Joaquín Benítez
Luces y sombras en navidad
emilio camacho poyato. catedrático de ingeniería hidráulica de la universidad de córdoba
Está al frente de un sólido equipo de investigación de la Universidad de Córdoba, que se ha traído para Andalucía un premio en el Congreso de Braganza por presentar un innovador modelo de gestión de riego. Además de darle nuestra enhorabuena, hemos de subrayar el empeño del catedrático de Ingeniería Hidráulica de la UCO por trabajar en colaboración con la empresa, con el mundo rural; por hacer realidad esa interacción tan necesaria. Además, Emilio Camacho Poyato y su departamento están a la vanguardia en la aplicación de las nuevas tecnologías al regadío, de hecho ésa es la línea de otro de sus proyectos de investigación. Aprovecha también el catedrático para demandar que se destinen más fondos a la investigación y reclamar una mejora en la gestión del agua que sea capaz de hacer frente a las épocas de sequía; algo que no es nuevo y será cada vez más frecuente.
-¿Hemos entrado en un otoño muy castigado por la sequía, cree que está afectando el cambio climático?
-En nuestro clima mediterráneo los episodios de sequía son frecuentes. Sin embargo, podemos asegurar que hay evidencias de un cambio climático: aumento sostenido de las temperaturas, intensificación de eventos extremos como lluvias, aumento y récord histórico de concentración de gases efecto invernadero. Todo esto son evidencias objetivas.
-¿Por qué cree que Andalucía no está preparada para afrontar los periodos de sequía sin son cíclicos?
-No todos los periodos de sequía son iguales. La última gran sequía fue en el año 1995, después ha habido evidentemente años muy secos como 2005. El problema es que a un año seco le sucedan varios años secos; en este caso, la capacidad de regulación en los embalses se resiente. De un análisis estadístico de una serie histórica de 100 años en la cuenca del Guadalquivir pude comprobar recientemente que el 20% de los años son considerados como secos, otro 20% como lluviosos y el resto como medios. Si nos centramos en los últimos 15 años pasamos de un 20% de años secos a un 30% y además los últimos 3-4 años han sido secos; de ahí que la disponibilidad actual de los embalses en la cuenca del Guadalquivir sea de un 32%, muy por debajo de la media de los últimos 10 años, que es de un 55%. En estas situaciones hay que tomar decisiones de gestión que aseguren una garantía en la disponibilidad de recursos.
-Su departamento está trabajando en un sistema de riego sobre el que han presentado un estudio que ha sido premiado en el Congreso de Agroingeniería de Braganza. ¿Qué es lo novedoso de este sistema?
-Nuestro grupo de investigación está trabajando en un proyecto de investigación financiado por el Ministerio de Economía, Industria y Competitividad para elaborar un modelo de riego de gestión inteligente que integre la instalación de riego, las necesidades de agua de riego y la generación de energía fotovoltaica y favorezca el manejo del riego. Este modelo se ha aplicado ya con éxito a una campaña de riegos en un cultivo de olivar intensivo y superintensivo.
-¿Qué rebaja del coste para el agricultor permite el sistema que han desarrollado?
-Al agricultor le permite desvincularse por completo de la energía eléctrica convencional y reducir el coste energético.
-¿Cuándo podría estar en funcionamiento en los campos de cultivo?
-El modelo está ya en disponibilidad de ser usado en explotaciones comerciales. Aunque es cierto que ya se usa la energía fotovoltaica en instalaciones de riego, sin embargo rara vez se hace una gestión adecuada de estas instalaciones, ya que no se tiene en cuenta ni la instalación de riego, ni los factores agronómicos del riego relacionados con el cultivo que se quiere regar.
-¿Qué hay que mejorar en los sistemas de riego que se emplean actualmente?
-En mi opinión en Andalucía tenemos más de un 80% de la superficie con sistemas de riego donde la eficiencia de aplicación de agua es potencialmente alta. No obstante, el manejo de riego que se realiza es mejorable. Generalmente las decisiones de riego están basadas en muchos casos en la experiencia e intuición y esto genera decisiones poco precisas.
-Los regantes se quejan de que la modernización de los regadíos encarece mucho sus costes por el factor energético. ¿Está de acuerdo?
-Sí, estoy muy de acuerdo en eso. Las modernizaciones requieren una potencia superior a 1 kW por hectárea y los consumos de energía, aunque son variables de unas zonas a otras, suelen ser superiores a 1.000 kWh por hectárea.
-El sistema que han desarrollado sería la alternativa perfecta, ¿no?
-Es una solución para muchos cultivos. Hay que tener en cuenta que coincide plenamente el periodo de máximas necesidades con el periodo de máxima irradiancia y que en Andalucía hay más de 1.600 horas en las que existe suficiente irradiancia como para satisfacer los requerimientos de potencia de la instalación de riego. Para cultivos leñosos, como olivar, almendro, cítricos, es una excelente alternativa. Si en un día por no disponer de la irradiancia suficiente, por ejemplo existencia de nubosidad, no se puede completar el riego, en sucesivos eventos de riego se completaría. En este caso se juega con la capacidad de almacenamiento del suelo.
-Además de la cuestión energética, ¿qué otros aspectos se pueden mejorar en el regadío?
-Cómo he comentado anteriormente, la asignatura pendiente es la gestión del riego. El resultado del riego en cuanto a eficiencia es muy dependiente del manejo que se haga del mismo. Por tanto, todas las decisiones sobre el manejo deben de estar muy bien fundamentadas.
-¿Qué otros proyectos de investigación está realizando?
-Una de nuestras líneas actuales de investigación es la mejora en la gestión del riego a través de la tecnología. El riego del futuro estará apoyado en el conocimiento de lo que ocurre en el suelo, en la planta, en la atmósfera y en la propia red de riego. Desde el año 2008 ha habido un crecimiento exponencial en el uso de las Tecnologías de la Información y Comunicación, (TICs). La tecnología y la revolución digital ha llegado a la agricultura, y al riego en particular, y podemos decir que nos encontramos ya en la Agricultura 4.0.
-¿Cómo se plantea el sector el reto de la innovación tecnológica?
-Hay una cosa que me preocupa, y es que, aunque las innovaciones tecnológicas existen y son accesibles, sin embargo, no llegan a ser adoptadas por el sector de forma amplia. Hay que incentivar su uso y su aplicación porque, sin duda, la gestión del agua pasa por la tecnología.
-¿Cree que es adecuada la relación entre la Universidad y el mundo agrario?
-Aún estamos muy lejos de la relación existente entre la Universidad y el sector agrario en los países anglosajones. No obstante, cada vez desde el sector agrario se acercan más a la Universidad y desde ésta se favorece y se estimula la transferencia del conocimiento al sector. Para nuestro grupo esta colaboración siempre la hemos considerado como prioritaria y colaboramos de forma intensa con el sector.
-¿Dispone la investigación de los fondos necesarios para desarrollar el trabajo que puede aportar a la sociedad?
-El dinero dedicado a la investigación en España es muy bajo; la última crisis nos ha hecho mucho daño. Hemos perdido a investigadores de primer nivel y ahora hay que invertir en recuperarlos. Estoy convencido que todo euro invertido en investigación se recupera con creces.
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