Una etapa ilusionante con gran convulsión política

UCD fue el partido más votado en las primeras elecciones democráticas pero fue alcalde Antonio Álvarez (PCE), que gobernó con PSOE y PSA hasta su defenestración

Una etapa ilusionante con gran convulsión política
Teresa Almendros / El Puerto

03 de abril 2009 - 09:22

La etapa de la primera Corporación elegida de forma democrática tras la dictadura se vivió en El Puerto con una gran ilusión, como en el resto del país, pero al mismo tiempo la combinación que salió de las urnas propició un mandato de gran convulsión política, que marcaría en adelante la historia reciente de la ciudad.

A las elecciones del 3 de abril se presentaron cinco partidos, pero sólo cuatro obtuvieron representación. La Unión de Centro Democrático (UCD) fue la formación política más votada, con 4.902 votos, siendo candidato por esta formación Víctor Unzueta Gabiola. No fue alcalde sin embargo Unzueta, ya que el Partido Comunista de España (PCE), con Antonio Álvarez Herrera a la cabeza, consiguió cerrar una alianza con el PSOE (encabezado por el sindicalista Esteban Caamaño Bernal) y con el PSA, a cuyo frente se encontraba José María Simón Castilla. Este pacto electoral puso en bandeja el sillón de la alcaldía para el PCE, convirtiéndose Antonio Álvarez en el primer alcalde de la nueva etapa democrática en la ciudad. En la sesión de investidura de la Corporación el centrista Víctor Unzueta obtuvo ocho votos, los de su grupo, frente a los 16 logrados por Álvarez con sus socios de gobierno. En la mesa de edad del acto de constitución de la nueva Corporación figuraban Víctor Unzueta como el edil más mayor (58 años) junto a un jovencísimo Francisco Lara (PSOE), que contaba entonces 25 años.

Antonio Álvarez no lograría sin embargo culminar el mandato al frente de la Alcaldía, ya que en 1981, dos años y cuatro meses después de ser nombrado alcalde, movimientos internos de su propio partido hicieron que abandonara el cargo por presiones de sus compañeros de filas, con los que no compartía criterios sobre algunos aspectos como su apoyo a algunos de los técnicos municipales como por ejemplo el entonces gerente del Patronato Municipal de la Vivienda, Manuel Rebollo. Curiosamente muchos años más tarde, en 2002, Rebollo promovió el que una calle de la ciudad llevara el nombre de Antonio Álvarez, rótulo que hoy ostenta un parque situado junto a la urbanización El Juncal. Fallecido en abril de 2006, en el mismo mes de 2008 Antonio Álvarez fue nombrado Alcalde Honorario de la ciudad, en el mismo acto en el que Manuel Rebollo era declarado Hijo Predilecto. A Antonio Álvarez le tocó vivir como alcalde uno de los momentos más difíciles de la joven democracia, el golpe de estado de 1981, una jornada que como él mismo explicó en alguna ocasión pasó en la Alcaldía, pegado a la radio, porque “ya estaba harto de correr”.

En ese mismo año Antonio Álvarez fue relevado como alcalde por Rafael Gómez Ojeda, quien también sufrió una salida abrupta de la Alcaldía en 1986 tras una moción de censura impulsada por el PSOE y el PP.

En aquellos primeros años de la nueva Corporación democrática fueron muchas las dificultades a las que tuvo que enfrentarse el equipo de gobierno, entre otras las dificultades planteadas por los acreedores del Ayuntamiento, grandes empresas como Sevillana de Electricidad o la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir que les ponían las cosas especialmente difíciles a los ayuntamientos gobernados por partidos de izquierdas, como en el caso de El Puerto. La compleja situación financiera a la que se tuvieron que enfrentar aquellas corporaciones fue otro de los retos, que se solucionó a golpe de préstamos y de ingenio en una etapa difícil pero llena de compromiso.

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