Tribuna Económica
Joaquín Aurioles
Inventarios de diciembre (4). Desigualdad
"Un auténtico disparate". Éste es el calificativo que la Asociación de Comunidades de Regantes de Andalucía, Feragua, ha dado a los planes hidrológicos de las cuencas litorales - Cuenca Mediterránea, cuenca del Guadalete y Barbate y cuenca del Tinto, Odiel y Piedras- en las que las competencias fueron transferidas a la Junta de Andalucía, en concreto a la Consejería de Medio Ambiente. Pedro Parias, secretario de Feragua, resume las quejas de los regantes en que "no se satisface en absoluto la demanda de riego de los agricultores; se postergan las inversiones, que quedan reducidas a la nada, por lo que no hay planes para nuevas obras de regulación ni de modernización ni de riegos ni de sistemas energéticos; y para colmo en los planes no se distingue entre dotaciones netas y brutas".
De hecho, Feragua ha canalizado estas críticas presentando numerosas alegaciones a los tres planes hidrológicos que marcarán el futuro del regadío en estas zonas hasta 2021. Estas alegaciones tienen un objetivo básico: "Aumentar las garantías hídricas de nuestra región, caracterizada por las sequías periódicas".
Las cuencas litorales son llamadas así porque engloban entre las tres todo el litoral andaluz: la mediterránea, desde Almería a Tarifa; la del Guadalete y Barbate, que cubre buena parte de la provincia de Cádiz; y la del Tinto, Odiel y Piedras, en la provincia de Huelva. Entre las tres suman unas 250.000 hectáreas de regadío, mientras que el resto, hasta el 1.100.000 hectáreas de riego que hay en Andalucía, se encuadran en la Cuenca del Guadalquivir que gestiona el Gobierno central a través de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG).
En los proyectos de planes hidrológicos de las tres cuencas litorales que ha presentado la Consejería de Medio Ambiente, hay tres asuntos básicos con los que los regantes están absolutamente en contra: las dotaciones a cultivos importantes en la zona; el que no se distinga entre dotaciones brutas y netas; y el que la Junta de Andalucía sólo haya consignado inversiones que corresponden al Estado y ninguna del Gobierno andaluz.
Así, uno de los principales contenidos de estos planes que Pedro Parias califica de "disparate técnico", es que "no se fijan los coeficientes de eficiencia, imprescindibles para convertir la dotación neta en bruta". Según dice, "el Plan no distingue entre dotaciones netas y brutas, algo que sí está contemplado en la Instrucción de Planificación Hidrológica de 2008, elaborada por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, en la propia Instrucción de Planificación Hidrológica andaluza, aprobada por la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio en marzo de 2015, y en la Agenda Andaluza de Riegos 2011, elaborada por la Consejería de Agricultura y Pesca de la Junta de Andalucía".
Según Parias, "es indispensable esta distinción, pues, aun teniendo en cuenta la mejora en los sistemas de transporte de agua, las pérdidas de agua de todos los sistemas hidráulicos son inevitables y asociadas a todas las infraestructuras hidráulicas de transporte, distribución y sistemas de riego en parcela, así como las asociadas a la evaporación por canales, balsas y presas de riego, por lo que no cabe no tenerlas en cuenta". En este sentido, el responsable de Feragua explica que "pese a que las eficiencias hídricas en un sistema abierto como el regadío siempre son mayores que las que se producen en un sistema cerrado -como es por ejemplo el abastecimiento, cuyas pérdidas están establecidas en los Planes Hidrológicos Andaluces en el 20%-- no tiene lógica ni razón alguna asignar al regadío unas pérdidas del 0%, que es lo que hace la Junta en estos planes hidrológicos". Parias explica que, al obviar estas pérdidas de agua, lo que está haciendo la Junta es reducir aún más las dotaciones previstas para los distintos cultivos.
Y, precisamente, la dotación "deficitaria" de cultivos emblemáticos en estas zonas de Andalucía es lo tiene a los regantes levantados de manos. En este sentido, Feragua ha aportado dos estudios elaborados por la empresa Wats: uno es el Estudio Agronómico de Necesidades Hídricas de Cultivos de Andalucía -sobre el que pivotan las reclamaciones de los regantes en cuanto a dotaciones- y otro relativo a las pérdidas que se producen en los sistemas de riego.
Como ejemplos de estas dotaciones insuficientes establecidas por la Junta en los planes, Pedro Parias cita en primer lugar, por la importancia de estos cultivos en estas cuencas litorales, las de la fresa, los frutales y el arroz y el algodón, aunque también han alegado otros cultivos como el almendro y el olivar.
Respecto a la fresa, "un cultivo de vital importancia en la provincia de Huelva", la dotación que ha fijado la Junta es de 4.500 metros cúbicos por hectárea, cuando el informe pericial, Necesidades de riego en el cultivo de la fresa en la Demarcación Hidrográfica Tinto, Odiel y Piedras, de la Universidad de Córdoba, asegura que las necesidades llegan a las 7.000 metros cúbicos en los suelos arenosos del Condado. El estudio de Wats, en este sentido, coincide con el de la Universidad de Córdoba e indica que la dotación de este cultivo debe estar entre los 6.000 y los 7.000 metros cúbicos para la fresa y entre los 5.000 y los 6.500 para el fresón.
Por lo que respecta a los frutales, la Consejería ha propuesto en los planes litorales unas dotaciones de entre 3.400 a 4.000 metros cúbicos, mientras los estudios aportados por Feragua indican que deben de ser como mínimo de 4.000 y que la horquilla debe extenderse a los 6.500.
Otros cultivos con cuyas dotaciones no están de acuerdo son los herbáceos, en concreto, con el algodón y el arroz, implantados en la cuenca del Guadalete-Barbate en Cádiz, para los que el Plan Hidrológico del Litoral establece una dotación de 4.000 y de 8.000 metros cúbicos por hectárea, respectivamente. El estudio agronómico elaborado por Feragua concluye que hay una horquilla de dotaciones admisibles en Andalucía que varía entre 4.000 y 6.500 para el algodón y de entre 10.450 y 12.500 metros cúbicos por hectárea para el arroz. Como ejemplo de la dotación deficitaria que ha planteado la Junta para el arroz gaditano -que se cultiva sobre todo en la zona de La Janda- cabe contraponer la dotación que da la confederación del Guadalquivir para el arroz sevillano, que es de 11.000 metros cúbicos por hectárea, frente a los 8.000 que da la Junta para el de Cádiz. En el caso del algodón la diferencia es menor, pues la Junta da 4.000 y la CHG 4.500, una cifra que Feragua también considera insuficiente.
Otras dotación que ha sido objeto de alegación es, por ejemplo, la del almendro, un cultivo para el que la Junta prevé una dotación de 2.300 metros cúbicos por hectárea, "que además se establece de forma única, sin tener en cuenta el momento de expansión de este cultivo en Andalucía, ni las necesidades reales, que son de 2.000 a 3.500 netos en marcos intensivos y de 3.500 a 6.000 en cultivos superintensivos". Igualmente, en el caso del olivar, el Plan prevé unas dotaciones de 1.500 a 2.700 metros cúbicos, cuando las necesidades, según Feragua, oscilan entre 1.290 y 2.500 en cultivo tradicional, entre 2.000 y 3.500 en cultivo intensivo, y entre 2.500 y 5.000 en superintensivo.
Además Feragua critica que en los planes hidrológicos se fijen dotaciones deficitarias "que no están fijadas respetando los criterios técnicos, es decir, lo que deben de recibir los cultivos", porque -según explica Pedro Parias- al fijar estas dotaciones por debajo de lo necesario se cierra la puerta a reclamar obras e inversiones que puedan acrecentar los recursos existentes.
La tercera gran crítica de los regantes a estos planes hidrológicos es el aplazamiento de las inversiones de obras de competencia autonómica que estaban previstas en el periodo que ahora se inicia y que acaba en 2021, y que se aplazan al 2027. Lo cierto, según Parias, es que sólo se recogen en los planes hidrológicos inversiones estatales -y no autonómicas- a fecha de 2021. Como ejemplo de este caso, Pedro Parias cita las previstas en la Cuenca del Tinto, Odiel y Piedras. En su opinión con estos aplazamientos "se dificulta el cumplimiento de los objetivos de la Directiva Marco de Aguas de proteger los ecosistemas acuáticos, satisfacer todas las demandas, y evitar los efectos de sequía e inundaciones". En este sentido, desde Feragua demandan a la Administracion andaluza "que incluya en el Programa de medidas de los Planes Hidrológicos andaluces en el horizonte 2021, recursos económicos para invertir en obras necesarias para garantizar el recurso al regadío andaluz".
Entre las inversiones que Feragua reivindica están: la modernización pendiente de los regadíos de las zonas del ámbito de Guadiaro, la ejecución de la presa de Gibralmedina y la restauración hidromorfológica de los ríos Genal y Guadiaro, en la Cuenta Mediterrámea andaluza; en la cuenca del Tinto-Odiel y Piedras, las obras de mejora del regadío onubense, como el recrecimiento del aliviadero de la presa del Andévalo, la duplicación del bombeo de Bocachanza, el estudio técnico-económico del posible túnel de la presa del Andévalo a la presa del Piedras y la duplicación del túnel de San Silvestre, y otras obras enfocadas al ahorro energético como el proyecto de abastecimiento por gravedad de la zona regable del Piedras-Guadiana.
Igualmente, Feragua ha solicitado que se retomen las medidas apuntadas antes de la disolución del Gobierno andaluz, apoyando su reclamación sobre los costes eléctricos del regadío, principalmente en lo referido a la reducción del IVA a las Comunidades de Regantes y de incentivos a la generación de energía renovables. De hecho, el Parlamento andaluz aprobó en la anterior legislatura -con el voto a favor de todas las fuerzas políticas- instar al Gobierno a reducir el IVA del regadío y a buscar un sistema de facturación de la electricidad adecuada a las peculiaridades de los regantes para que efectivamente paguen por lo que consumen.
Por el contrario, la asociación de regantes valora positivamente la actitud de flexibilidad y diálogo mostrada por los responsables de la Consejería de Medio Ambiente para encauzar el debate sobre las asignaciones y reservas hídricas en el regadío onubense, donde hay una propuesta de consenso con el sector del regadío, que puede satisfacer las necesidades de desarrollo del mismo, donde se concentra el 95% de la producción nacional de fresa y otras berries.
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