Joaquín Benítez
Luces y sombras en navidad
la opinión invitada
En las últimas décadas el sector caprino andaluz ha experimentado un notable desarrollo, pasando de ser una actividad tradicional y de ámbito local a profesionalizarse y contar con una mayor presencia en los mercados, incluidos los internacionales. Actualmente existen censadas en nuestra comunidad autónoma más de 8.000 explotaciones ganaderas, con un número aproximado de 1.100.000 cabezas de ganado. Estos datos consolidan al caprino andaluz como referente a nivel nacional y europeo.
Las principales fortalezas del sector residen en el elevado nivel sanitario de las explotaciones, la sostenibilidad de sus producciones, el buen hacer de técnicos y ganaderos y los avances en el ámbito de la organización sectorial y comercialización conjunta. A todo ello debemos añadir la existencia de una amplia variedad de razas caprinas autóctonas, caracterizadas por su adaptación a nuestro territorio, que constituyen parte de nuestro patrimonio genético y un pilar económico, social y medioambiental en numerosas comarcas andaluzas.
Si bien en otros sectores ganaderos, como el vacuno de leche y el porcino, la utilización de programas de gestión constituye una práctica generalizada, en la ganadería caprina apenas se utilizan este tipo de herramientas como apoyo a la actividad. Pese a ello, las escasas experiencias que existen al respecto han puesto de manifiesto su utilidad en la toma de decisiones, lo que demuestra la necesidad de desarrollarlas y promover su utilización.
Posiblemente la causa haya que buscarla en las peculiaridades de este sector, tan diverso en su manera de funcionar y constituido mayoritariamente por personas no habituadas al uso de programas o al registro de datos en sus explotaciones. Por ello, es conveniente que el diseño de los programas de gestión para el sector caprino se realice en estrecha colaboración con el mismo. Conscientes de esta realidad, Cabrandalucía (Federación andaluza de asociaciones de ganado caprino de pura raza) y la Universidad de Sevilla llevan colaborando desde hace más de una década en la caracterización y mejora de la gestión del sector caprino lechero.
Fruto de esta colaboración nace Amaltea, Grupo Operativo Gestión Caprina Sostenible, que tiene como objetivo principal la implementación de un sistema de asesoramiento para la gestión sostenible del caprino andaluz. El grupo lo forman Cabrandalucía, Cooperativas Agroalimentarias y un equipo multidisciplinar de investigadores de la Universidad de Sevilla. Dicho equipo está constituido por profesores del departamento de Ciencias Agroforestales, del que formo parte junto a Manuel Delgado Pertíñez, del departamento de Biología Vegetal y Ecología, Juan Manuel Mancilla Leyton y del Departamento de Economía Aplicada I, José Antonio Camúñez Ruiz, todos ellos con amplia experiencia en el desarrollo de actividades relacionadas con la ganadería. Este novedoso proyecto está financiado por el Programa de Desarrollo Rural de Andalucía 2014-2020, incluido en las ayudas al Funcionamiento de los Grupos Operativos de la Asociación Europea de Innovación (AEI) en materia de productividad y sostenibilidad agrícola (operación 16.1.2), cofinanciada por la Unión Europea través de fondos Feader y de la Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural de la Junta de Andalucía.
El proyecto, de dos años de duración, tiene como objetivo desarrollar y validar una herramienta informática que facilite a técnicos y ganaderos del sector caprino la recogida de datos y el análisis de los mismos. Entre sus características estarán la facilidad y simplicidad en la introducción de datos, así como la generación de resultados relevantes y fácilmente interpretables, tanto relacionados con la mejora genética y el manejo reproductivo del ganado, como con la gestión técnico-económica y ambiental de las explotaciones.
Las entidades participantes se encargarán de detectar las sinergias entre los programas de gestión desarrollados por la Universidad de Sevilla y por Cabrandalucía, mejorarlos y ampliar el alcance de los mismos. También se desarrollará su aplicación a nivel de usuario (ganadero y/o técnico). Asimismo añadirán explícitamente el cálculo de la huella de carbono, elemento de especial interés por su carácter innovador y por la importancia que tiene desde el punto de vista medioambiental.
Deberán generar información técnica, económica y ambiental de una muestra representativa de ganaderos de caprino de Andalucía, mostrando así los beneficios del uso de este tipo de herramientas y establecer las bases para elaborar un índice de precios del caprino, similar al Ipam-pa del Instituto del Elevage francés. Este índice proporcionará argumentos objetivos para la negociación de los precios.
Será su misión trasladar los resultados al producto, sobre todo en lo referente a su carácter sostenible para mejorar su comercialización.
Una vez diseñado, testado e implementado a nivel de granja este sistema de asesoramiento, se espera mejorar la capacidad de gestión y de toma de decisiones, relativas a la gestión del rebaño y a la actividad productiva; establecer y consolidar los vínculos entre sector productor y el investigador, aportando valor al Centro de Referencia del Caprino; proponer estrategias de manejo ganadero que contribuyan a una reducción de la emisión neta (emisiones-capturas) de gases efecto invernadero; fomentar la innovación en zonas rurales, acercando a los ganaderos a los recursos digitales y preservar la biodiversidad, al contribuir a mejorar la viabilidad de las explotaciones basadas en razas autóctonas.
En resumen, se espera que el proyecto repercuta en una mejora de los resultados técnicos, económicos y ambientales de todas las explotaciones que quieran hacer uso de los programas desarrollados, contribuyendo con todo ello a hacer más sostenible al sector caprino andaluz.
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