“Estábamos en política por pura vocación de servicio”
Juan Carmona (PSOE), José Luis Villar (UCD) y Jorge Pérez Tenorio (PSA) coinciden en reconocer su ingenuidad y su desconocimiento de la gestión municipal
Europa Sur ha reunido a tres personas que vivieron y protagonizaron aquel momento de la historia de La Línea. Se trata de quien fuera alcalde por el PSOE durante los tres últimos años de dicho mandato, Juan Carmona, y de los portavoces de los grupos municipales de UCD y PSA, José Luis Villar Cerón y Jorge Pérez Tenorio, respectivamente. La complicidad entre ellos resultó evidente.
Y es que son más los puntos de encuentro entre Carmona, Villar y Pérez Tenorio que las discrepancias, al menos en lo que aquellos años se refiere. Carmona, abogado y empresario; Villar, dermatólogo jubilado y Pérez Tenorio, abogado y profesor de instituto, coincidieron en reconocer la ingenuidad con la que emprendieron el reto de presentarse a aquellas elecciones municipales y aunque confiesan que lo hicieron por vocación y por ayudar a su ciudad a mejorar, también aseguran que no resultó nada fácil.
Pérez Tenorio afirmó que en 1979 nadie sabía qué era y cómo funcionaba una democracia “y, por supuesto, tampoco cómo se gobernaba un ayuntamiento. Todos partíamos de cero”.
Como muestra de aquella inexperiencia, Pérez Tenorio aseguró que Paco Niebla se negaba a hacer obras con la Diputación cofinanciadas por ambas Administraciones “hasta que el Ayuntamiento no tuviera superávit presupuestario. No sabía que ningún ayuntamiento español tiene por ley superávit. Creo que todo lo que era el Ayuntamiento le desbordó y eso propició la entrada de Juan Carmona”. “El partido le vino a decir que renunciara porque además estaba algo mayor y entré yo”, apostilló Carmona.
También coincide con Carmona en que tenían la idea equivocada sobre los funcionarios del Ayuntamiento. “En la época franquista los ayuntamientos se nutrían en buena parte de falangistas pero, lógicamente, esa gente había evolucionado y nos encontramos a personas totalmente dispuestas a colaborar y que técnicamente estaban muy preparadas. Nos facilitaron mucho la labor”.
La ciudad que encontraron en 1979 tenía muchas carencias y aún arrastraba las consecuencias del cierre de la Verja de 1969. “La Línea había sido una ciudad próspera y floreciente aunque sin infraestructuras. A raíz del cierre de la Aduana perdió de golpe unos 20.000 habitantes y lo más importante, su razón de ser, ya que no tenía más sentido que ser ciudad de servicios de Gibraltar. En 1979 aún arrastraba las consecuencias de aquel trauma”, señaló Carmona.
El consenso y el diálogo fueron determinantes y todo un ejemplo. Y es que aunque el PSOE tenía mayoría absoluta, el gobierno municipal estuvo abierto a todos los grupos políticos con representación municipal: “Hicimos una especie de gobierno de concentración, algo así como el Pacto de la Moncloa pero a nivel local. La idea era que todos participásemos y hasta el de Movimiento Comunista, con un solo concejal, tenía su delegación en el Ayuntamiento. El gobierno municipal quedó repartido entre todos los partidos y aquello funcionó, aunque también es cierto que hubo dimes y diretes”, indicó Carmona.
Hoy en día, reconocen que aquello sería irrepetible: “Nosotros estábamos en política porque creíamos que nuestro aportación podría cambiar esta ciudad y este país. Estábamos por pura vocación de servicio. Ninguno de nosotros tres teníamos ninguna necesidad de estar en política. Teníamos nuestras profesiones y, por tanto, ningún apego a los cargos. Yo, por ejemplo, renuncié al sueldo de alcalde –explicó Carmona–. El resto de los concejales tenían una subvención para sus grupos políticos. Eso, hoy en día, es impensable. Ahora, cualquier concejal cobra una media de 3.000 euros al mes, cuatro veces el salario mínimo interprofesional. La política hoy en día se ha mercantilizado y profesionalizado. Y ha sido en todas partes, tanto en el Congreso como en el Senado y en los ayuntamientos. En mi caso, cuando me convencí de que no podía hacer nada y de que aquello ya no me podía aportar nada más me marché”. En este punto, Villar aseguró que entonces eran unos románticos de la política.
Aquel ejemplo de cooperación y diálogo tuvo sus frutos a largo plazo. “En aquella época nos fuimos a Madrid a empezar a dar la lata con la Carta Económica Especial. Que no vengan ahora a ponerse medallas que ya entonces comenzamos a solicitar esta ayuda. En Madrid se quedaban sorprendidos de que fuésemos representantes de varios partidos políticos y todos estuviésemos de acuerdo”, señaló Villar. Al respecto, Carmona destacó que sin duda fue una de las decisiones más importantes de aquella Corporación municipal. “Conseguimos que fuera algo asumido por el Estado y los cimientos esta reivindicación fueron puestos entonces”.
El entonces portavoz de UCD recordó riendo una de las anécdotas de aquel mandato: “Me acuerdo de cuando había que decidir quién iba a ser el jefe de la Policía Local. Juan Carmona nos sentó y nos dijo: tenemos dos opciones, un militar demócrata o un policía facha. Fue elegido el primero”. “Puedes publicarlo. Han pasado 30 años”, agregó Carmona.
Otro punto de coincidencia entre estos tres veteranos políticos es su crítica a las diputaciones provinciales. “Las diputaciones no sirven para prestar servicios al ciudadano sino para automantenerse”, señaló Carmona.
Anécdotas hubo muchas. Quizá una de las más llamativas es la visita que hizo a La Línea una delegación de China aunque ni Carmona, ni Villar ni Pérez Tenorio recuerdan el motivo de tan inusual visita. Aunque ahora ríen, también recordaron cuando decidieron prohibir la venta de pescado en la calle “y nos tiraron los carros de pescado en la puerta del Ayuntamiento”.
Sí recuerdan a la perfección dónde estaban el 23 de febrero de 1981 en el intento de golpe de Estado. “Estuve con Juan Carmona desde las once hasta la una de la noche en el Ayuntamiento a ver qué pasaba”, apuntó Pérez Tenorio. En este punto, el ex alcalde recordó que el patio trasero del Ayuntamiento daba entonces al cuartel Ballesteros “y veíamos desde donde estábamos con las luces apagadas cómo los militares formaban a las tropas y los subían en camiones. No teníamos miedo pero teníamos nuestro plan de escape: meternos en el camión de bomberos que había y tirar hacia la frontera”, señalaba entre risas.
Carmona, Villar y Pérez Tenorio hacen un balance muy positivo de aquellos cuatro años, pese a las dificultades y los errores que pudieron haber cometido: “Nos sentimos tremendamente orgullosos”. Sobre si volverían a repetir, Carmona aseguró que no descarta volver a concurrir a unas elecciones por el partido UPyD, de la ex socialista Rosa Díez, aunque, eso sí, aclaró que no como alcaldable.
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