con ganas de cambiar Chiclana
F. Melero / Chiclana

02 de abril 2009 - 20:41

Mucha ilusión, poca experiencia, y con enormes ganas de cambiar el panorama político de Chiclana. Así se constituyó el primer ayuntamiento democrático en esa ciudad, en abril de hace treinta años. Las elecciones del 79 supusieron una profunda transformación después de 40 años de régimen franquista y una llamada a las urnas a todos los españoles.

Para Chiclana, como para el resto de ciudades del país, esta participación en la elección de sus gobernantes locales significó un vuelco en la vida social y política. Los chiclaneros fueron a votar ese tres de abril de hace 30 años y dieron la victoria a una formación Independiente encabezada por Agustín Herrero Muñoz, ya fallecido, quién también fue alcalde durante la etapa de Franco. Este partido obtuvo ocho concejales en Chiclana de los 21 posibles, por lo que gobernó en minoría durante el mandato corporativo que iba del año 79 al 83.

Aparte de esta formación, a esas primeras elecciones concurrieron el PSOE, UCD, PCE y el PTA. Los socialistas, liderados por Pedro Quiñones, fue el segundo partido más votado en Chiclana. Esta agrupación se hizo con seis concejales, mientras que UCD logró tres, los comunistas otros tres y uno el Partido de los Trabajadores de Andalucía (PTA).

El candidato de UCD para la Alcaldía era José de Mier Guerra, actual delegado del Estado de la Zona Franca en Cádiz, quien más tarde pasó a formar parte de las filas del PSOE. Por el PCE iba de alcaldable Andrés Sánchez y por el PTA Mercedes González Moreno.

La victoria de los Independientes y su posición en minoría derivó a lo largo de la primera legislatura municipal en un gobierno de coalición en el que prácticamente participaron concejales de todas las formaciones con el reparto de delegaciones municipales. Además, la inexperiencia y el espíritu colaboracionista se aliaron en esta etapa en pro de Chiclana. Pero esa coalición no fue lo que hoy se entiende por un pacto de gobierno entre partidos, sino que más bien fue un acuerdo "tácito", según cuenta Pedro Quiñones, en el que se asignaban responsabilidades municipales a miembros de la Corporación de entonces pertenecientes a distintas formaciones políticas.

Así, en acta de aquella época que se conserva en el Ayuntamiento se aprecia que, por ejemplo, Pedro Jiménez Galán, del PSOE, llegó a ostentar las responsabilidades de Vivienda, Fomento y Patrimonio y el socialista Sebastián Saucedo se hizo cargo de Cultura y Enseñanza. Del mismo modo, José de Mier, de UCD, se hizo con Fiestas y Barriada sector -La Banda o el comunista Andrés Sánchez con Obras y Juan Doncel-Muriano con Juventud y Deportes. Asimismo, las cuatro primeras tenencias de Alcaldía recayeron en cuatro concejales del grupo de los Independientes, la quinta y sexta en dos ediles del PSOE y la séptima estuvo en manos de UCD.

Al poco tiempo de la andadura de la primera Corporación democrática de Chiclana hubo renuncias en los cargos y se produjeron varias sustituciones, como fueron los casos de Manuel Marón por Pablo Zafra en el PSOE, Juan Doncel-Muriano por la cabeza de lista del PTA Mercedes González o Joaquín Sánchez Trillo por Francisco Rodríguez Pareja dentro del PCE, entre otros cambios.

El caso es que esa Corporación democrática vivió momentos difíciles y complicados en una sociedad que comenzaba a cambiar con la muerte de Francisco Franco, la coronación de Juan Carlos I el 22 de noviembre del 75, dos días después del fallecimiento del dictador, y las elecciones generales del 77 que luego derivaría en la Constitución del 78 de la que hoy gozan todos los españoles.

Chiclana se decidió en aquellos primeros comicios democráticos por respaldar a los Independientes, con Agustín Herrero a la cabeza "quien era conocido por su fuerte carácter autoritario", comentaba Pedro Quiñones. La transformación hacia otras opciones políticas fue tomando forma conforme avanzaba el mandato de los Independientes, ya que en las siguientes elecciones del año 83 salió elegido de alcalde el socialista Sebastián Saucedo, quien obtuvo mayoría absoluta. Desde entonces Chiclana se convirtió en un feudo netamente socialista hasta el año 2007 en el que se fraguó el famoso cuatripartito integrado por el PP, IU, PA y PSA para desbancar al PSOE del poder municipal, quienes lo han vuelto a recuperar tras una moción de censura el pasado mes de noviembre.

Pero en el año 79, en Chiclana había otra concepción del gobierno local, con gente inexperta y hasta con cierto temor por el giro radical que proporcionaban los tiempos con el hecho de que se convocaran unas elecciones democráticas. En aquella época existían programas de partidos políticos que sólo constaban de un díptico como muestra la fotografía arriba de la página. En esos programas se detallaba, dentro de lo que cabe, las ideas en materias como vivienda, urbanismo u otros temas de interés ciudadano en tan sólo un pequeño párrafo. No como ahora que las promesas políticas vienen recogidas en libretos a todo color. En efecto, los tiempos han cambiado y los políticos también.

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