Luis Calabozo: “Necesitamos que se ilegalice la venta de la leche a pérdidas”
Entrevista al director general de la Federación Nacional de Industrias Lácteas - FeNIL
El responsable de FeNIL explica que las pérdidas del sector llegan a 133 millones de euros anuales. “Las explotaciones ganaderas son una auténtica palanca para frenar la despoblación de la España rural; de ahí su importancia”
El responsable de FeNIL, la Federación Nacional de Industrias Lácteas es optimista sobre el futuro del sector, confía en su buen hacer, en su potencial y en que la Ley de la Cadena, actualmente en trámite, impida la venta a pérdidas de los productos lácteos que tiene al sector sumido en una guerra de precios y de costes.
–El sector lácteo está inmerso en una crisis de precios. Los productores culpan a la distribución de vender a pérdidas ¿qué hay de cierto en esto?
–Más que una crisis de precios, pienso que estamos ante una crisis de costes que, debido al mal funcionamiento de la cadena, se convierte en un problema de no generación de valor para todos los agentes que la integramos. Aun así, la venta a pérdidas por parte de la distribución es una realidad y los informes elaborados recientemente por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) así lo confirman. Según el informe, los supermercados venden el 56,3% de la leche envasada clásica a un precio con IVA de 0,60 euros el litro (0,576 céntimos sin IVA) o incluso inferior desde hace más de 7 años, es decir, con un margen negativo de casi 7 céntimos por litro. Esta situación provoca que se esté destruyendo tejido productor e industrial, porque los precios actuales son incapaces de cubrir los costes de producción de los ganaderos y fabricantes. Si continuamos así, las pérdidas en el sector girarán en torno a los 133 millones de euros al año.
–Entonces el riesgo de cierre de explotaciones por falta de rentabilidad es real ¿no?
–El riesgo es real y así lo demuestran los datos. Las explotaciones ganaderas, al igual que las industrias, están atravesando un importante incremento de costes, en su caso derivado de la alimentación para el ganado y la energía; sin embargo, también es cierto que, al igual que en otros países de la UE, existe una reestructuración que tiende a una mayor concentración y profesionalización que provoca que solo se mantengan las explotaciones más eficientes. Prueba de ello es que con menos granjas se ha experimentado un aumento de la producción total de leche de vaca, ya que actualmente producimos 7,4 millones de toneladas de leche al año, cuando hace una década estábamos en unos 6 millones. En cualquiera de los casos, recordemos que las explotaciones ganaderas son una verdadera palanca para frenar la despoblación de la España rural, de ahí la importancia de su supervivencia.
–La Ley de la Cadena de Valor que ahora se está debatiendo en el Congreso debe asegurar la rentabilidad de cada uno de los eslabones ¿no confía en que esto se asegure en el caso de la leche?
–Esperamos que se atiendan las peticiones del sector. Las industrias lácteas están comprometidas en la lucha por la viabilidad del sistema y una formación de precios justa y eficiente. Estamos todos de acuerdo en que se ilegalice la venta a pérdidas al consumidor y en que no se banalicen nuestros productos para atraer consumidores. El consumidor debe saber que, si la cadena de valor es insostenible, además del coste económico y social que ello supone, la alternativa será que a medio plazo dependeremos de otros países para disponer de alimentos tan esenciales como son la leche, los yogures y los quesos.
–¿Es la distribución la responsable de esta crítica situación?
–Lo cierto es que la distribución es quien pone el precio final de venta. Por esta razón, si los supermercados continúan vendiendo la leche y otros productos lácteos mayoritariamente a pérdida, la viabilidad del sector correrá mucho peligro. Necesitamos que la ley prohíba esta práctica y que productores, transformadores, distribuidores y los propios consumidores asuman un compromiso y den a los productos lácteos el valor que les corresponde.
–¿Ocurre igual con la leche de cabra y de oveja?
–La cabra y la oveja tienen sus particularidades pero, en esencia, están en una situación muy similar a la vaca. Por ejemplo, los quesos tradicionales españoles que usan este tipo de leche en su elaboración están también injustamente tratados en los lineales de ciertas cadenas de distribución.
–Además de una correcta aplicación de la Ley de la Cadena ¿qué otras medidas piden?
–Pedimos que se ilegalice la venta a pérdida y, al mismo tiempo, que, en pro de la sostenibilidad del sector lácteo, se equilibren las relaciones comerciales entre la industria y la distribución, al igual que se hizo en su día entre la industria y los ganaderos. Pedimos al legislador simetría en las normas para garantizar la competitividad de todo el sector. No es razonable que nuestras relaciones con los ganaderos estén extremadamente reguladas y que, sin embargo, eso no ocurra en nuestras relaciones con la distribución.
Ayudas para la supervivencia
–¿Ofrecen las administraciones a los distintos eslabones, productores e industria, ayudas para ayudar a esa supervivencia?
–Las ayudas de la administración son importantes y nosotros las defendemos en el marco de la PAC. No obstante, la solución a los problemas de todos los que trabajamos en el sector lácteo no debería pasar nunca por un sistema de ayudas, sino que debemos hacer de nuestro sector un motor económico competitivo y rentable para todos los eslabones.
–¿Cómo funciona el sector en nuestros países vecinos? ¿Se encuentran también con este problema de precios y supervivencia de industria y productores?
–Sin ir muy lejos, es casi imposible encontrar en Francia leche UHT por debajo de los 0,80 euros el litro y pese a que los costes de fabricación para la industria transformadora son similares. Además, esta crisis se agudiza con las más de 300.000 toneladas de queso a muy bajo precio que importamos anualmente y que presionan a nuestros productos a la baja. Alemania, Francia y Holanda utilizan a España como mercado drenaje para sacar sus excedentes de producción con un bajo valor añadido y precio.
–¿Qué peso tiene la industria láctea en el sector agroalimentario español y andaluz?
–Es clave desde el punto de vista económico, social y nutricional. Actualmente, supone más de 9.500 millones de euros al año de volumen de negocio y representa un 2% de la producción industrial de todo el país. Emplea a más de 30.000 personas a través de puestos de trabajo estables y de calidad. A nivel andaluz, el sector caprino de leche es el líder a nivel nacional y, en el caso del vacuno, Andalucía cuenta con cooperativas e industrias que son un claro referente en nuestro país y que exportan desde Andalucía a más de un centenar de mercados.
Más formatos
–El sector lácteo en los últimos años ha incorporado un importante valor añadido a sus productos sacando al mercado gran variedad de formatos ¿Eso no ha ayudado a mantener los precios?
–El sector es muy innovador y atiende las necesidades y exigencias del consumidor. Por esa razón vemos en los lineales una amplia gama de productos cuando vamos a comprar leche, yogures o quesos. Pese a ello, el mal funcionamiento de la cadena y la escasez de márgenes, justamente, lo que hace es desincentivar la innovación.
–¿FeNIL va a adoptar alguna iniciativa de protesta o demanda de soluciones?
–En FeNIL observamos el futuro con optimismo y confiamos en que el trabajo conjunto de ganaderos, industrias y distribución, con el apoyo de la Administración, sirva para poder poner fin a corto plazo a la compleja situación que atraviesa el sector y permita el mantenimiento de esta actividad tan importante en nuestro país desde el punto de vista económico, social y nutricional.
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